
Inseguridad en Los Ceibos golpea con o sin rejas: ¿qué se sugiere para enfrentarla?
Hombres armados simularon operativo y secuestraron a un residente, que tiene antecedentes penales por delincuencia organizada
El miedo llegó en camionetas, con uniformes falsos, como esa sensación de seguridad que, a las 04:00 del martes 9 de diciembre, se esfumó de Colinas de Los Ceibos.
La garita de control no fue impedimento para que un grupo de hombres, vestidos con uniformes similares a los de militares y policías judiciales, ingresaran violentamente a esta urbanización del norte de Guayaquil.
Adentro, su atención se centró en una casa que parecía un centro de diversión: no había ropa ni enseres sino un bar que había sido implementado en la zona de la piscina.
“Es una casa alquilada. Presuntamente llegaban vehículos inusuales, pero los guardias no sospechaban porque era habitual que ingresaran autos de distintos tipos”, dijo a EXPRESO un jefe policial.
El cerco eléctrico de la casa estaba cubierto por una sábana. Una escalera metálica, hallada en el lugar, se habría utilizado para escalar el muro.
Ni las rejas ni la pared de protección pudieron contener a este grupo armado con fusiles y pistolas, con el objetivo de llevarse a un residente que habría estado viviendo hace seis meses en esa vivienda de Los Ceibos.
Él fue miembro de Fuerzas Armadas, pero le dieron de baja, y registra antecedentes penales, informó una fuente policial.
“Podemos confirmar que de esa casa salió una persona secuestrada. Aún no sabemos si se encontraba sola o acompañada en el momento del hecho”, puntualizó el oficial.
Colinas de Los Ceibos es una de las urbanizaciones privadas con garitas para controlar el acceso
Asesinatos llegan a urbanizaciones privadas
Lo que sí se conoce es que los controles fallaron, al igual que ha ocurrido en otras urbanizaciones privadas, no solo de Guayaquil sino de cantones vecinos como Daule.
Hace cuatro meses, Jairo Oswaldo Beltrán Betancourt, de 27 años, y Enrique Arturo Postes Romero, de 36, fueron asesinados por cinco sujetos que ingresaron en una camioneta negra a la urbanización Málaga 2.
Ahí también fueron sometidos los guardias, quienes incluso no estaban en la garita al día siguiente, según constató un equipo periodístico de EXPRESO, que fue amedrentado por hombres que rondan la urbanización en motos.
Otro grupo armado ingresó el pasado 5 de diciembre a la urbanización Valle del Norte, en el kilómetro 7 de la vía a Salitre, para matar a Josué Emmanuel Ortiz Erazo, de 26 años, y Luis Enrique Castillo Rodríguez, de 25.
En diez minutos, los atacantes -que también vestían uniformes de estilo militar y policial- entraron a esta zona privada en dos camionetas, cometieron el crimen y se fueron.
Modelo de ciudadelas cerradas debe evolucionar
“Se rompe el mito de la soberanía privada de la seguridad”, afirma Daniel Pontón, docente de Seguridad, al referirse a estos hechos que superan no solo las barreras físicas sino la tranquilidad de quienes buscaron zonas cerradas para escapar de la inseguridad y ahora ven cómo vulnera sus muros y cerramientos.
Pontón señala a EXPRESO que estos modelos se diseñaron pensando en la delincuencia común, pero ahora se enfrentan al desafío de frenar al crimen organizado, que cuenta con armas que superan a las que tienen los guardias privados.
Por eso, él cree que las compañías de seguridad privada deberían fortalecerse en su equipamiento, no solo de armas, sino también tecnológico. Aunque advierte que esto costaría más a quienes los contraten.
“Siempre va a ser mayor la seguridad o requisitos fundamentales (necesarios) en medida que, entre más exclusiva es una urbanización, mucho más estricta y mucho más sofisticada es la seguridad, pero eso cuesta”, señala.
Otro aspecto a trabajar es que los comités barriales y de urbanizaciones hagan controles más estrictos de quiénes compran o alquilan viviendas.
“El crimen mueve recursos. Esta gente (cabecillas) lo que hace, en lugar de resguardarse en barrios peligrosos, que son para los mandos medios y su ejército de reserva, se resguarda en organizaciones privadas”, explica.
Pontón insiste en que las “urbanizaciones deben fortalecer sus protocolos internos y ya no enfocarse solamente en delincuencia común, sino ya en una delincuencia criminal armada organizada”.
“El rol de la ciudadanía organizada es fundamental”, dice el experto, mucho más si la inseguridad ha desbordado a las instituciones públicas llamadas a prevenir y enfrentar delitos.
Robos en motos en la avenida del Bombero
Una muestra de esto ocurre fuera de los muros y rejas, en plena avenida del Bombero, donde sujetos en motos le roban a estudiantes. El hecho quedó registrado en video, donde se ve cómo los ciudadanos corren para huir de los ladrones.
La empresa municipal Segura anunció el martes 9 de diciembre que capturó a uno de los sospechosos, en coordinación con la Policía.
Sin embargo, esas acciones reactivas no reducen el temor en la ciudadanía, que exige más acciones de inteligencia.
Mientras tanto, los grupos armados siguen traspasando muros y sometiendo a guardias, sin que nadie les ponga freno.
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