
¿Firmes con Noboa, jugada política? Gobierno suma un bono a dos semanas de referéndum
Estos incentivos no son considerados como acciones de reactivación económica. Este es para los sitios donde concentró el paro
El lunes 27 de octubre, el presidente Daniel Noboa lanzó el programa de incentivos ‘Firmes con Noboa’, con el cual, el Gobierno busca “impulsar la reactivación económica del sector productivo que se vio afectado por las paralizaciones focalizadas”. Sin embargo, esta estrategia, para expertos en Comunicación Política, busca condicionar el voto del 16 de noviembre.
Una semana después de que terminara el paro nacional, el cual duró un mes, el régimen de Noboa presentó este programa, pero solo para la ciudadanía de las provincias de Imbabura y Carchi, así como para los cantones y parroquias de Pichincha: Cayambe, Pedro Moncayo, Guayallabamba y Calderón. Pero este programa -que reúne una serie de líneas de créditos, de alivios financieros y entregas de paquetes para la producción agrícola- no es un nuevo fondo, probablemente está utilizando los fondos que ya tenía planeado con distintos bonos, pero les cambia el nombre, observa Andrea Endara, politóloga y coordinadora de la carrera de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Casa Grande.
Entre ellos: el Crédito Violeta, el crédito 7x7, Crédito de chatarrización, reducción del IVA, cuidando al agro, entre otros. Pero el que utilice proyectos antiguos y los lance como si fuera algo nuevo, no es un acto nuevo de Noboa, menciona el analista político Giuseppe Cabrera; esto ya lo hizo cuando los habitantes de la provincia de Chimborazo se movilizaron. “Él hace eso de manera oportunista y trata de sacarle provecho y de exprimirle la mayor ventaja electoral”.
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¿Por qué lo hace?
A criterio de Cabrera, esto él lo hace, primero, porque tiene que actuar rápido; segundo, porque no tiene ideas ni propuestas. Por lo que “lo más sencillo de hacer es congelar intereses de la banca pública, regalar asignaciones de recursos directos y nuevas líneas de crédito”, es decir, expone el experto, “es la misma vieja receta de siempre; ni siquiera hay algo nuevo o distinto en esta ocasión que sea distinto al anterior”.
Solo le cambia el nombre, manifiesta Endara. Pero el nombre no es neutral, expone Juan Carlos Valarezo, experto en Ciencias Políticas y catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, “se ve bastante proselitista”.
Sin embargo, esto solo va a ser por el momento, subraya María Fernanda Carvajal, consulta de Comunicación Política, ya que es una acción momentánea y no a largo plazo. Lo cual podría ser contraproducente, cree, porque “cuando dejamos de darle algo a una persona, a veces somos mal vistos y eso, después, le podría jugar en contra”.
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No establece políticas públicas
Ante esta dinámica, Cabrera prevé que, ante un nuevo conflicto, Noboa vuelva a usar esta herramienta, con otro nombre, pero que seguirá siendo lo mismo: reducción de intereses, congelamiento de intereses, asignación de bonos. Es decir, todo lo que tenga que ver con recursos como tal, no obra pública real.
Es por eso por lo que Valarezo sostiene que lo que está haciendo Noboa es solo colocar “un curita en una herida mucho más amplia”, expresa. Por otro lado, considera, el Ejecutivo está confundiendo el argumento de reactivación con el de compensación.
Para Valarezo, para que él pueda lograr una reactivación se requiere de políticas públicas, que hay un seguimiento de las acciones, que haya empleo, productividad y no solo transferencias. “Presentar esta, entre comillas, reactivación sin mecanismos de diálogo, de reparación, de garantías es más bien una respuesta reactiva, antes que proactiva a la crisis política”.
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¿Cuál es el objetivo del Gobierno con este programa?
Para aplacar un poco los descontentos que se le pueden ir generando previa un proceso electoral, indica Cabrera. Pero también es, agrega Endara, “hacer un lavado de cara de la represión y de la violencia que hubo”. Además, para comprometer a estas personas a que sean parte del Gobierno y, por ende, en un futuro si es que hay una nueva manifestación, que no se levanten en contra del régimen porque ya están vinculados de alguna manera, opina.
También es para conseguir apoyo hacia el presidente, declara Carvajal. “Que las personas que se vean beneficiadas por este programa le den su voto, como forma de agradecimiento, teniendo en cuenta que es una solamente una forma de dar dádivas y no una política pública”.
Pero al pueblo se lo está subestimando, dice Valarezo, porque las necesidades reales de la población indígenas, como de otros sectores en los sitios donde se centra el programa gubernamental es más una política asistencialista.
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