Francisco Rosales Ramos | Acoso y derribo

La amplia mayoría de ciudadanos votó por Noboa para evitar que se repitan los excesos de la década correísta
Es el deporte en el cual dos jinetes con garrocha derriban una vaquilla o novillo. Se dice también del proceso político en el que un poder del Estado trata de echar abajo a una institución pública. En este afán está el presidente Noboa con la Corte Constitucional. Sin cuestionar con argumentos jurídicos las decisiones de la CC, ha optado por enfrentarla en los medios y en las calles, con el propósito de doblegar los conceptos jurídicos de los jueces.
Esta columna ha criticado varias decisiones de la CC porque las ha considerado contrarias al texto constitucional o a la realidad nacional, como en el caso del matrimonio entre personas del mismo sexo, o la autorización para el enjuiciamiento al presidente Guillermo Lasso (que demostró vivir en una nube rosada); o, peor aún, mantener la decisión de la corte cervecera por la cual los jueces de la CC no pueden ser enjuiciados por prevaricato (artículo 268 del COIP, que es negar la más elemental obligación de todo juez, esto es actuar con estricta sujeción a la norma legal. Pero de allí a acosar a los jueces constitucionales llegando al extremo de exhibir sus rostros en una pancarta, como aquellos que impiden que los ecuatorianos vivan en paz, hay una distancia repudiable.
No habría objeciones a que los miembros de la CC estén sujetos a juicio político por la Asamblea Legislativa si estuviese conformada por diputados capaces, honestos e ilustrados, pero someterlos a la mediocre e inconfiable Asamblea sería eliminar la fundamental independencia de los jueces.
Ojalá los miembros de la CC no se amilanen ante el acoso del presidente de la República y sus ministros. Su responsabilidad principal es proteger los derechos ciudadanos de los excesos del poder público y mantener el sistema de contrapesos, consustancial con la democracia.
La amplia mayoría de ciudadanos votó por Noboa para evitar que se repitan los excesos de la década correísta que concentró el poder, irrespetó los derechos fundamentales de la ciudadanía e hizo tabla rasa de las instituciones de la nación.