
La Universidad de Guayaquil abre su primera feria itinerante de ciencias naturales
La feria itinerante del Museo de Historia Natural expone especies representativas del bosque seco tropical
La Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil celebró sus 56 años de creación con un hecho notorio: la apertura de la primera feria itinerante del Museo de Historia Natural. En este espacio, docentes, investigadores y estudiantes expusieron al público colecciones de flora, fauna, rocas, minerales y fósiles que durante décadas han sido recopiladas como parte de proyectos académicos y de investigación. La muestra busca, sobre todo, acercar a la ciudadanía al conocimiento científico y crear conciencia sobre la importancia de proteger los ecosistemas.
Años de estudio exhibidos en museo itinerante
La doctora Carmita Bonifaz, gestora general de investigación de la Facultad, resaltó que el objetivo principal es visibilizar colecciones que, aunque forman parte del patrimonio científico de la Universidad, no cuentan todavía con un edificio propio para ser exhibidas. “Son años de estudios, no es una cuestión improvisada. Estas colecciones históricas representan generaciones de investigadores que han dejado un legado invaluable”, señaló, mientras recorría los cinco puntos de exposición acondicionados en aulas y espacios del campus.
Entre las muestras más destacadas se encuentran especies representativas del bosque seco tropical de la región Costa del Ecuador, algunas de las cuales ya no son comunes de ver debido al cambio de uso de suelo y la destrucción de humedales. Ejemplos como la gallareta, el pato cuervo o el pato maría, hoy ausentes en muchos hábitats, fueron exhibidos como recordatorio de los efectos de la intervención humana. También se incluyó el caso del pijío (Cavanillesia platanifolia), árbol que sirve de albergue al loro de Guayaquil y que actualmente enfrenta una drástica reducción de individuos.
Ciencia que sale del país hacia el mundo
El profesor e investigador Xavier Cornejo destacó el aporte de la exposición al conocimiento botánico internacional. En 2020, desde esta facultad se describió una nueva especie de mangle —Pelicelia benjaminii— encontrada en la costa del Pacífico y del Caribe colombiano. “Fue un hallazgo sorprendente en un ecosistema que se creía ya estudiado en su totalidad. Desde aquí producimos ciencia que llama la atención en América Latina y el mundo”, expresó Cornejo, quien este año fue invitado a exponer en Abu Dhabi sobre sus investigaciones en manglares.
Los estudiantes también jugaron un rol fundamental en la organización y curaduría de las muestras. María Paula Quintero, alumna de noveno semestre de Biología, explicó que participaron en tareas como el cambio de soluciones preservantes, taxidermia y montaje de especies. “Los museos cumplen un rol muy importante porque nos permiten estudiar especies que quizá ya no estén en su hábitat natural. A través de estas colecciones podemos conocer estructuras, funciones ecológicas y entender mejor la importancia de su preservación”, comentó.

Cuarenta año de trabajos académicos expuestos
Para la doctora Amelín Mayorga Galván, decana de investigación de posgrado e internacionalización de la Universidad, la feria marca un hito en la extensión universitaria. “Estamos poniendo a disposición de la comunidad más de 40 años de trabajo académico e investigativo. Es un aporte que fortalece la ciencia, la enseñanza y, sobre todo, la conciencia ambiental de la sociedad”, afirmó. De su lado, la máster Jenny Rosero Lozano, decana de la Facultad, subrayó que estas colecciones, producto de salidas de campo y proyectos de investigación, son parte del legado de docentes y estudiantes que durante décadas han trabajado por la conservación del patrimonio natural.
El recorrido contó con la presencia del rector, Francisco Morán Peña, quien junto a las autoridades académicas visitó los espacios y dialogó con los expositores. Estudiantes de secundaria también asistieron, enriqueciendo su formación con información científica sobre aves comunes de la Costa, árboles del bosque seco, fósiles y minerales del Ecuador. En total, cinco espacios reunieron a la comunidad académica y ciudadana en torno a la riqueza natural del país.
Más allá de la celebración, la exposición itinerante del Museo de Historia Natural se convierte en un llamado urgente a la reflexión. Los docentes coinciden en que la deforestación, la fragmentación de bosques y el cambio climático son factores que ponen en riesgo a numerosas especies. La feria busca que, a través del conocimiento, el público entienda que proteger la biodiversidad es una responsabilidad compartida. Como resume Bonifaz: “Cuando alguien conoce, sabe por qué lucha”.