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Aprende a comer sin culpaFREEPIK

Sane su relación con la comida: claves para comer mejor y sentirte bien

Deje de luchar contra su cuerpo y enfóquese en lograr la paz alimentaria y fortalecer una salud emocional duradera

Querido lector, ¿cuántas veces se ha detenido a pensar realmente en cómo se habla a usted mismo cuando come? ¿O qué emociones le acompañan cuando elige ciertos alimentos? Gabriela Cucalón, nutricionista especializada en alimentación intuitiva, y María del Carmen Rodrigo, psicóloga clínica, han creado algo extraordinario: un espacio seguro donde exploran estas preguntas sin juicios, sin dietas restrictivas y, sobre todo, con mucha compasión.

Su taller ‘Mi cuerpo y yo’ es como ese amigo sabio que le toma de la mano y le dice: “Respire, vamos a hacer esto de otra manera”. Y es que, sea honesto, la mayoría ha crecido en una cultura que les ha enseñado a ver la comida como enemiga, el ejercicio como castigo y el cuerpo como un proyecto eterno de mejora. Pero, ¿y si le dijera que existe otro camino?

El lenguaje de su cuerpo

Gabriela cuenta que “la alimentación intuitiva no es otra dieta de moda. Es volver a conectar con esa sabiduría corporal que todos llevamos dentro, pero que hemos olvidado entre tantas reglas y ‘deberías’”.

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¿Recuerda cuando era niño y simplemente dejaba de comer cuando estaba satisfecho? Sin calcular calorías, sin remordimientos. La alimentación intuitiva trata precisamente de recuperar esa relación natural con la comida. Pero ojo, no es un “como lo que quiero cuando quiero” sin conciencia. Es todo lo contrario: es aprender a escuchar.

Si algo de esto resonó en usted, quizá sea el momento de dar el primer paso. No hace falta cambiar de golpe. Empiece por algo pequeño hoy. Tal vez comer ese postre que le gusta sin culpa. O mirarse al espejo y encontrar algo bonito (sí, aunque cueste).

Recuerde que este no es un camino de perfección, sino de paciencia y curiosidad. Como dice Gabriela: “Su cuerpo no es un problema por resolver, sino su compañero de vida”. Y merece que lo trate como tal.

Herramientas que ayudan

“No se trata de perfección. Habrá días en que comas por estrés o emociones, y está bien. El objetivo es aumentar la conciencia, no la culpa”, comparte María del Carmen.

  • El ejercicio de los 5 sentidos: Antes de comer, dedique un momento para observar su comida. ¿Qué colores tiene? ¿Qué aromas desprende? Tóquela, escuche cómo suena al cortarla. Cuando por fin la prueba, hágalo lentamente, note cada matiz de sabor.
  • El diario de sensaciones: Después de comer, anote no sólo qué comió, sino cómo se sintió física y emocionalmente. ¿Le dio energía? ¿Le pesó? ¿Le generó alegría o culpa? Con el tiempo, empezará a ver patrones fascinantes.
  • La pausa consciente: Cuando sienta ansiedad por comer, hágase esta pregunta: “¿Tengo hambre de comida o hambre de algo más?”. A veces lo que se necesita es descanso, compañía o simplemente un abrazo.

Del odio al respeto

Lo interesante de este enfoque es que no promete cambios físicos (aunque pueden venir como efecto secundario), sino algo mucho más valioso: paz interior. “Imagine”, dice María del Carmen, “despertar y no odiar su reflejo. Elegir comida sin miedo. Moverse por placer. Eso es libertad”. Pequeños pasos para empezar hoy:

  1. Limpieza digital: Revise a quién sigue en redes. ¿Le inspiran o le hacen sentir mal? Hacer unfollow es autocuidado.
  2. Afirmaciones matutinas: En lugar de criticarse al espejo, pruebe decir: “Gracias por sostenerme hoy. Juntos lo haremos bien”.
  3. Comidas sin multitasking: Al menos una comida al día sin pantallas. Solo usted y su comida.
  4. Toque corporal: Aprenda a tocarse con cariño, como lo haría con alguien que ama. Un masaje de manos, una crema humectante... gestos simples pero profundos.

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