
La UCSG viaja a Venecia: Guayaquil en clave de cacao y madera
La muestra The Smells of Wood and Cocoa de la UCSG propone una lectura sensorial del patrimonio urbano en el Museo del Cacao
La arquitectura también puede olerse. Con esta premisa, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG) presenta una instalación inmersiva que invita a experimentar la ciudad a través de los sentidos. La muestra The Smells of Wood and Cocoa: a Guayaquilenian House —traducida como El olor de la madera y el cacao: una casa guayaquileña— forma parte de la participación de la universidad en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2025, uno de los encuentros académicos y profesionales más relevantes del mundo.
“El nombre está en inglés porque todo el evento se desarrolla en ese idioma, pero su esencia es profundamente guayaquileña”, explica Gilda San Andrés, profesora e investigadora de la Facultad y directora del Laboratorio de Crítica Arquitectónica y Urbana. “Buscamos que el visitante se conecte con la arquitectura no solo desde la vista, sino desde otros sentidos, en este caso el olfato y el gusto”.
De la maqueta a la experiencia inmersiva
El proceso creativo fue resultado de un trabajo conjunto entre docentes, estudiantes y egresados. San Andrés detalla que lo que hoy se exhibe en el Museo del Cacao de Guayaquil son “maquetas de estudio que realizamos dentro de la facultad para llegar a una escala real y enviar esta instalación a Italia”.
En ellas se sintetiza una búsqueda académica por entender la arquitectura no solo como forma y función, sino como experiencia cultural.
El proyecto recrea un fragmento de la Casa Lavayen, un inmueble patrimonial de Guayaquil, y lo relaciona con la historia cacaotera de la ciudad. “Pensamos qué es lo único nuestro, qué nos identifica como guayaquileños, y llegamos al cacao y al chocolate”, explica San Andrés. “Muchos desconocen que Ecuador fue el primer país reconocido científicamente como origen del cacao fino. Llevar este símbolo a Venecia fue una forma de reivindicar nuestra historia”.

Un ejercicio interdisciplinario desde la academia
El profesor Jorge Ordóñez, coautor del proyecto, resalta que la propuesta nació de la docencia y la investigación. “Hace un año y medio, desde mi materia de proyectos arquitectónicos, propusimos ideas para un museo itinerante del patrimonio guayaquileño”, recuerda. “De esas ideas surgió una que se alineó con nuestra intención conceptual, y junto con Gigi la desarrollamos hasta convertirla en la muestra que hoy se presenta en la Bienal”.
El proceso incluyó varias etapas: maquetas, pruebas estructurales a escala real y una construcción que luego fue desmontada para su envío a Italia. “La muestra se construyó aquí, en la facultad, con la participación activa de los estudiantes. Ellos no solo diseñaron y armaron, sino que comprendieron cómo se articula un proyecto arquitectónico con una narrativa cultural”, señala Ordóñez.

La identidad guayaquileña como eje conceptual
El proyecto pone en diálogo la arquitectura con la historia urbana y las prácticas cotidianas de la ciudad portuaria. “Queríamos que quien visite la instalación sienta el olor del cacao, toque la madera, perciba cómo el espacio también comunica memoria”, afirma San Andrés.
Esta dimensión sensorial se logró gracias a la colaboración con Cacao Legacy, una empresa ecuatoriana que facilitó productos de chocolate artesanal para incorporar los aromas dentro de la muestra.
Ordóñez añade que la propuesta también integra otras disciplinas. “Invitamos a la arquitecta y artista gráfica Ariel Triana, creadora de Arluz, para que reinterpretara las fachadas patrimoniales mediante ilustraciones. Su trabajo permitió fusionar el dibujo, la arquitectura y la identidad visual de Guayaquil”.
Academia y patrimonio: una relación viva
La exposición instalada en el Museo del Cacao no solo replica lo mostrado en Venecia, sino que cumple una función pedagógica y de extensión cultural.
“Desde el Laboratorio de Crítica Arquitectónica y Urbana hemos buscado siempre reflexionar sobre la historia de Guayaquil, sobre aquello singular que nos define”, comenta San Andrés.
La muestra permanecerá abierta hasta el 2 de noviembre, mientras que la instalación en Italia podrá visitarse hasta el 23 de noviembre.
Ordóñez enfatiza la relevancia de este tipo de proyectos en la formación universitaria: “La identidad guayaquileña tiene muchas aristas —arquitectónica, comercial, gastronómica— y es importante que los estudiantes comprendan que todas ellas se entrelazan. La academia tiene la responsabilidad de mantener vivo ese diálogo entre ciudad, memoria e innovación”.
Una universidad que proyecta su identidad al mundo
Con esta participación, la UCSG reafirma su liderazgo académico en el ámbito arquitectónico y cultural. La muestra no solo representa un ejercicio estético, sino una investigación que conecta pasado y presente, tradición y contemporaneidad.
“Nuestra invitación es a conocernos mejor, a reconocer nuestro contexto y valorar la riqueza que tenemos como ciudad”, concluye San Andrés. “Cada intervención es una oportunidad para que Guayaquil se mire en el espejo del mundo y recuerde de dónde viene”.