
Daniel Noboa: Dos años en el poder sin una hoja de ruta ni un norte claro
Pese al discurso, el Gobierno de Daniel Noboa aún no ofrece certezas en temas críticos y mantiene una actitud reactiva
En mayo de 2025, cuando inició oficialmente su primer mandato, el presidente Daniel Noboa aseguró que su proyecto de “Nuevo Ecuador” tenía una hoja de ruta clara: ser firmes contra el crimen, justos con la gente, visibles con obras e indescifrables para la vieja política, entre otras premisas.
Sin embargo, analistas señalan que, en dos años de gobierno (Noboa está en el poder desde 2023, cuando fue electo para completar el mandato de Guillermo Lasso), el presidente no ha logrado, en los hechos, consolidar esa hoja de ruta, especialmente tras perder la posibilidad de instalar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.
El pago de salarios y beneficios a servidores públicos representa el 43% de los gastos corrientes en la Proforma del Presupuesto General del Estado 2026, equivalente a $23.482,20 millones.
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Daniel Noboa ya rebasó la "luna de miel" de los presidentes electos
Más allá del énfasis en la lucha contra el crimen organizado, la política macroeconómica y las relaciones internacionales, el jurista y director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Mauricio Alarcón, sostiene que el presidente Daniel Noboa no ha definido con claridad cuáles son las líneas matrices que guían su mandato, que se extenderá hasta 2029.
“Dos años era tiempo suficiente para ver una hoja de ruta, para ver un plan trazado en las distintas materias, para ver una agenda programática. Hasta este momento no se ve y no son, insisto, los seis primeros meses de gobierno, son dos años”, comenta. Añade que la falta de autoevaluación y autocrítica ya le está pasando factura, como se evidenció en su derrota en el referéndum y consulta popular.
La derrota electoral, acota Alarcón, puso en evidencia la pérdida de confianza ciudadana en el presidente, por lo que mostrar un norte es ahora más importante que nunca, sobre todo con tres años de mandato por delante. “Es vital que, para recuperar la confianza y la credibilidad, nos plantee una hoja de ruta. No unilateral, sino producto de un proceso colaborativo nacional”.

La derrota en la consulta popular de 2025 no define a Daniel Noboa
Por otra parte, la experta en comunicación y académica Caroline Ávila señala que es muy pronto para desahuciar al presidente Daniel Noboa y a su gobierno. “Le quedan tres años y medio. Solo se le ha caído una de sus agendas, pero eso no quiere decir que no pueda tener otra (...). Si bien es cierto que habló en campaña de convocar una Constituyente, esa no era su única propuesta”, sostiene.
De hecho, considera que algunas acciones del mandatario sí muestran un rumbo, pero el problema es otro: “Entiendo que tenga que viajar para atraer inversión internacional, pero no sirve de mucho si, con el mismo ímpetu con el que viaja y arma agendas internacionales, también compromete participación o contratos con empresas como HealthBird que luego dicen: ‘no hay seguridad jurídica, me voy’”.
Esa práctica de “borrar con el codo lo que haces con la mano”, agrega Ávila, dificulta que el presidente pueda sostener una agenda de país si no existe claridad sobre las acciones necesarias para avanzar en temas como seguridad, economía y salud. “Creo que por ahí es donde el presidente definitivamente tiene que moverse, y hacerlo de manera más consolidada”.
El Gobierno de Noboa no tiene muestras de querer mejorar
El analista político Giuseppe Cabrera está en la vereda contraria. A diferencia de Ávila, afirma que ni siquiera existe una agenda programática, sino decisiones aisladas. “Lo que buscan es tener golpes de comunicación. Son más decisiones desde la demagogia que desde la estrategia, porque no hay políticas públicas articuladas. Es decir, construir una cárcel no es una política pública de seguridad; es, simplemente, una cárcel”.
Para Cabrera, esto es resultado de una serie de falencias que Noboa arrastra sin mostrar voluntad de corregir: falta de equipo, ausencia de una idea mínima del país que busca, y la inexistencia de un verdadero partido oficialista que sea algo más que el membrete y los colores de Acción Democrática Nacional (ADN, lista 7).
La falta de una idea mínima de país es, a su criterio, el más grave y notorio de los errores del régimen: “No puedo proponer algo que no entiendo. Dice ser de centroizquierda, pero elimina subsidios, pero da bonos, pero tiene una política de seguridad fuerte... es una ambigüedad, una ambivalencia, una serie de contradicciones”.
La Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), por ley, está obligada a transparentar información pública, pero todavía no entrega la información.
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La sociedad civil tiene un rol limitado ante la falta de agenda de Noboa
En ese escenario, Cabrera sostiene que el rol de la sociedad civil adquiere mayor relevancia, pues puede intentar imponer una agenda al gobierno, aunque corra el riesgo de ser ignorada. “Las universidades pueden proponer una agenda, aunque creo que el gobierno no tiene vocación de escucha; si la tuviera, no nos habría llevado a esa consulta y respetaría las decisiones técnicas”.
De forma similar, el jurista Mauricio Alarcón señala que la sociedad civil puede elaborar una agenda, pero su éxito dependerá de la receptividad del gobierno. “Si no hay voluntad del gobierno de aceptarla e implementarla, se queda como una agenda de sociedad civil. Por eso es vital que sea el gobierno quien proponga esa hoja de ruta, quien lidere esa agenda”.
Ávila, por su parte, destaca que la población y sus reproches por el deterioro de los servicios y atenciones básicas ya están señalando al gobierno cuáles son las verdaderas prioridades.
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