
Sitiados por el crimen: el sur de Guayaquil no encuentra paz
Este año se reportan ya 201 asesinatos y más de 1.500 asaltos La Policía reconoce que las UPC no funcionan con normalidad
El sur de Guayaquil se ha convertido en un campo de fuego. A diario, las familias denuncian ser víctimas de extorsiones, asaltos, testigos de asesinatos o, incluso, afectados directos de un crimen. “En el sur nos están matando. Más que antes, más que nunca”, asegura Delia Carvajal, habitante de La Pradera, uno de los sectores donde, según los vecinos, la criminalidad se ha disparado.
Solo el pasado 21 de septiembre, a su sobrino le robaron la moto en la puerta de su casa: lo golpearon. Todo ocurrió alrededor de las 3:00, mientras se encontraban en una fiesta familiar. A esa misma hora, en la cooperativa Dignidad Popular, el sueño de los vecinos se convirtió en pánico con el sonido de las balas que dejaron al menos cuatro muertos (ver subnota). Ni las rejas ni los gritos de auxilio lograron contener el ataque.
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En el sur, los residentes aseguran vivir sitiados por el crimen. Y las cifras oficiales refuerzan esa percepción.
Familias abandonan sus hogares por inseguridad
Pero más allá de los números, la violencia se palpa en las calles: en barrios como Centenario, 9 de Octubre, Las Acacias o La Saiba, las casas vacías son el reflejo del miedo. Sus habitantes prefieren venderlas o abandonarlas antes que seguir expuestos. Ese vacío urbano, dicen los vecinos, es la prueba más clara de que la gente ha perdido la esperanza en la respuesta estatal.
Líderes comunitarios insisten en que la Policía Nacional y el Municipio deben implementar acciones más profundas que simples patrullajes; sin embargo, denuncian que esas medidas nunca llegan, o al menos no se sienten.
Más de 200 muertes violentas y 1.500 delitos este año
EXPRESO conversó con el coronel Daniel Albuja, jefe del distrito Sur de la Policía Nacional, quien confirmó el incremento de robos y precisó que ya se contabilizan más de 200 muertes violentas en los primeros 250 días de 2025.
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Según cifras oficiales, entre el 1 de enero y el 7 de septiembre se reportaron 1.516 delitos, frente a los 1.481 registrados en el mismo período de 2024. Es decir, un aumento de 35 casos, lo que equivale a un promedio de seis robos diarios solo en el distrito Sur de Guayaquil.

La ciudadanía, sin embargo, asegura que estas estadísticas están por debajo de la realidad. “El problema es que la gente ya no denuncia porque sabe que la Policía no hace nada. Muchos prefieren no perder el tiempo. Solo en La Floresta conocemos de al menos tres robos al día. Esa cifra oficial es irreal”, cuestiona Carlos Alberto Giménez, residente del sector.
Solo este 21 de septiembre hubo 4 asesinatos en un solo sector. Hay un subregistro de cifras. La situación es peor de lo que parece.
Pese a ello, Albuja sostiene que se han intensificado los trabajos en los ejes de inteligencia, prevención e investigación. “Hemos logrado disminuir las muertes violentas. Este año van 201, mientras que en 2024 fueron 218”, detalló. Según datos policiales, las bandas que más operan en el distrito son Los Lobos y Mafia 18.
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“Hacemos operativos en los sectores más conflictivos para capturar a los delincuentes. En lo que va del año se han realizado 6.741”, agregó.
Policía reconoce déficit de personal y patrullajes limitados
Otro de los reclamos ciudadanos es la escasa presencia policial en las Unidades de Policía Comunitaria (UPC). EXPRESO constató que en el distrito Sur existen 13 estructuras, pero solo nueve están en funcionamiento; el resto permanece deshabilitada. Todas operan únicamente en horario diurno y vespertino.
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“Nosotros preservamos la vida de los servidores policiales. Hace unos años hubo ataques contra las UPC en la ciudad. Por eso solo funcionan en las mañanas y tardes; luego de eso, el patrullaje se realiza únicamente con vehículos en sectores estratégicos”, explicó Albuja.

La falta de respuesta oportuna es otra queja recurrente. Los moradores denuncian que, cuando se reportan atracos, los uniformados no llegan o lo hacen demasiado tarde.
El propio jefe policial admite un déficit de personal. Actualmente, 371 agentes deben cubrir 1.593 kilómetros y atender a 377.272 habitantes, un promedio de un policía por cada mil personas. “Según las normas internacionales, lo ideal son tres policías por cada mil habitantes. No es lo óptimo, aunque en los últimos meses hemos podido sumar más personal”, reconoció.
La ciudadanía exige acciones urgentes del Municipio
Ante este panorama, líderes comunitarios reclaman que el sur también sea priorizado. “El norte ya cuenta con varias EAS (Estaciones de Acción Segura) del Municipio y me alegro mucho por ellos porque toda la ciudad está complicada, pero el sur no tiene ninguna. Aquí también hay necesidad”, afirma María Báez, dirigente de La Saiba.
Más crítica aún es la voz de los propios vecinos. “Si ellos, que están armados y con chalecos antibalas, tienen miedo y no salen de noche, imagínese nosotros, que andamos sin nada. Es un abandono total”, reclamó Jazmín Chumbi, moradora de La Pradera, uno de los vecindarios donde, según los residentes, las familias han optado por irse.
“Quienes vivimos allí por años dejamos de sentirnos seguros y nos fuimos a otros barrios más protegidos o menos olvidados. La Pradera hoy reporta muertes en espacios públicos donde antes había vida y juegos, presencia de niños. Ahora asesinan. Me fui por eso hace cinco meses, y mi familia, que también tiene casas ahí, también se irá. Ya alquilaron otros sitios. Me duele ver cómo el sur está perdiendo a sus familias”, señaló Lorena Delgado, residente que ahora vive en el norte de Guayaquil.

El sur pierde su esencia
Hay demasiados robos. Solo en la Floresta creo que hay más de 3 diarios. Se necesita que la policía actúe más.
Nori Castillo, de la ciudadela 9 de Octubre, comparte el temor general. Ya no sale ni a plazas comerciales ni a restaurantes. “No lo hago tampoco en el norte; simplemente he dejado de salir. Mis vecinos se han ido, se vive con terror y eso se transmite. No tenemos UPC ni operativos. Es mentira que la Policía da la vuelta. Nunca los ves. A mi sobrino le hicieron un secuestro exprés, a mi cuñado lo extorsionan y su negocio cerró. A mi hija la asaltaron saliendo de un mall. Todo en el sur y todo este año. ¿Cómo puedo sentirme bien? Esta zona está en completo abandono”, sentenció.
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Lorenzo Calle, del barrio del Seguro, lamenta cómo la desidia está erosionando la historia del sur de la ciudad. “El sur siempre fue una zona importante, emblemática. Ahora vemos cómo los barrios pierden vida: Centenario, la ciudadela 9 de Octubre y otros sectores hermosos. Invito a las autoridades a recorrer nuestras calles: reina el miedo y el silencio. Los negocios cierran, los vecinos vivimos tras rejas. Se está perdiendo el sur, que podría brillar. Nos están matando, reina el desorden. Se necesita que el Gobierno priorice la vida de su gente y que las autoridades locales implementen planes efectivos. Los controles y las unidades ayudan, pero no son suficientes cuando asesinan en plena vía, a plena luz del día, en parques, colegios y sitios concurridos de familias”, cuestionó.
Las rejas no detuvieron a sicarios que mataron a cuatro personas
Una fiesta de cumpleaños terminó en tragedia la madrugada de ayer en el sur de Guayaquil. En una vivienda de la cooperativa Dignidad Popular, sicarios atacaron a balazos a seis personas: cuatro de ellas murieron y dos resultaron heridas.
Según testigos, varios hombres llegaron en motocicletas portando fusiles y pistolas, a eso de las 02:50. Sometieron a un morador que intentaba salir por una de las rejas instaladas por los vecinos e ingresaron a la casa donde se hacía la celebración. En el lugar, los atacantes dispararon contra los presentes. Entre las víctimas se encuentra una mujer de nacionalidad española.
El coronel Víctor Molina, jefe del distrito Esteros, informó que los cuatro fallecidos eran hombres con antecedentes penales por delitos como robo, tenencia de armas, asociación ilícita y porte de drogas. Dos de ellos fueron hallados sin vida en el baño de la vivienda.
A las familias les aterra esta situación. “De aquí a mañana la Policía dirá que se están matando entre bandas, pero hay riesgo de que mueran niños y gente inocente. Ahí es donde están las víctimas colaterales. Es mentira que se matan solo entre ellos. Hoy la bala zumba en todos lados y por eso muere más y más gente. Vivimos en un luto eterno”, señaló Gloria Bravo, residente del sur.
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