
Daniel Noboa: lo que cumplió y lo que no como presidente reelecto en 2025
Reelecto en 2025, Daniel Noboa cierra su primer año con avances en seguridad y desafíos pendientes
Daniel Noboa asumió la Presidencia de la República por primera vez el 23 de noviembre de 2023, tras imponerse en las elecciones extraordinarias convocadas luego de la 'muerte cruzada' decretada por el entonces mandatario Guillermo Lasso.
Su proyecto político fue ratificado en abril de 2025, cuando logró la reelección con el 55,62 % de los votos. Con ese respaldo, inició un nuevo período presidencial el 24 de mayo del presente año.
Durante su campaña y al asumir el cargo, el presidente Noboa sintetizó su plan de gobierno en torno a tres ejes fundamentales: seguridad, inversión pública y empleo juvenil. Estos pilares fueron presentados como las herramientas clave para recuperar la gobernabilidad, reducir la desigualdad social y reactivar la economía del país.
Sin embargo, al acercarse el cierre del año, el inicio de su gobierno se ve marcado por desafíos que persisten. La declaratoria de un conflicto armado interno, una economía con señales aún frágiles de recuperación, una profunda crisis sanitaria que obligó a reajustes en la planificación inicial de su gestión, y un reciente revés electoral evidencian que el país continúa en tensión y enfrenta problemas estructurales sin resolver
Seguridad: entre cárceles de máxima seguridad y cifras récord de homicidios
Al culminar su primer año de gestión, el presidente Daniel Noboa ha concentrado la acción de su gobierno en la crisis de seguridad, con una estrategia marcada por la aplicación de sucesivos estados de excepción para enfrentar a más de 20 grupos delictivos catalogados oficialmente como organizaciones terroristas.
Si bien esta estrategia se ha cimentado sobre una promesa clave de campaña, la realidad presenta un fuerte contraste entre un logro tangible y un incumplimiento en la meta vital de pacificación.
La materialización del control penitenciario
Una de las premisas centrales de la estrategia de seguridad del mandatario fue la necesidad de abordar la crisis mediante el "control efectivo del sistema penitenciario", incluyendo la segmentación para aislar a los criminales de mayor peligrosidad.
Esta propuesta se concretó el 10 de noviembre con la inauguración de 'La Cárcel del Encuentro' (máxima seguridad). El centro penitenciario está diseñado para albergar a reos considerados de alta peligrosidad bajo un régimen estricto de aislamiento y vigilancia, buscando neutralizar su capacidad de operación y coordinación de actividades criminales desde la prisión.
Contraste con las proyecciones iniciales
No obstante, esta estrategia de control penitenciario debe ser vista en el marco de las metas ambiciosas que el propio presidente fijó durante la campaña. En ese momento, Noboa afirmó que uno de sus principales objetivos era reducir en un 50 % las muertes violentas durante el primer año de gobierno y llevarlas “casi a cero” en un plazo de 18 meses.
Estas optimistas proyecciones, que buscaban devolver la confianza ciudadana, contrastan fuertemente con la realidad de violencia sostenida que experimenta el país al cierre del primer año. Las cifras disponibles demuestran que, lejos de la reducción prometida, la violencia letal ha continuado en ascenso, desafiando la estrategia gubernamental
La violencia letal continúa en ascenso
Las cifras oficiales muestran que la violencia letal continúa en ascenso. Según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), en el primer semestre de 2025 se registraron 4.619 homicidios intencionales, lo que representa un incremento del 47 % en comparación con el mismo periodo de 2024.
De acuerdo con el organismo, se trata del semestre más violento desde que existen registros comparables, un dato que pone en entredicho la efectividad de las medidas adoptadas hasta ahora.
Empleo juvenil: promesas y realidades
Mientras la seguridad ha dominado la agenda y el debate público, el gobierno de Noboa también se enfocó en atender los otros dos pilares de su propuesta: la educación y, fundamentalmente, el empleo juvenil, presentados como herramientas esenciales para la reactivación económica del país.
Durante su campaña, Noboa presentó el empleo juvenil como uno de los ejes centrales de su propuesta. Prometió crear 250.000 plazas de trabajo para jóvenes mediante incentivos tributarios a empresas que contrataran menores de 30 años y programas de capacitación. En eventos públicos, llamó a la juventud a “rebelarse contra la vieja política” y aseguró que su gobierno sería liderado por nuevas generaciones
Ya en el poder, Noboa lanzó el programa 'Jóvenes en Acción', que en su primera fase benefició a unos 24.433 jóvenes con pasantías pagadas. En julio de 2025 anunció una segunda fase con 80.000 cupos para prácticas laborales y capacitación. Aunque estas iniciativas representan un esfuerzo concreto, están lejos de la meta de 250.000 empleos y han sido criticadas por ser programas temporales que no resuelven el problema estructural del desempleo juvenil.

En noviembre de 2025, el desempleo juvenil alcanzó 42,3%, un incremento respecto al 41,9% de julio. Analistas advierten que los programas de pasantías no resuelven el problema estructural y que la falta de reformas profundas mantiene a la juventud en precariedad. En contraste con las promesas de campaña, la gestión de Noboa ha mostrado avances puntuales pero insuficientes frente a la magnitud del desafío.
Vivienda: la meta de 100.000 casas frente a entregas mínimas en 2025
Otra de las promesas de campaña del Ejecutivo fue la entrega de 100.000 viviendas en un plazo de cuatro años, con el objetivo de reducir el déficit habitacional y garantizar soluciones dignas para familias que aún no cuentan con un techo propio. No obstante, durante el primer año de gestión, los avances en esta materia han sido limitados, y el número de viviendas entregadas resulta insuficiente frente a la meta planteada.
En enero de 2024, el presidente Daniel Noboa entregó las primeras 150 viviendas gratuitas como parte del programa 'Nuevo Ecuador'. Las casas fueron adjudicadas a familias en situación de vulnerabilidad, seleccionadas bajo criterios de pobreza extrema y necesidad habitacional, según informó el Gobierno. El acto fue presentado como el punto de partida de un plan de alcance nacional.
Sin embargo, los resultados iniciales reflejan un desfase significativo respecto al objetivo trazado. Para cumplir la promesa de campaña, el Estado debería entregar alrededor de 25.000 viviendas por año, una cifra que, hasta el cierre del primer año de gobierno, aún se encuentra lejos de alcanzarse, lo que plantea dudas sobre la viabilidad del cronograma y la capacidad de ejecución del programa habitacional.
Salud pública: promesas, crisis y ajustes
A la par de sus iniciativas en seguridad y economía, el fortalecimiento del sistema de salud también figuró prominentemente en la agenda del presidente Daniel Noboa. Uno de los anuncios concretos en este sector fue la construcción de la Torre Oncológica del Hospital Eugenio Espejo. Aunque en 2024 el presidente Daniel Noboa y el exministro de Salud, Antonio Naranjo, realizaron una inspección del proyecto, este sigue en fase de planificación y verificación.
No obstante, el primer año de gobierno ha evidenciado que la crisis del sistema sanitario va más allá de nuevas infraestructuras. El Ministerio de Salud Pública se ha convertido en una de las carteras más inestables del Ejecutivo, con seis ministros en un lapso de 24 meses, reflejo de una gestión marcada por conflictos internos y problemas estructurales que siguen sin resolverse.

Crisis sanitaria y cambios en la gestión
Uno de los problemas más visibles ha sido la falta de medicamentos, denunciada de forma reiterada por la ciudadanía, personal médico y autoridades. Varios de los ministros que ocuparon el cargo alertaron sobre la existencia de mafias enquistadas en los procesos de compras públicas, lo que habría afectado el abastecimiento regular de hospitales y centros de salud.
Ante estas demandas, el 12 de diciembre, el presidente Daniel Noboa firmó el Decreto Ejecutivo 243, que reforma las normas de contratación pública en el sector salud. La medida busca agilizar la adquisición de medicamentos, insumos y servicios, permitiendo repetir los procesos de compra cuando exista una justificación técnica, en un contexto marcado por el hallazgo de desvío de fármacos hacia mercados ilegales.
La reforma se inscribe en una serie de decisiones adoptadas por el Ejecutivo frente a la crisis sanitaria.

Entre ellas figura la salida del país de Healthbird, la startup estadounidense contratada para implementar un sistema de gestión sanitaria, cuyo acuerdo quedó bajo cuestionamientos públicos y observación de los organismos de control, en medio de denuncias y presunciones de posibles irregularidades en el uso de recursos públicos.
A este episodio se suman la compra masiva de medicamentos bajo declaratoria de emergencia, iniciada en octubre, y la creación, en agosto, del Comité Nacional de Salud Pública (Consap), junto con el anuncio de una inversión de 200 millones de dólares para el sector.
Pese a este conjunto de medidas, el balance del primer año muestra que las respuestas del Gobierno han sido reactivas y fragmentadas, y que la crisis estructural del sistema de salud sigue siendo uno de los principales desafíos pendientes de la administración de Daniel Noboa.
Un balance con deudas pendientes
Al cumplirse el primer año de gestión del presidente Daniel Noboa, el balance general muestra un gobierno concentrado en medidas de seguridad, reformas normativas y anuncios de gestión, con escasos avances en obra pública. Entre los proyectos concretados figura la cárcel de máxima seguridad de El Encuentro, inaugurada como parte de la estrategia para enfrentar al crimen organizado y reforzar el control del sistema penitenciario.
La persistencia de la violencia, la crisis estructural del sistema de salud, los rezagos en vivienda y empleo, y las dificultades en la ejecución de políticas públicas evidencian que el principal desafío del Ejecutivo ya no está en el diagnóstico, sino en la capacidad de traducir las promesas en resultados. El segundo tramo del mandato será clave para medir si el Gobierno logra avanzar hacia soluciones sostenidas en un país que continúa en tensión.
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