
Rescatar el patrimonio en Guayaquil, ¿una misión imposible?
Expertos en urbanismo y patrimonio exponen los retos para resguardar la heredad social. Preparar profesionales, la prioridad
Las pérdidas patrimoniales de Guayaquil se conocen. Es de conocimiento público los daños que varios de estos ostentan como medallas al intento de sobrevivir al paso del tiempo. Sin embargo, ¿qué tan viable es salvar estos bienes en una ciudad que prioriza otras urgencias? ¿Por dónde debería empezar?
Para Johnny Burgos, exjefe de Patrimonio Arquitectónico del Municipio de Guayaquil y docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil (UG), primero, hay que estudiar sistemáticamente a la ciudad para hablar de patrimonio. A su criterio, la falta de profesionales en torno a esta especialidad es lo primero que el Estado debería empezar a preocuparse ya formar.
Comenta que, cuando se intervino la zona de las cervecerías, en el Cerro Santa Ana, y construyeron los nuevos edificios, consultó con quienes estaban a cargo: “¿Alguien se preocupó por establecer el punto de fundación?”. Recuerda que en esa época le contestaron: “Pero eso no es importante”.
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Alfredo Ordóñez
¿Por qué es importante el pasado?
Burgos cuenta que cuando, en Francia, construyeron el Gran Louvre, en una de las excavaciones, descubrieron los cimientos de la fortaleza medieval, así otros vestigios y objetos de la vida cotidiana del pasado, los cuales fueron mantenidos y hoy son exhibidos en el Museo del Louvre, y son un punto de atracción turística. Entonces, “¿hasta cuándo vamos a dejar de pensar que el patrimonio no es importante?”.
Y, para resaltar nuestras propias pertenencias hay que trabajar en conjunto, considera Cristina Correa, propietaria de la firma Estudio|Taller CC y docente de la UG. A su criterio, el financiamiento privado y público es una de las cosas más importantes que se debe lograr.
A su juicio, todo plan de rescate de edificios patrimoniales debería contemplar el involucramiento de tres ejes: el artístico -a través de la música, el dibujo y el teatro-, el contexto urbano y el turismo. A su vez, crear una coexistencia de la arquitectura patrimonial con la arquitectura contemporánea, como lo ha logrado Cuenca.
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Cristina Correa
¿Es viable ejecutar estos tipos de proyectos?
La viabilidad de plantear proyectos que no solo sean para el rescate de un bien patrimonial, sino que a su vez sean atractivos de los visitantes locales, para Correa sí es posible. Ella exhibió tres anteproyectos que su firma está planificando ejecutar. La intervención sería en la Casa Marín, ubicada en el barrio Las Peñas; en la Casa Juan X. Marcos, que está en la avenida Malecón entre Junín y Roca; y la Casa Tola Pareja, en la avenida Nueve de Octubre y Escobedo. Esto lo mostró en el foro académico ‘Patrimonio Guayaquil: Oportunidades de investigación’, desarrollado en la UG.
La firma de Correa buscaría hacer una reinterpretación de la fachada -que perdió al derrumbarse la Casa Tola Pareja, en abril de 2022- con materiales contemporáneos, pero repitiendo los elementos arquitectónicos antiguos, como la modulación, la forma de las de las ventanas, pero con acero corten. “De esa manera se crea una manera de una forma visual el antes y después”, afirmó.
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Johnny Burgos
Con esta intervención, Correa planea crear espacios internos de encuentro, respetando los fundamentos de la arquitectura patrimonial. En cada uno de los pisos hay diferentes atractivos: en uno, un museo, en otro, una cafetería; en otro, exposiciones de arte, como de música, y un restaurante rústico. El objetivo, dice, es “que se sienta que hay vida en esta casa”.
Pero ¿qué otros inconvenientes hay para invertir en bienes patrimoniales?
Por otro lado, Alfredo Ordóñez, decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Cuenca, manifiesta que se deben revisar y hasta eliminar las tasas y costos municipales, porque el costo al restaurar elementos, al final, es extremadamente alto. Refiere que un proyecto arquitectónico no patrimonial costaría aproximadamente $10.000, pero el patrimonial privado, alrededor de $30.000. “Si no hay el dinero para hacerlo, peor para pagar tres veces más”.
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Es por esa razón, indica el académico, que muchas de las casas patrimoniales se han perdido. “Los dueños no tienen los recursos para contratar por un valor del 300 % más alto ni el dinero para restaurar”.
Es por esto por lo que Ordóñez sugiere que el Cabildo ofrezca incentivos reales para que los propietarios de bienes patrimoniales vean atractivo recibir esa herencia e invertir. Además, en los ayuntamientos debería existir unidad técnica de asesoramiento para que los proyectos circulen rápido y no burocráticamente, ya que afirma que para la aprobación de estos puede pasar hasta 14 meses.
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