
En Urdesa solo les queda rezar y unirse entre vecinos ante la delincuencia
A pesar de las implementaciones de Segura EP y las promesas del Gobierno, los delitos siguen en la icónica ciudadela
No ha sido fácil para Urdesa, ni con patrulleros nuevos. La sensación de los vecinos de esta icónica ciudadela fue positiva ante la implementación de la Estación de Acción Segura (EAS) el pasado mes de marzo, pero ese esfuerzo de la comunidad no es tan contundente como la violencia criminal.
Violencia que no cesa
El asesinato de un exagente de tránsito en una discoteca; el intento de secuestro contra un empresario, que derivó en una bala perdida que dejó en estado crítico a un niño; o crímenes menos escandalosos pero igual de crueles, como el hurto del cableado de una escuela fiscomisional en Urdesa Norte, que le quitó una jornada a niños que quieren estudiar: ninguno se logró prevenir.
Un niño de 11 años se convirtió en víctima colateral de un violento intento de secuestro registrado en Urdesa Central, norte de Guayaquil.
— Diario Expreso (@Expresoec) May 30, 2025
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Ya hasta claman por la ayuda divina. Aprovechando la llegada del coronel Juan Francisco Orquera como nuevo jefe de la Policía Nacional para el distrito Modelo (que incluye a Urdesa en su circuito), la sociedad barrial organizó una misa de acción de gracias para bendecirlo al inicio de sus funciones. Al final, intercambiaron palabras.
“Fue una bonita bendición, sí, pero también hubo espacio para hablar claro”, le cuenta a EXPRESO Susan Salinas, líder de la agrupación Urdesa Futura. Según relata, el coronel Orquera reconoció ante los vecinos que la situación en el distrito está complicada y que, aunque harán el esfuerzo por aumentar los patrullajes, las capacidades son limitadas.
“No he visto esos patrullajes todavía”, advierte Salinas, quien además adelantó que la comunidad ha decidido no esperar más. “Hemos armado cuatro mesas de trabajo: una para levantar información de luminarias, otra para organizar a los chamberos, una sobre ordenanzas y otra para coordinar una reunión con Segura EP”, explica, con la resignación de que “no queda de otra” ante la falta de refuerzo policial en la ciudadela.
Ciudadanía pide más efectividad, a pesar de las limitaciones
Las limitaciones de la Policía Nacional son evidentes. La UPC que abastece a Urdesa está ubicada en Las Aguas, y los patios del sitio son un cementerio de vehículos en desuso: sin llantas, motores y, peor aún, sin agentes disponibles para manejarlos.

Es la única, pues las UPC de Urdesa Norte y Urdesa central se debaten en el abandono. Comunidades como Urdesa Futura se han ofrecido a ayudar a adecuarlos, pero los costos son elevados y no hay garantías de que la Policía los aproveche. Así, no se avanza con celeridad.
Esa percepción de abandono la comparte también Odette Icaza, residente de la ciudadela, quien lamenta que la inseguridad haya crecido sin que las autoridades asuman con seriedad la magnitud del problema. “Nos han poblado de bares y discotecas, y no hay el control suficiente para resguardar a los residentes. Hace falta compromiso real de la autoridad para frenar la inseguridad en el sector”.
Para ella, el conflicto de competencias entre autoridades no solo retrasa las soluciones, sino que desgasta a los ciudadanos. “La discusión entre las autoridades es un desgaste total. La falta de seriedad de ambas partes, el no tener la convicción de trabajo en favor de la seguridad para la comunidad, es imperdonable”, sentencia.
Juan Carlos Robalino, residente del sector, apunta a otro vacío: “Hay unas siete u ocho entradas y salidas por donde pueden ingresar y escapar los ladrones. Si se hiciera un plan vial, se podrían reducir a cuatro o cinco, para así control
También cuestiona el abandono de las peatonales. “Se suponía que la (ahora ex) alcaldesa Cynthia (Viteri) iban a regenerarlas con iluminación y decoración, pero quedó en nada. Hoy no tienen luz, los ladrones las usan como zonas de escape y nadie cruza por miedo a que lo asalten.
Asimismo, propone endurecer los controles sobre los contratos de arriendo. “Debería exigirse récord policial no solo del arrendatario, sino de quienes van a vivir ahí. Ya ha pasado que alquila uno limpio y quien vive es un maleante”, señala Robalino, quien añade: “Igual con los locales. Los alquilan para oficina y terminan siendo prostíbulos clandestinos. Tiene que haber control y responsabilidad del propietario”.