venta de casas en Urdesa por la inseguridad
En Urdesa es común ver que se venden propiedades, sobre todo después del aumento de la inseguridad ciudadana.FREDDY RODRÍGUEZ

Urdesa registra incremento de 333 % en asesinatos, homicidios y femicidios

Este histórico barrio del norte de Guayaquil atraviesa una crisis de inseguridad

En 1960, apenas dos familias habitaban la calle Cedros de Urdesa. Al caer la tarde, los niños tendían una red entre dos postes de luz y jugaban vóley sin que los interrumpieran los automóviles. Solo una línea de buses recorría la vía principal de la urbanización. 

Esos son los recuerdos que conserva Violeta Saavedra: un barrio abierto, con jardines y sin muros, inmortalizado en una fotografía de su adolescencia y en un cuadro del pintor Eugenio More.

“Hace cinco años empezaron los robos. Ahora esto es insoportable. La Urdesa que conocí ya no existe. Salgo a la calle sin nada, porque asaltan en las esquinas”, lamenta. A sus 70 años, Violeta, una de las fundadoras de este tradicional barrio guayaquileño, observa cómo el lugar se ha transformado.

En la actualidad, Urdesa registra un incremento de 333 % en asesinatos, homicidios y femicidios. Algunas de sus calles, que antes eran un punto de encuentro, ahora lucen desiertas incluso a las 16:00.

Los estudios de cartografía del delito, realizados por el PhD en Sociología Rubén Aroca, docente de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil, detallan no solo el aumento de las muertes violentas: Urdesa también registra un repunte de los delitos contra la propiedad.

Basándose en estadísticas de la Policía Nacional, los estudios indican que estos delitos crecieron entre 2023 y 2024. En lo que va de 2025, se han reportado dos homicidios intencionales y 435 delitos contra la propiedad.

Esto ha generado un clima de miedo que afecta la convivencia en el sector. “Solo dos familias de las que fundaron la cuadra se han quedado en Urdesa. Las demás se fueron a otros destinos”, asegura Violeta.

La delincuencia ha motivado el abandono de este barrio tradicional. En enero del 2025, a Miguel, quien ahora vive en Los Ceibos, le robaron su teléfono celular de alta gama mientras esperaba que recogieran a una de sus estudiantes de natación. 

“Esa misma noche, como tenía el rastreador, fuimos por el Cementerio General. Ahí estaba el teléfono. La policía nos acompañó, allanó la propiedad, pero el teléfono nunca apareció. Después apareció en la Bahía y luego desapareció, como si lo hubieran desarmado”, relata Miguel.

Del total de denuncias por robo recibidas por la Fiscalía en el distrito Tarqui entre 2020 y 2025, el 1,46 por ciento ha recibido una sentencia condenatoria.

Otros delitos, como las extorsiones, también han aumentado en Urdesa entre 2023 y 2024 y figuran entre los que ocurren con más frecuencia. La lista la encabezan los robos a personas, de vehículos y de bienes y accesorios. 

Entre 2020 y 2025, la Fiscalía ha recibido 6.315 denuncias por extorsión en la parroquia Tarqui, donde está ubicada Urdesa. De ese total, 5.771 se encuentran en investigación previa, hay 21 llamamientos a juicio y 46 sentencias condenatorias. El 0,73 por ciento de las denuncias ha llegado a sentencia condenatoria.

El desarrollo de cartografías del delito le ha permitido al investigador Aroca identificar que las denuncias por extorsión se concentran en la calle Víctor Emilio Estrada y en las avenidas paralelas.

“Los homicidios se registran con coordenadas. La policía hace el registro, pero no analiza la relación entre delito y espacio. Eso se hace con software cartográfico. Cuando se proyectan los datos espacialmente, se obtienen perspectivas mucho más complejas y válidas para estrategias territoriales”, explica.

Bandas criminales se asientan en Urdesa

Otro desafío que enfrenta Urdesa en términos de seguridad es la cooperación del Municipio y el Gobierno central. “La comunicación y la coordinación entre Segura EP y la Policía Nacional son bastante escasas e insuficientes. Ese es uno de los problemas serios, más allá de la falta de recursos con los que pueda contar la Policía”, advierte el sociólogo.

Para el especialista en seguridad privada Jorge Villacreses, quien trabaja con empresas de Urdesa, el aumento de femicidios, homicidios y asesinatos en el sector se debe a que grupos criminales como Los Tiguerones y Los Choneros han fragmentado su control del territorio en Guayaquil.

“Urdesa ha sido utilizada como lugar de asentamiento de bandas, lo que aumenta los ajustes de cuentas y femicidios vinculados al microtráfico o disputas personales derivadas de violencia de género”, analiza.

Susan Salinas, psicóloga de profesión, forma parte de la iniciativa ciudadana llamada Urdesa Futura. Junto a otros representantes de las ciudadelas del norte, como Kennedy, Atarazana, Urdenor, Bolivariana y FAE, impulsa un plan de acción conjunta que permita interconectar las diferentes Unidades de Policía Comunitaria (UPC) de estos sectores.

Entre las metas de trabajo que se han propuesto para septiembre de 2025 está el funcionamiento de una nueva UPC ubicada en Circunvalación Sur, que ha sido dotada de equipos por los miembros de la comunidad. Actualmente, solo cuentan con una de estas instalaciones.

“La Policía Nacional depende en gran medida del esfuerzo vecinal, pues sin el aporte de la comunidad no logra mantener comunicación ni presencia efectiva en el barrio. No cuenta con vehículos ni personal asignado de manera permanente para cubrir el área de Urdesa. El acceso a internet es insuficiente y la tecnología es nula”, detalla Salinas.

Situaciones de violencia en sectores residenciales se han vivido en otros países afectados por el accionar de bandas criminales. Villacreses cuenta que cuando en Colombia se produjo el proceso de pacificación del barrio llamado Comuna Trece, las bandas se desplazaron a zonas de tipo residencial-comercial. “Algo muy parecido está pasando en Urdesa”.

Entre las evidencias en el sector se encuentran las extorsiones, el uso de motorizados para vigilar locales y las amenazas mediante panfletos.

Cuál es la parroquia con más denuncias en Guayaquil

En 2023, la Fiscalía recibió 10.416 denuncias por robos en la parroquia Tarqui, donde está Urdesa. En 2024 fueron 8.705 y en 2025 llegan a 4.472, números más altos que en la parroquia Carbo (donde se registraron 634 denuncias en esos mismos años) o en la parroquia Sucre (397 denuncias). Los delitos más denunciados son los robos a personas.

Tres robos en tres meses han hecho que Carmen circule atemorizada, dejando su celular en casa y llevando a su hijo adolescente consigo a todos lados. Ella vive en Urdesa desde hace trece años. 

En julio, los delincuentes ingresaron a su casa, en agosto le robaron el teléfono y en septiembre un hombre incluso la agredió físicamente para quitarle la cartera. Todos estos hechos ocurrieron el año pasado. “El robo de mi casa ascendió a unos quinientos dólares en equipos electrónicos. Puse la denuncia y no ha pasado nada”.

Para Villacreses, uno de los factores que afectan al sector es la percepción de impunidad de los delitos. “Al no haber denuncias formales, por desconfianza o burocracia, los delincuentes perciben un bajo riesgo de captura, lo que incentiva el delito”.

Las fuentes que utiliza el Gobierno central para registrar delitos son los procesos policiales y judiciales, explica Rubén Aroca.

“Hay muy poca representación de la víctima y del perpetrador. Cuando se realizan estudios de victimización, se compensan las deficiencias de los sistemas de seguridad policiales. En Estados Unidos hay un registro permanente que se llena en la web y resulta que si no quiero o no puedo denunciar, puedo llenar la información. La victimización te da una cifra mucho más grande que los registros policiales”, sostiene el docente.

Historia arquitectónica de Urdesa

Alejandra Intriago y Jaime Saavedra son dos urdesinos, vecinos y amigos desde hace más de una década, que reconocen los valores arquitectónicos e históricos del barrio, fundado en 1955 como una de las primeras urbanizaciones planificadas de Guayaquil.

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Jaime nació en la casa donde aún vive, en la calle Cedros, y Alejandra llegó a Urdesa hace 15 años. Con una cámara fotográfica capturan las imágenes que aparecen también en el libro ‘Urdesa’, una compilación de artículos y fotografías de esta ciudadela que, según las tesis académicas, fue concebida como una ‘ciudad jardín’.

La casa de Jaime es una puerta a 1950: tiene un patio trasero y otro anterior, una escalera central y una sala que permanece cerrada, con una mesa de mármol, paredes de piedra y los muebles que pertenecieron a su madre. El tiempo no se ha movido aquí. Una arquitectura influenciada por la escuela del modernismo, popular en los estados de California y Florida, que aún existe en Urdesa.

Jaime recuerda las fiestas de quince años, los nombres de los vecinos que se han ido y hasta reconoce la casa donde vivió el expresidente León Febres-Cordero.

Su vivienda, cubierta por arbustos y visitada por la luz del sol a las 16:00, es una de las pocas que mantienen su fachada original y no han sido cubiertas por un muro, como un monumento a los días tranquilos, cuando en Urdesa existía la seguridad.

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