Las UPC de Guayaquil convertidas en dormitorios y parqueaderos públicos
Decenas de estructuras lucen descuidadas y sin policías. Vecinos denuncian que solo llegan al sitio por la noche
El deterioro y abandono de las Unidades de Policía Comunitaria (UPC) en Guayaquil se ha convertido en un problema cada vez más crítico. La falta de personal en estos espacios, concebidos para atender emergencias ciudadanas, y el estado deplorable de sus infraestructuras, han provocado que decenas de edificios luzcan completamente olvidados, lo que contribuye al aumento de la inseguridad en la ciudad.
Tal como ha documentado EXPRESO en diversos reportajes, muchas UPC permanecen desatendidas, situación que genera malestar y preocupación entre los residentes de los sectores afectados, quienes reclaman la falta de acción por parte de las autoridades.
Los reclamos ciudadanos por la falta de atenciones
“Acá me pueden robar y hacer lo que sea y nadie hace nada. Esa UPC está abandonada todo el día. De vez en cuando viene un policía, pero solo a dormir. Si le decimos algo, responde que está en su momento de descanso. ¿De qué nos sirve?”, expresó con indignación Diana Tenorio, vecina de Sauces 6, donde, según denuncian los moradores, una estructura lleva al menos un año abandonada.
Este tipo de testimonios se repite en distintos puntos de la ciudad. Un equipo periodístico de EXPRESO recorrió varios sectores y constató el malestar generalizado.
Uno de los lugares donde más se reclama atención urgente es el centro de la ciudad. Allí, las UPC en abandono se han convertido en motivo de frustración. Por ejemplo, el edificio de dos pisos ubicado en la esquina de Víctor Manuel Rendón y Pichincha lleva años en deterioro.
“Da coraje ver semejante estructura completamente abandonada. Lo usan como parqueadero público, pero aquí no se hace base policial. ¡Estamos en pleno centro de Guayaquil! Deberían intervenir ya, porque esto ya resulta insoportable”, reclamó con vehemencia Romario Vinueza, comerciante del sector, quien aseguró que el abandono del edificio se prolonga desde hace al menos cinco años.
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Las autoridades anunciaron mejoras en las UPC
A pesar de los constantes ofrecimientos de la Policía, la situación sigue empeorando. El coronel Pablo Espinoza, exjefe del distrito 9 de Octubre, reconoció en una entrevista con EXPRESO en septiembre de 2024 que varias estructuras estaban en mal estado por falta de presupuesto y de personal. Aunque aseguró que algunas estaban en proceso de recuperación, hasta la fecha no se evidencian avances significativos.
En esa misma línea, el coronel Cristhian Rengifo, jefe del distrito Modelo, admitió en febrero pasado que, en la zona norte de Guayaquil, de las 40 estaciones existentes entre UPC y PAI, solo la mitad está habilitada y brindando servicio.
“No contamos con el personal suficiente para operar todas las estaciones. Si tuviera el contingente necesario para mantener al menos 25 operativas, lo haría. Pero no lo tengo. Vamos habilitándolas según la necesidad, pero hacen falta más uniformados”, explicó en su momento el coronel. Sin embargo, esa promesa aún no se ha concretado, y muchas estructuras permanecen abandonadas.
EXPRESO solicitó una entrevista al departamento de Comunicación de la Zona 8 de la Policía Nacional para abordar esta problemática, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
El pedido ciudadano para que la situación mejore
Mientras las autoridades guardan silencio, las UPC continúan en condiciones precarias. Por ejemplo, en Sauces 5, ingresando por la calle Antonio Parra Velasco, una unidad de gran tamaño está completamente abandonada. En sus exteriores se observan vehículos policiales deteriorados. Una situación similar se presenta en la Alborada 6ta Etapa, donde de las dos puertas principales de vidrio solo queda una; la otra ha sido reemplazada por una improvisada puerta de madera.
“Los ladrones ya saben que aquí no hay vigilancia y por eso abusan. No hay respuesta rápida de las autoridades. ¿Cuánto costó construir esto para que lo dejen morir? Es indignante”, afirmó Yamil Montes, vecino del sector.
La mayoría de moradores coinciden en que estas estructuras, cuando no están vacías, solo se usan ocasionalmente como dormitorios. “Vienen de vez en cuando a dormir y nada más. Es terrible lo que vivimos. Se necesita acción urgente, porque lo que sí abunda son los robos”, reclamó Miguel Caballero, habitante de Sauces 5.
