Día de campo
A punto de cumplir medio siglo, el Día del Campo sigue siendo un símbolo de comunidad, tradición y compromiso social en el Colegio Alemán Humboldt.Gabriel Cornejo

El Día del Campo del Alemán Humboldt celebra 49 años de tradición y solidaridad

El Oktoberfest fusiona tradiciones alemanas y ecuatorianas, logrando que las familias disfruten la interculturalidad

El Colegio Alemán Humboldt de Guayaquil celebró la edición número 49 del tradicional Día del Campo – Oktoberfest, una de las actividades más esperadas por su comunidad educativa. Este evento, que combina cultura, solidaridad y diversión, reunió a cerca de siete mil personas entre estudiantes, padres de familia, exalumnos y docentes, en una jornada que reafirmó los lazos de unidad y compromiso social del colegio. Lo que nació hace casi cinco décadas como una iniciativa de los padres para compartir un día familiar, hoy se ha convertido en una de las celebraciones más grandes de la institución, capaz de convocar a generaciones enteras que regresan año a año para disfrutar de esta fiesta bicultural.

Una tradición que nació hace medio siglo

De acuerdo con Andrea Patiño, vocera del Departamento de Comunicación del colegio, el origen de esta tradición se remonta a los años setenta, cuando un grupo de padres organizó por primera vez un encuentro inspirado en el Oktoberfest alemán. “El próximo año cumpliremos 50 años de un evento organizado por los padres de familia. Es una tradición que nació como el Día de la Familia, una costumbre alemana que con el tiempo se transformó en el Día del Campo”, explica. 

Desde entonces, el Comité Central de Padres de Familia ha asumido la organización completa del evento, convirtiéndose en una estructura sólida dentro del colegio, con su propia asamblea y representantes por cada sección académica.

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La presidenta del comité, Mónica Moriano, destaca que este año la celebración se dividió en tres momentos: una mañana dedicada a los niños pequeños y sus familias, una jornada intermedia para los estudiantes de edades entre 8 y 12 años, y un cierre nocturno con presentaciones musicales, luces y espectáculos que se extendieron hasta la medianoche

“Es un evento familiar, donde cada parte del día está pensada para todas las edades. En total, tenemos alrededor de 7.000 asistentes, entre padres, exalumnos y amigos del colegio”, señaló Moriano, quien además anunció que la edición número 50 tendrá sorpresas especiales.

La biculturalidad como sello de identidad

El Día del Campo es también un reflejo de la identidad bicultural que caracteriza al Colegio Alemán. Inspirado en las tradiciones bávaras del Oktoberfest, el evento incorpora elementos de la cultura ecuatoriana, creando una experiencia única donde ambas tradiciones conviven en armonía. “Los alemanes que tenemos aquí lo disfrutan muchísimo, vienen con sus trajes típicos y se sienten parte de esta tradición. A la vez, nosotros disfrutamos de nuestras propias costumbres. Es lindo poder decir que comemos encebollado, pero también decimos danke (gracias)”, afirma Moriano, resaltando el valor de esta celebración como espacio de intercambio cultural y convivencia.

Aleman Humboldt
El evento recauda fondos para garantizar la educación de estudiantes que han perdido a uno de sus padres, manteniendo vivo el espíritu solidario del colegio.Cortesía

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Más allá de su carácter festivo, el Día del Campo tiene un propósito profundamente solidario. Los fondos recaudados durante el evento se destinan al Fondo de Subvención de Becas, un programa creado por el comité para garantizar que los hijos de familias que han perdido a uno de sus padres puedan continuar sus estudios sin interrupciones. Actualmente, 24 estudiantes desde preescolar hasta bachillerato son beneficiarios de este fondo. 

“El sentir de esto es que todos podamos saber que la comunidad del colegio y los padres te apoyamos hasta en ese momento que puede ser tan triste o inesperado. No solo trabajamos por 24 niños, trabajamos por todos los que están matriculados en el colegio”, enfatizó la presidenta.

Entre las historias que más conmueven al comité están las de aquellos padres que, antes de fallecer, encontraron tranquilidad al saber que sus hijos estarían protegidos por este fondo. Moriano recordó el caso de una madre que confeccionaba uniformes escolares y que, al ser diagnosticada con cáncer, expresó su paz al saber que la educación de sus hijos estaba asegurada. “Eso te da la idea de que la gente que ha formado parte de este comité ha trabajado con el corazón. Los que vinieron antes nos prepararon el camino para seguir ayudando”, comentó emocionada.

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Más de siete mil personas participaron en una jornada llena de música, juegos, comidas típicas y espectáculos que fortalecen la unión de la comunidad educativa.Gabriel Cornejo

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El Comité Central de Padres de Familia está integrado actualmente por un grupo de mujeres comprometidas con la causa educativa. Psicólogas, auditoras, importadoras y comunicadoras unen su tiempo y esfuerzo para sacar adelante cada edición del evento. “Para estar en el comité tienes que tener ganas de servir. Sin eso no se puede. Todos sacrificamos tiempo de casa, de trabajo y de familia para estar aquí”, señaló Moriano. Cada integrante aporta sus habilidades: una maneja las redes sociales, otra las auditorías, otra la contabilidad, y todas comparten el mismo espíritu solidario.

El evento también se ha convertido en una vitrina para el emprendimiento de los padres y exalumnos. Muchos de ellos participan con sus propios negocios, mostrando productos, alimentos o servicios. Entre los casos más destacados está el de María José Díaz, madre de familia y fundadora de la marca Active Kids, que confecciona trajes típicos alemanes. “Todo empezó porque hacía los vestidos de mis hijas y otras mamás me pedían. Ahora vendo a varios colegios. Es algo muy bonito porque, además de mantener la tradición, compartimos parte de nuestra cultura con otras familias”, explicó.

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Padres y exalumnos muestran sus proyectos durante el evento, como la marca Active Kids, dedicada a confeccionar trajes típicos alemanes.Gabriel Cornejo

Un legado que trasciende generaciones

A lo largo de los años, el Día del Campo – Oktoberfest se ha consolidado como un símbolo de identidad, cooperación y pertenencia dentro del Colegio Alemán Humboldt. No se trata solo de una fiesta, sino de una manifestación de compromiso colectivo. Lo resume bien Andrea Patiño: “Sigue siendo un evento familiar, solidario y con espíritu alemán, que demuestra que la tradición y la empatía pueden caminar de la mano”. Y es precisamente esa combinación —entre alegría, servicio y comunidad— la que ha permitido que esta celebración perdure durante casi medio siglo y siga creciendo con el mismo entusiasmo con el que comenzó.

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