
Mamdani ratifica que Trump es un "fascista" pese a cordialidad en reunión
El político prioriza la crisis de Nueva York sobre las diferencias ideológicas con el republicano
Zohran Mamdani, el alcalde electo de Nueva York autodefinido como socialista democrático, confirmó que sigue considerando "fascista" al presidente Donald Trump, a pesar de haber sostenido una reunión productiva y cordial con él en la Casa Blanca. Aunque ambos políticos representan extremos ideológicos opuestos, han acordado una "camaradería pragmática" enfocada en resolver la crisis de asequibilidad que afecta a los ocho millones de habitantes de la ciudad.
¿Por qué Trump aceptó el calificativo de Mamdani?
El encuentro en el Despacho Oval marcó un giro radical en la relación entre ambos, enterrando semanas de hostilidad donde Trump había tildado a Mamdani de "comunista". Durante una conferencia conjunta, cuando la prensa cuestionó al alcalde sobre si mantenía la etiqueta de fascista, fue el propio Trump quien intervino para validar el comentario: "Está bien. Puedes decirlo. Es más fácil que explicarlo. No me importa", señaló el mandatario mientras le daba una palmada en el brazo.
Este cambio de tono incluyó una defensa inesperada por parte de Trump ante los ataques de la republicana Elise Stefanik, quien había llamado "yihadista" a Mamdani, el primer musulmán en ocupar este cargo.
"Estamos de acuerdo en mucho más de lo que creí. Cuanto mejor le vaya a él, más contento estaré", aseguró Donald Trump tras la reunión.
Mamdani, de 34 años, asumirá el cargo el próximo 1 de enero con una postura clara: trabajar con la Casa Blanca es vital para el futuro de Nueva York, independientemente de las etiquetas ideológicas. El alcalde electo reconoció que la reunión fue productiva porque el diálogo se alejó de los desacuerdos políticos para centrarse en soluciones concretas para la ciudad.
Donald Trump pasó de amenazar con recortar fondos federales a calificar a Mamdani como "un gran campeón" y alguien "muy racional". Esta alianza inusual sugiere una estrategia de gobernabilidad basada en intereses mutuos más que en afinidades partidistas.