
Quioscos en pasos peatonales de Guayaquil, sin éxito por la baja afluencia
Los locales en pasos peatonales de Guayaquil no generan el impacto esperado. Moradores reclaman mayor seguridad
Para unos, la iniciativa del Municipio de Guayaquil, de colocar quioscos comerciales en los pasos peatonales, quedó en una buena intención, porque no tuvo éxito. Así lo afirman comerciantes y moradores de la avenida Narcisa de Jesús y de la vía a la Costa, donde se edificaron este tipo de estructuras.
Sin embargo, las realidades en ambos sitios difieren. En vía a la Costa, al occidente de la ciudad, estas estructuras son más recientes, fueron inauguradas en mayo de este año.
En esta arteria vial hay dos pasos peatonales con este diseño, uno está ubicado en el kilómetro 11.8 y el otro en el kilómetro 14.2. En ambas, el Cabildo invirtió $ 3 millones. En cada uno de ellos hay cinco quioscos, pero no todos están operativos; varios están cerrados.
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Miriam Tumbaco
¿Qué opinan los comerciantes?
En uno de ellos trabaja Mercedes Peralta, su comadre es la encargada del local, pero como está haciendo las prácticas se le complica atender a las personas; por eso Peralta la reemplaza. Desde las 06:00, la puerta enrollable de su quiosco está arriba hasta las 10:30; luego, a las 17:30, lo vuelven a abrir.
Comenta que fuera de ese horario no venden porque la clientela es nula y algunos días logra vender hasta $ 30. Allí, ofrece humitas, sándwiches, tortillas, brownie, colada, café, agua y cola. Solo dos precios se manejan: $ 0,50 y $ 1.
Al igual que Peralta, Miriam Tumbaco, de 69 años, vende cosas pequeñas, en su mini bazar, que cuestan $ 1 o $ 1,50; lo más caro que tiene son unas gorras que valen $ 5. Pero no vende otras cosas más caras, porque “soy consciente de que ellos (sus clientes) son trabajadores y no tienen”. Ella labora desde las 06:00 hasta las 10:00, de lunes a viernes; los sábados hasta las 14:00, “luego es desolado”.
¿Cómo es el movimiento comercial en este sector?
Y es que sus compradores son las personas que laboran en las residencias de este sector, no sus moradores. “Es poca la gente que sube solo a pasear”. Ella, en cambio, logra vender hasta $ 20 cuando es quincena; pero el negocio “no es tan rentable”. Sin embargo, lo que gana le ayuda para su casa.
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Ezequiel Orrala
En este primer paso peatonal, cuatro de los cinco locales están operativos; aunque uno abre esporádicamente. En el otro, tres no están abiertos; decidieron cerrar porque no les representaba ganancias. Uno casi no abre y otro, su dueña está pensando en cerrar “porque no hay mucho movimiento”, afirmó la persona que labora allí y que pidió la reserva de su nombre.
Situación del paso peatonal de la avenida Narcisa de Jesús
Pero a diferencia de este sitio, en la avenida Narcisa de Jesús, ubicada al otro lado de la ciudad, al noreste, los dos locales que hay en cada uno de los pasos peatonales están cerrados. Tampoco hay un guardia de seguridad privado, en lo alto, como en la vía a la Costa hay. Algunas plantas se están marchitando, otras ya han fenecido. En cada estructura, sembraron 32 especies arbóreas.
Estas obras, en cambio, fueron entregadas a mediados de 2024 y para Ezequiel Orrala, morador, representan inseguridad para ellos, ya que en él duermen personas o piden caridad en la cima. El costo total de los tres pasos peatonales, en esta zona urbana, ascendió a $ 2’876.836,19.
¿Qué opinan los moradores?
La ciudadana Marjorie Granado cree que en todos los pasos peatonales haya más seguridad porque eso les permitiría sentir paz, ya que no saben qué podría pasar si pasan mucho tiempo detenidos en el sitio. Además, de eso, cree que estas iniciativas deberían estar más en sitios de mayor circulación peatonal.
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Marjorie Granado
Para Jimmy González, morador, el que se colocara allí estos locales fue “bastante ocurrido” porque “quién va a poner un negocio ahí y va a esperar que al siguiente día el local no esté desocupado”. Comenta que el sector es peligro sobre todo en la noche, ya que no cuentan con luminarias y el paso peatonal no tiene luz. En el sitio se puede observar cómo los cables de las luces LED han sido sustraídos.
Pero no es solo eso, sino que el segundo paso peatonal está a lado de la planta Los Merinos, donde se trata las aguas residuales. “¿Quién puede sentarse a comer algo si hay mucha contaminación en el aire? Es una pestilencia”, denuncia González.
EXPRESO solicitó una entrevista al Cabildo, el 17 de diciembre, para tratar sobre estas problemáticas; pero el personal de Comunicación dijo que “apenas tengamos respuesta de los pedidos les haremos conocer”.
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