
La bancada oficialista pierde el norte tras el porrazo del 16N
Análisis | Fue evidente que en ADN no todos están alineados con el Gobierno y también que las alianzas se han debilitado
Durante la sesión de la Asamblea Nacional del martes 9 de diciembre ocurrió un episodio que, si no fuera porque resume dos factores centrales de la vida del organismo después del 16N (la consulta popular del 16 de noviembre, propuesta por el Gobierno), habría pasado completamente desapercibido y no habría tenido la más mínima relevancia. El primer factor es que, tras el 16N, la bancada de ADN quedó aturdida y sin la unidad ni la fuerza que la animaban. El segundo, que a nadie le importa un comino lo que ocurre en la Asamblea. Dicho de otra manera, la trascendencia de ese organismo prácticamente ha desaparecido del horizonte político del país después de la estrepitosa derrota del oficialismo en la consulta.
En el episodio de marras, la bancada de ADN presentó una moción para archivar el proyecto de Ley Contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, preparado para primer debate en la Comisión de Asuntos Internacionales. La propuesta fue presentada el 7 de mayo de 2025, en la Legislatura pasada, por la asambleísta correísta Paola Cabezas.
El oficialismo, representado por ADN en la Asamblea Nacional, no pudo archivar en primer debate el proyecto de Ley Reformatoria a la Ley Orgánica contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes.
— Diario Expreso (@Expresoec) December 9, 2025
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ADN y el correísmo enfrentados, nuevamente, en la Asamblea
De acuerdo con el texto de la moción de archivo planteada por el bloque del Gobierno, ese proyecto de ley generaba gastos sin financiamiento (lo cual es inconstitucional), además de “duplicidad normativa, rigidez en la gestión pública y posible contradicción con disposiciones reglamentarias”. Según el asambleísta Xavier Ordóñez, de ADN, el texto estaba pésimamente planteado y no cumplía con los estándares legislativos, por lo que debía ser archivado. “Este proyecto se lo vendió como la panacea para fortalecer la lucha contra el tráfico de migrantes, pero lo primero que encontramos fue confusión normativa”, manifestó Ordóñez, y añadió: “Este proyecto se centra en el control, pero se olvida de la atención a los migrantes. Se olvida de que existen el Ministerio de Salud, el MIES, la reintegración, la vivienda, la reinserción laboral”.
Entonces, el correísmo protestó y criticó la postura gobiernista. Varios asambleístas de esa bancada intervinieron para defender el proyecto y rechazaron la moción de archivo. “Hoy se está archivando una ley que beneficia a las víctimas”, dijo Paola Cabezas. Y agregó durante su intervención que “cuando este Parlamento archiva una ley de prevención, el mensaje que está dando es devastador: que la vida de las víctimas pesa menos que las tensiones políticas internas en esta Asamblea”. Según el correísmo, la propuesta no generaba nuevos gastos, como aseguró Ordóñez, ni se contraponía a otra normativa vigente. “Es una cortina de humo para tapar una decisión política”, argumentó Cabezas.

El cambio repentino de opinión de la bancada oficialista
Pero todo cambió de un momento a otro: Paola Cabezas se acercó a la curul del gobiernista Xavier Ordóñez y ambos sostuvieron un corto y apacible diálogo. Minutos después, Ordóñez volvió a tomar la palabra y cambió de opinión: esta vez le pidió a su bancada abstenerse durante la votación, de modo que la ley siguiera siendo tratada en la Comisión de Asuntos Internacionales para hacerle las reformas que, aseguró, necesita. ¿Por qué cambió de opinión Ordóñez? ¿Por qué, luego de argumentar con tanta fuerza a favor del archivo, ahora pedía a sus compañeros que se abstuvieran? Por una razón simple: en su bancada no todos estaban de acuerdo con archivar el proyecto y se mostraban renuentes a votar la moción oficialista. Según Ordóñez, manteniendo el proyecto en la comisión, su partido podría “tomar las riendas del debate” y “hacerse cargo del tema”. Su intervención no escatimó, en todo caso, críticas al correísmo. Incluso le reclamó al asambleísta Cristian Hernández, quien lo precedió en el uso de la palabra, por haber sugerido (en el clásico tono golpista del correísmo) que el presidente Noboa no terminaría su mandato.
Finalmente, 80 asambleístas de ADN y sus aliados se abstuvieron de votar por el archivo y el proyecto se salvó. Unos 67 legisladores, entre Revolución Ciudadana, Pachakutik y el Partido Social Cristiano (PSC), votaron en contra del archivo, por lo que la propuesta regresó a la Comisión de Relaciones Internacionales para la elaboración del informe de segundo debate. Luego se supo que el correísmo había traicionado el acuerdo al que, según versiones, habrían llegado Paola Cabezas y Xavier Ordóñez: todos debían abstenerse. La RC votó en contra de la moción.
La resolución sobre el caso Chevron generó reacciones en la Asamblea Nacional. ADN y el correísmo se pronunciaron sobre la decisión del arbitraje, que obliga a Ecuador a pagar 220 millones de dólares. 👉 https://t.co/VnzmHx71qc pic.twitter.com/10VNb2hfpS
— Diario Expreso (@Expresoec) December 10, 2025
Votación refleja un oficialismo debilitado en la Asamblea
Lo ocurrido no hizo sino mostrar la nueva cara de la Asamblea tras la consulta del 16N: una bancada oficialista con los humos bajados, golpeada anímicamente y dejando ver que sus iniciativas legislativas difícilmente serán aprobadas. Fue evidente que en ADN no todos están alineados con las órdenes del Gobierno y que resultaba preferible recular, tragarse el orgullo y aparentar que la unidad y la solidez siguen intactas. También quedó claro que las alianzas que el Gobierno había tejido con otras fuerzas políticas en la Asamblea se han debilitado sustancialmente. Otro síntoma del resquebrajamiento en ADN: el asambleísta oficialista Esteban Torres, en una entrevista en uno de los medios del asambleísta alterno de ADN Luis Alvarado Campi, dijo estar muy preocupado por la decisión del Gobierno de declarar confidencial, por 15 años, el acuerdo comercial con HealthBird.
El correísmo, por su parte, tampoco parece tener otra iniciativa legislativa aparte de tantear (vagamente y sin mucha convicción) un nuevo intento de desestabilización.
Y todo esto en medio de un escenario donde a nadie parece importarle lo que ocurre en la Asamblea: un tema que merece escasísimas referencias en redes sociales y en los medios de comunicación.
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