
Crimen en Málaga 2: La violencia apagó la calma y encendió el miedo en urbanización
El asesinato de dos hombres generó zozobra en esta urbanización de Daule
La fila de al menos 20 autos se extendía hasta la vía a Salitre. Confundidos y molestos, algunos conductores debieron salir de los vehículos para exigir una explicación a los guardias, pero la garita estaba vacía.
“No hay guardias. Parece que fue por lo que pasó en la madrugada”, decía una mujer junto al intercomunicador, donde nadie respondería.
Era el ambiente, alrededor de las 14:00 de este sábado 9 de agosto de 2025, en la garita de la urbanización Málaga 2, en Daule. Doce horas antes, este conjunto habitacional fue escenario de muerte.
Jairo Oswaldo Beltrán Betancourt, de 27 años, y Enrique Arturo Postes Romero, de 36, fueron asesinados por cinco sujetos que ingresaron en una camioneta negra.
Ingreso a la urbanización Málaga 2, en la vía a Salitre
Estuvieron diez minutos en el sitio. Llegaron a la casa donde ambos descansaban, según contó la pareja de Postes. Él y la otra víctima eran compadres.
Ella contó que escucharon un golpe en la puerta. Entonces, los sujetos armados ingresaron, exigiendo dinero, joyas y el teléfono celular de su pareja. También intentaron llevárselo por la fuerza, pero durante el forcejeo, uno de los atacantes, descrito como un hombre trigueño, de cabello teñido de rojo, le disparó.
Crimen en Málaga 2 sería por ajuste de cuentas
Beltrán tenía antecedentes judiciales por tráfico ilícito de sustancias sujetas a fiscalización (fue detenido en 2021), mientras que Postes constaba como denunciante en dos casos de robo (2011 y 2020).
Un oficial de la Policía Nacional indicó que, si bien no existen aún elementos suficientes para establecer la motivación del ataque, por los antecedentes podría tratarse de un ajuste de cuentas.
En la garita solo habían quedado los chalecos antibalas y dos pantallas estaban encendidas, pero no había quién monitoreara esas imágenes de videovigilancia. Los guardias se habían desaparecido.

Esto desconcertó a los vecinos. Uno de ellos, al darse cuenta de lo que ocurría, llamó a otro residente y, enfurecido, le contaba: “Han dejado botada la garita, se han ido los guardias”.
El recelo era evidente entre los moradores. Con el pedido de que sus identidades se mantuvieran en reserva por seguridad, contaron a EXPRESO que se enteraron del hecho violento por grupos de chat comunitarios.
Ahí circuló el comunicado que la Asociación de Residentes de la urbanización Málaga 2 emitió tras los asesinatos. Era la única información oficial que tenían sobre el hecho.
#Atentos
— Comunidad de La Aurora Daule (@ComunidLaAurora) August 9, 2025
Esta madrugada asesinaron a 2 miembros de una familia en #Málaga2 en #LaAurora
Aquí el comunicado 👇 pic.twitter.com/Fo4BLe24Eq
Los guardias fueron amenazados, les quitaron las armas y los teléfonos celulares. Uno de ellos llamó al ECU 911, pero la Policía llegó una hora después, se aseguró en el escrito.
“Se está solicitando resguardo y apoyo en la garita, pero nos informan que el patrullero no puede quedarse de forma permanente debido a que, a nivel de La Aurora, solo hay dos vehículos policiales para todo el sector”, se narró en el pronunciamiento, suscrito por la administración de Málaga 2.

Residente de Málaga 2
Sujetos amedrentan en la urbanización
“Esto era algo que se veía venir porque hemos visto muchas motos circulando dentro de la urbanización”, comentó una de las residentes.
Se refiere a sujetos que rondan al interior de la urbanización. Cinco de ellos se acercaron al vehículo en el que se movilizaba el equipo de EXPRESO y solicitaron que se abandonara el lugar: “No queremos nada de prensa aquí. Retírense”.
Para la moradora, quien tiene más de una década viviendo ahí, lo sucedido en Málaga 2 “fue la crónica de una muerte anunciada: carros blindados, sin placas. Los guardias están, pero es como si no estuvieran; hacen lo que pueden. No sabemos si están amenazados o si forman parte de alguna banda. Esto se salió de las manos”, lamentó.
“Hay mucho descuido en la urbanización, no hay mejoras. Está dominada por organizaciones que ingresan y salen constantemente, siempre en cierta vivienda. No son inquilinos, sino propietarios que, de buenas a primeras, compraron esas casas. Uno pasa por ahí con temor. Hay muchas motos y personas que aparentan ser de buen aspecto, pero el ambiente es invivible”, insistió.
“No sabemos qué va a pasar”, decía otro residente. “No hay policías ni guardias. Aquí todo el mundo llega, se encierra en su casa y fin del tema”, contó.
Ese temor acompaña a los residentes y ronda las calles de Málaga 2, en la que sus habitantes confiaron en que habría seguridad por ser una urbanización cerrada, pero ven cómo la inseguridad se ha instalado y desplazado la tranquilidad que tuvieron y que, como los guardias, se esfumó.
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