
ADN: de ‘aplanadora’ a contar votos
Después de la consulta, ADN se concentró en las resoluciones. Ahora sus aliados excorreístas piensan en su propio minibloque
La mayoría legislativa controlada por el partido Acción Democrática Nacional (ADN) en la Asamblea Nacional ha fluctuado entre la ‘aplanadora’ y un bloque cuya vigencia pende de un hilo, según el tema que se someta a votación.
El actual Legislativo cumplió siete meses en funciones, pero los dos últimos meses de 2025 no han sido particularmente positivos para la mayoría coordinada por ADN. Tras la aprobación de los proyectos económicos urgentes enviados por el Ejecutivo, el Pleno se ha visto envuelto en resoluciones y confrontaciones constantes entre ADN y el correísmo.
Un punto de quiebre fue la consulta popular y sus resultados. Las cuatro preguntas propuestas por el presidente Daniel Noboa no superaron el escrutinio ciudadano y se impuso el No. Esto se convirtió en el primer revés electoral de Daniel Noboa desde 2023.
ADN sin una hoja de ruta
A partir de ahí, el oficialismo no ha logrado marcar la agenda en torno a las principales preocupaciones ciudadanas, más allá de anuncios que han sido ampliamente cuestionados. Por ejemplo, Niels Olsen (ADN), presidente de la Asamblea, impulsó un proyecto para reducir las horas de la ley seca durante los procesos electorales.
En paralelo, Lucía Pozo, su compañera de bancada, presentó la primera reforma tras la fallida intención de instalar una Asamblea Constituyente, con una propuesta que ADN ha asumido como bandera: retirar a las personas privadas de la libertad del grupo de atención prioritaria.
El resto del tiempo se ha destinado a la discusión de resoluciones de exhorto que, en la práctica, no tienen peso legal. Aunque estas sí ponen a prueba la solidez de esa mayoría. Un ejemplo se dio en medio de la confrontación entre el Ejecutivo y el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, cuando ADN intentó cambiar el orden del día para tratar una resolución que cuestionaba la falta de transparencia en los procesos de contratación del Municipio de Quito. La moción fue presentada por el gobiernista Hernán Zapata, pero no logró los 77 votos necesarios.
El último traspié del oficialismo se produjo durante el tratamiento de la Ley Reformatoria a la Ley Orgánica contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes. En esa ocasión, el gobiernista Javier Ordóñez mocionó el archivo del proyecto, pero ante la falta de votos tuvo que solicitar a su bancada que se abstuviera. Ocurrió el pasado 9 de diciembre.
ADN cuenta con 68 legisladores propios, es decir, asambleístas que integran formalmente su bancada. Para alcanzar los 77 votos requeridos para una mayoría absoluta, suele echar mano del apoyo de aliados como los excorreístas Sergio Peña, Jahaira Urresta y Mónica Salazar, además de independientes como Cristian Benavides y Samuel Celleri (ex-PSC).
A ellos se suman tres expulsados de Pachakutik: Fernando Nantipia, José Nango y Edmundo Cerda. En ese bloque también se contaba con los votos de los ex-Pachakutik Carmen Tiupul (segunda vicepresidenta), Manuel Choro y Cecilia Baltazar.
No obstante, tras el tratamiento de leyes urgentes del Gobierno (como las de Áreas Protegidas y el Biess) y el último paro indígena, estos asambleístas se alejaron de ADN.
El detalle es que ahora los aliados evalúan conformar su propio bloque. Como el número no les alcanza para constituir una bancada formal, se habla de un ‘minibloque’. De esta posibilidad habló el excorreísta Sergio Peña. “Queremos una minibancada que sea propositiva”, le dijo el legislador a Teleamazonas.
Además de esta propuesta aún en construcción, la mayoría legislativa enfrenta otro reto para mantenerse viva: sortear los intereses de cada legislador de cara a las seccionales de 2027. Esto tomando en cuenta que durante el próximo año se definirán las candidaturas de esas seccionales.
Con ambos elementos en mente, el analista político Daniel Crespo explica que el escenario cambió para el Gobierno porque, además de las seccionales, Acción Democrática Nacional tenía prevista otra elección en caso de que se aprobara la consulta popular de 2025: la selección de los asambleístas constituyentes.
Al no concretarse ese escenario, Crespo plantea dos posibilidades. La primera es que hay asambleístas que consideran que no están alcanzando la relevancia política que esperan. Y la segunda, que existen independientes que ven la oportunidad de fortalecerse como una tercera fuerza con mayor visibilidad.
Para el exlegislador Héctor Muñoz, la eventual conformación de una pequeña bancada puede interpretarse como la búsqueda de convertirse en el voto dirimente entre las dos fuerzas mayoritarias: ADN y la Revolución Ciudadana (RC). “Muchos de ellos salieron de un lado para sumarse al otro y ahora quieren ser medio neutrales. Esto dice mucho de las personas que están ahí. Ojalá no sea el bloque del chantaje”, analizó.
La bancada oficialista tendrá una prueba de fuego a partir de enero, con el regreso tras el receso legislativo. Está en curso un posible proceso de fiscalización al presidente de la Judicatura, Mario Godoy. Además, el correísmo presentará mañana una solicitud de juicio político contra la misma autoridad. Con esto, una vez más se pondrá sobre la mesa la vigencia (o no) de la mayoría oficialista.
Crespo considera que, en la coyuntura actual, el oficialismo estará en la obligación de actuar como una verdadera Asamblea, es decir, abriendo espacios al debate, fomentando más diálogo y dando “menos espacio a la idea de que la gobernabilidad depende únicamente de subordinarse a los dictámenes del Ejecutivo”.
¿Cuál es el papel del psc en este escenario?
A partir de las intenciones de formar nuevos bloques por fuera del control del oficialismo y el correísmo, hay una fuerza política que aparece, sin ser mayoritaria, como la posible guía para los independientes. Se trata del Partido Social Cristiano (PSC).
EXPRESO habló con el asambleísta socialcristiano Otto Vera sobre la posibilidad de que su partido comande un nuevo bloque legislativo. Ante la consulta, comentó: “No hemos conversado para nada. Estamos pendientes, más bien, de que debe provocarse la unidad. El país, con los escándalos que se han visto, no merece más divisiones. Lo que intentaremos de aquí en adelante es hacer recapacitar al bloque oficialista”.
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