
Ysy-A en Ecuador: “Mi hobbie es coleccionar álbumes en mi discografía”
La estrella del trap argentino detalla todos los pormenores de su gira, que lo trae por primera vez a Ecuador en Octubre
Desde una plaza en Buenos Aires donde jóvenes rimaban frente a un pequeño público, hasta los escenarios internacionales que hoy convoca, la historia de YSY A es la de un artista que convirtió la improvisación en una plataforma de transformación cultural. Su nombre está vinculado al nacimiento de un movimiento que definió el rumbo de la música urbana en Argentina y que marcó a toda una generación de artistas.
En 2012, con apenas 13 años, fue uno de los creadores de El Quinto Escalón, la competencia de freestyle que se consolidó como semillero del rap argentino y vitrina para nombres como Duki, Wos y Trueno. Años más tarde, su paso por Modo Diablo, junto a Duki y Neo Pistea, impulsó la masificación del trap en la región y abrió un camino que desembocó en su carrera solista.
Los shows de YSY-A en Ecuador
El artista argentino se presentará por primera vez en Ecuador: el 2 de octubre en Quito, en el Centro de Exposiciones, y el 4 de octubre en Guayaquil, en la Plaza Modelo Sports.
Con su nuevo disco, Trampa al tiempo, YSY A reafirma un estilo que entiende cada álbum como un desafío creativo y cada escenario como un espacio de reinvención. En esta entrevista, comparte sus proyectos inmediatos, sus perspectivas sobre la evolución del género y las claves que lo han llevado a ser considerado un referente del trap latinoamericano. Por supuesto, sin olvidar la emoción que siente por visitar por primera ocasión Ecuador.
La entrevista con Ysy-A
¿Cómo se siente ahora que parece que no se baja del avión?
Muy bien, mi hermano. Acá en Buenos Aires. Estuve estos últimos dos meses completamente de viaje y ahora llegué una semanita y ya me voy de vuelta para Ecuador, así que muy feliz. Esto que vivo es un sueño hecho realidad. Hace un par de años soñaba con hacer tour por un montón de países, que gente en otro lado cante mis temas, y ahora que lo estoy viviendo, hay que aguantar el cansancio. Lejos de quejarme, estoy rendido. La verdad es una felicidad enorme.
Este tour tiene 34 fechas, pero termina en noviembre, justo antes de las festividades navideñas. ¿Cómo cerrará el año?
La verdad que soy una persona a la que le cuesta mucho descansar, me cuesta parar. Soy un loco que si tengo dos semanas libres, por ahí al segundo día ya estoy en el estudio, enchufado, grabando música. No sabemos parar acá. Así que los fines de año me agarran con ganas de descansar, pero también llega el veranito, se pone el calorcito y, como te digo, de ley me meto a hacer temas.
Con este tour ha ampliado los países que conoce. ¿Cómo interpreta el recibimiento de cada público en cada lugar?
Tengo la bendición de que la gente que viene a mis shows ya sabe que viene a saltar todo el show, de punta a punta. Es puro pogo en todas las canciones. Me ha pasado que al llegar a algunos países, por ejemplo en España cuando íbamos las primeras veces, me decían: ‘Tío, aquí no saltan ni con los Rolling Stones’. Y yo pensaba: ‘Uy, ¿dónde me metí?’. Pero todos terminaron prendidos con mis canciones.
¿Cómo cree que reaccionará el público de Ecuador?
Vamos a ver si Ecuador aguanta, si les dan las piernas para saltar las dos horas de show de corrido. Ojalá sea así, y más siendo la primera vez que nos vamos a ver. Sé que va a ser muy emocionante para la gente que me sigue allá. Es como un trofeo que queda tanto para ellos como para mí, por toda esa espera de vernos en sus países.
Duki estuvo este año en Ecuador. ¿Él le comentó cómo es el público local?
Le voy a mandar un mensaje y le voy a preguntar. Hiciste bien en recordármelo. Creo que en una de las dos ciudades hay mucha altura, y yo que salto mucho… vamos a ver cómo me la aguanto.
Usted empezó a los 13 años y desde ahí lideró un proyecto muy importante como El Quinto Escalón. ¿Estaría interesado en revivirlo o es un ciclo cerrado?
El Quinto Escalón no va a volver nunca más. ¿Y sabés por qué? Porque cerró con broche de oro. Todos lo recordamos como algo bueno, hermoso, histórico, y sería un pecado que vuelva para ensuciar esa historia. Eso está en el salón de la fama como reliquia y memoria pura. Pero te soy sincero: no descarto en algún momento hacer algo con el freestyle, porque estoy más cerca de ese género. Me fui de las competencias, pero sigo en mi estudio tirando lírica y grabando. Siento que la escena del freestyle quedó en manos de gente que solo busca plata y no tiene valores ni ideales de hip hop. Hoy hay competencias malísimas, que la gente nota que están preparadas, nadie improvisa de verdad. Antes nosotros íbamos a improvisar y nos matábamos a verbo. Preparar algo era una vergüenza. Me hace sentir viejo decirlo, pero era así.
Desde hace un año, además de artista es empresario musical con su propia disquera y distribuidora. ¿Cómo logra el equilibrio entre ambas ocupaciones?
Fue un desafío encontrar esa parte empresarial, porque como artista no querés pensar en números. Cuando hacés música, cuando hacés arte, no querés ponerle un valor porque para vos es invaluable. Pero si no encontrás esa veta empresarial, tu arte lo escuchas tú y tus amigos nada más. Hace falta logística para mover la música. Hoy hay artistas con baja calidad musical, pero como el marketing y la parte empresarial son tan altos, los ves brillando en el top uno.
Hace unos días publicó en Instagram un anuncio de “próximamente”. ¿A qué se refiere?
Eso lo vas a tener que averiguar con tus propios ojos. Pero te cuento un poquito: siempre toqué toda mi música, pero hay un disco que nunca tocamos en vivo. Eso va a emocionar mucho a la gente.
¿Qué se mantiene intacto en su carrera desde el inicio hasta ahora?
Lo que se mantiene igual es el hambre, las ganas. Muchas veces el éxito te hace olvidar a ese niño interior que soñaba con todo esto, y empezás a volverte una máquina más del sistema, un número más en la calculadora. Yo trabajo para mantener a ese niño vivo, que cree que arrancó ayer. No quiero ver discos de oro, de platino, estadios llenos y sentir que ya logré todo. Me miento mucho a mí mismo diciéndome que no logré nada para no dormirme en los laureles.
¿Y ese niño qué colecciona?
Me gustan las joyas y los perfumes, pero eso es de grandes. Mi niño interior quiere coleccionar álbumes para su discografía. Eso es lo que quiero hacer siempre.
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