
Entre la paternidad y la terapia: Dicapo canta su proceso en ‘Este soy yo’
'Este soy yo' es el nombre del disco y el concierto que presentará este 18 de octubre en el Teatro Sánchez Aguilar
Una nota de voz muy personal es lo primero que se escucha al reproducir el primer álbum de Dicapo. Es de su hija Nina, quien con su tierna forma de hablar le lanza un “te amo” que apachurra de cariño a quien se dispone a poner atención a los once temas que componen este trabajo.
Con la llegada de este disco, Diego Chiang Centenaro le permite al oyente involucrarse en su vida, una que narra de manera franca y sin máscaras.
Al adentrarse en este álbum pop, sucesor del EP Marionetas, se puede entender el quiebre y la transformación que ha atravesado el artista de 29 años. En estos cuatro años de carrera como solista (pero con una vida entera dedicada al canto), la presión por una perfección autoimpuesta, la idea de éxito creada por los demás y el aprendizaje de nuevas formas de amar se entrelazan como hilos emotivos en canciones producidas y coescritas, en su mayoría, por Jaime Velásquez y Jorge Nehme.
En esta conversación con el también actor guayaquileño repasamos el disco de principio a fin para descubrir cómo ha sido sanar por medio de canciones. México, Madrid y Guayaquil aparecen como escenarios y testigos de un proceso que comenzó en la terapia y se afianzó en la honestidad con su familia, amigos y examores.
“Cuando me oscurezco me desaperezco, pero luego agradezco todo lo que tengo”, dice en una de las estrofas de Mis heridas, el tema con el que tira del hilo y que bien podría resumir la etapa que vive ahora.
Con Este soy yo, su primer álbum de estudio, Dicapo abre una nueva página en su historia y se prepara para presentarse por primera vez como solista en el Teatro Sánchez Aguilar. Pero antes de subir al escenario, conversamos sobre el proceso, las emociones y las verdades que lo llevaron hasta aquí.

Diego, estaba repasando su historia y me asombró que usted ya está cerca de cumplir 30 años. ¿Cómo recibe ese nuevo escalón de la vida?
Creo que de la mejor manera posible. No porque haya sido un camino perfecto. De hecho, ha sido bastante caótico, pero hoy siento calma y entendimiento con respecto a lo que venga. Antes había mucha incertidumbre, ansiedad e inseguridad. Ahora me siento respaldado en todo sentido, tanto en lo terrenal como en lo espiritual.
Me sorprende que use la palabra ‘caótico’, porque quienes lo conocen ven a alguien sereno y siempre correcto. Parece un niño bueno que siempre tiene todo bajo control.
Sí, lo entiendo. Esa imagen viene de muy atrás, desde mi hogar. Desde niño se esperaba que fuera buen alumno, que cantara, que hiciera todo bien, que no dijera malas palabras. Eso se volvió parte de mí. Creo que lo adopté como mecanismo de defensa. Pero cuando cometes un error o algo sale mal, el golpe se siente más fuerte. Aparece la culpa y cuesta adaptarse.
¿Ser ese niño bueno fue algo impuesto o una actitud que asumió sin darse cuenta?
Creo que fue algo que se me impuso indirectamente, pero que adopté como propio. Llegó un punto en el que ya no podía sostener ese personaje. Por suerte, siempre tuve la facilidad de decir “Estoy rebosado de emociones, estoy ansioso”. La música me ayudó a desatar esos nudos cuando no encontraba palabras. Así es que nacen estas canciones.
¿Por esa razón este disco es tan introspectivo?
Totalmente. Este soy yo no habla de una sola etapa, sino de todo un proceso emocional de años. Cada canción es una parte de mí que necesitaba expresarse. Al principio me daba miedo mostrar tanto, pero luego entendí que debía hacerlo.
Cuando escuché el disco tuve la percepción de que me estaba dejando entrar al cajón de su mesa de noche. Incluso, llegué a sentirme apenado, como si estuviera revisando algo privado. ¿Esa era la intención?
Sí. Siempre he disfrutado el escenario y el show, pero esta vez necesitaba mostrar lo que hay detrás del artista. Este disco nace del deseo de conectar a Diego con Dicapo, de equilibrar esos dos mundos. Y todas las canciones hablan de los procesos más íntimos que he vivido en los últimos tres años.
La búsqueda de lo vulnerable
En este proceso, ¿ya encontró a las personas adecuadas para su equipo?
Sí. Antes no tenía las herramientas para comunicar lo que quería, ni el entorno necesario para que las cosas sucedan como imaginaba. Por querer tener todo bajo control, terminaba haciendo mucho solo. Hoy entiendo que pedir ayuda también es una forma de fortaleza. Ahora lo forman mi papá, mis dos hermanos, y también Jorge Nehme y Jaime Velásquez
¿Esa apertura a pedir ayuda influyó en su crecimiento artístico?
Totalmente. Es clave tener cerca gente que no solo te aplauda, sino que te ayude a conectar lo personal con lo profesional. Cuando logras esa conexión, las cosas fluyen con más verdad.
¿En qué momento sintió que este material reflejaba su verdadera identidad?
Cuando compuse Mis heridas en México. Esa canción unió todas las piezas. Me hizo entender que este era mi primer material discográfico real, el que mostraba quién soy.
¿Qué lugar ocupa la vulnerabilidad dentro del álbum?
Es el centro. Canciones como ‘Tiempo sin verte’ cierran el disco porque representan una nueva forma de recibir amor, sin culpas. Con este trabajo me permití ser vulnerable y entender que también puedo ser amado tal como soy.
La paternidad, el nuevo comienzo en su vida
¿Qué tan autobiográficas son sus canciones?
Muy. Hablo de distintas personas que han sido importantes, no de una sola historia. Es un viaje emocional. Algunas canciones nacieron hace dos años, otras este mismo 2025. Imaginarnos, por ejemplo, es una de las más personales: es un agradecimiento a la madre de mi hija. Por eso también es la penúltima de esta lista.
Esa canción suena como una carta de amor y despedida.
Sí. Habla de un vínculo que siempre existirá. Agradezco y reconozco ese amor, aunque tomemos caminos distintos. Contarlo fue un ejercicio de vulnerabilidad necesario.

¿Hubo canciones que le hicieron llorar?
Varias. Mis heridas es muy poderosa, pero Imaginarnos me toca una fibra muy profunda. También Secreto, que compuse con Israel Reyes, un productor joven y brillante.
El disco está lleno de emociones, pero también de reflexión. ¿Lo hizo antes o después de empezar terapia?
Durante terapia. Tuve dos procesos en paralelo: uno tradicional y otro holístico. Eso me ayudó a ver lo que sentía de manera distinta y a transformarlo en música. No me puse límites; quise que todo lo que soy quedara en el álbum.
¿Qué papel tuvo su hija Nina en ese proceso?
Fue el punto de partida. Sin ella, no habría podido hablar de todo lo demás. Su llegada cambió mi vida, me quitó máscaras y me obligó a replantearme muchas cosas. Ella abre el disco porque representa el renacer.
También menciona el fallecimiento de su madre. ¿Ese duelo sigue presente en su música?
Sí. Aún tengo una canción dedicada a ella que no he publicado. Pero mis discos Marioneta y Este soy yo están conectados por ese proceso. Marioneta era oscuro, visceral. Este soy yo es más luminoso, un cierre de ciclo.
¿Hacia dónde quiere llevar su sonido a partir de ahora?
Dicapo significa desde el comienzo, y mis comienzos están en el bolero, ritmo que siempre estaba en mi casa y eran las canciones que mi papá nos enseñó a cantar con mis hermanos. El disco tiene influencias de los 2000, de los 80, de Dragon Ball, de mi infancia. Quise volver a la nostalgia, a la sala de mi casa, donde todo empezó.
¿Qué papel tuvo Madrid en este proceso creativo?
Fue clave. Viví allá cuando nació Nina. Iba y venía constantemente y eso me generó un sentimiento de orfandad: no sabía dónde estaba mi hogar. En Madrid escribí mucho y también lloré mucho. Pero me gustaría volver para reconciliarme con esa etapa. Me gustaría volver a visitar la ciudad para sentirme bien con eso.
¿Se ve migrando otra vez?
Sí, pero ahora desde la calma. México me llama profundamente. Fue donde di mi primer concierto fuera del país y me sentí muy acogido. Estoy seguro de que en algún momento volveré allá por un tiempo. Quizá el próximo año lo intente.
Ahora que el disco está listo, ¿cuándo podremos verlo en vivo?
Lo terminé de grabar hace dos meses. La idea del concierto nació incluso antes de finalizarlo. El Teatro Sánchez Aguilar me invitó a su cartelera y decidí lanzar el álbum con un show ahí, en mi ciudad, rodeado de mi familia y equipo. Por eso este 18 de octubre es especial.
¿Quiénes lo acompañarán en el escenario?
Mi papá, mis hermanos, Gino, Eddie y todo el equipo que me ha sostenido. También vienen mis excompañeros de Invasores. Este proyecto es un esfuerzo familiar y colectivo. Por eso también canta conmigo Fiebre en Mentiras, ella es una cantante quiteña increíble.
CRÉDITOS
- Fotos: Juan Pablo Castillo (IG: @juanpablocastillo.studio).
- Producción: Alejandra Cereceda.
- Maquillaje y peinado: Diana de Strahm (IG: @dianaborbormua).
- Estilismo: Israel Plaza (IG: @israelplaza_).
- Vestuario: Karl Lagerfeld y Calvin Klein, San Marino Shopping.
- Locación: Jaleo by Tryp (IG: @jaleogye).
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!