
Santa Narcisa de Jesús: un legado vivo en la Diócesis de Daule
Más de 11.000 fieles asistieron a la proclamación en 2024, y hoy más de 310.000 peregrinos visitan cada año el Santuario
La Diócesis de Daule celebra con júbilo el primer aniversario de la proclamación de Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán como su Patrona. El hecho, que tuvo lugar en diciembre de 2024, se convirtió en un hito histórico para la Iglesia ecuatoriana, al tratarse de la primera vez que una santa nacional es declarada protectora de una diócesis. Nobol, tierra natal de la “Niña Narcisa”, es hoy el epicentro de esta conmemoración, que convoca a miles de fieles.
Incrementa la asistencia de fieles a Narcisa de Jesús
En la proclamación inicial participaron más de 11.000 devotos llegados de diversas provincias del país, quienes asistieron a la Hacienda San José de Nobol. La ceremonia fue presidida por el Nuncio Apostólico, Mons. Andrés Carrascosa Coso, acompañado por obispos y sacerdotes de todo Ecuador, consolidando la devoción hacia una mujer que supo encarnar la fe en lo sencillo y cotidiano.
Desde entonces, el Santuario Nacional en Nobol, donde reposa el cuerpo incorrupto de Santa Narcisa, ha recibido a más de 310.000 peregrinos cada año. Para muchos creyentes, este lugar se ha convertido en un faro espiritual y en un punto de encuentro para quienes buscan fortaleza y esperanza en medio de las dificultades.
“Santa Narcisa es tan noboleña, tan dauleña, tan montubia y tan identificada con su gente, que en ella encontramos el reflejo de la sencillez y la fuerza de la fe de nuestro pueblo”, destacó Mons. Cristóbal Kudlawiec, obispo de Daule. Sus palabras resumen el sentir de una comunidad que reconoce en Narcisita un modelo de entrega y humildad.
Peregrinación Diocesana al Santuario de Nobol
Con este espíritu, el próximo 11 de octubre se realizará la Peregrinación Diocesana al Santuario de Nobol, en la que participarán sacerdotes, religiosas, movimientos eclesiales y laicos de las 30 parroquias que conforman la diócesis. La jornada, enmarcada en el Año Santo de la Esperanza, busca renovar la fe y consolidar la identidad espiritual de la región.
Uno de los momentos más esperados será la presentación solemne del rostro de Santa Narcisa de Jesús, fruto de un estudio histórico apoyado en tecnologías modernas. Aunque existen múltiples representaciones de su imagen, este trabajo ofrece una aproximación más cercana a su verdadera fisonomía, como un gesto de amor y conexión con los fieles.
Más allá de su rostro o sus reliquias, la memoria de Santa Narcisa permanece viva en la vida de los creyentes. Su legado, profundamente enraizado en la cultura montubia, continúa inspirando a generaciones dentro y fuera del Ecuador, recordando que la santidad se manifiesta también en lo sencillo y cotidiano.