Zain Syed
El yoga para él es "mi medicina, mi vitamina, mi alimento. Es una práctica física, sí, pero también es un espacio mental de quietud".Freddy Rodriguez

Zain Syed: “El movimiento es medicina”

No solo es instructor de yoga, también practica skateboarding y es Dj. Está seguro de que la vejez llega cuando se deja de jugar.

Al entrar al salón donde ese fin de semana se imparten clases de yoga, alfombras mat de todos los colores adornan el piso y junto a este, una pequeña tarima vacía está en el centro. Las personas dueñas de esos utensilios se encuentran reunidas alrededor de una pared a un costado, todas viendo a una sola persona, Zain Syed, maestro de yoga, quien está parado de cabeza con sus piernas descansando en la pared. Vino a Guayaquil para compartir esta práctica ancestral que es perenne en su vida. Luego, viajó a Galápagos.

Con el transcurrir del tiempo y varias poses de yoga, Zain se ubica en la tarima mientras la multitud presta atención a cualquier movimiento que ejecuta. “Por favor, apaguen la luz”, solicita. Poco a poco, los focos se apagan como reconociendo que en ese lugar todos anhelan encontrar tranquilidad en su cuerpo y mente.

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En la penumbra, pide a los presentes que hagan la pose del cadáver (acostados con las piernas y brazos rectos). “Deja que tus huesos se sientan pesados. Respiración y músculos relajados”, dice casi en un susurro amplificado por los parlantes del lugar, “deja que todo se disuelva en tu mente y tu cuerpo”, frase con la cual da por concluida la clase.

  • Una historia algo ‘cliché’

Zain Syed, vestido de jeans tubo de un color grisáceo desgastado y una camiseta sin mangas y descalzo, explica que sus inicios con el yoga fueron una situación algo cliché. “Comencé a la edad de 25, porque entre los 18 y 24 años estaba en medio de algún dilema existencial que me llevó a la depresión y terminé tomando medicamento para eso”.

En ese tiempo de desolación, sentía que vivía sin ningún propósito, pero lo que sí tenía claro es que no iba a estar encadenado a los fármacos antidepresivos por siempre.

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Tuvo una nueva visión de la vida durante una clase de filosofía asiática, en la que le hicieron leer el libro ‘Bhagavad-gita’, que aborda conceptos de yoga y el viaje espiritual que conlleva. “No lo leí por completo, pero esta fue mi primera experiencia con esta práctica”.

ZAIN SYED
Hay varios tipos de yoga en la actualidad, pero él prefiere el movimiento.Freddy Rodriguez

  • De la teoría a la práctica

De forma simultánea, en su clase de filosofía le enseñaban sobre los textos sagrados hinduistas. Y en el departamento de educación física impartían clases de yoga, por lo que decidió enlistarse.

“Entonces me dije a mí mismo: ‘Bueno, si estoy aprendiendo un poco sobre esto en la clase, por qué no aprender más sobre ello”, cuenta mientras adopta una pose pensativa con el dedo cerca del labio. “Pensé que era otra sesión más de filosofía, pero había movimientos, asanas (poses)”, admite con efusividad, mientras balancea sus brazos, suavemente, de un lado a otro.

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Recuerda que al principio no le agradó. “Me sentía tenso, apretado, muy incómodo y el profesor era muy estricto”, comenta entre risas.

A Zain no le pareció para nada entretenida la clase pero, al detenerse a pensar, notó que cada vez que terminaba una sesión, sentía calma. Y siguió. “No podía parar, pues era una clase del college y te debías de comprometer”.

Un año después empezó a sentir el efecto positivo. “Me acerqué a mi mamá y le dije: ‘Estoy practicando yoga y siento que es como un antidepresivo’”. A partir de ahí, culminó su tratamiento médico.

ZAIN SYED
Zain explica que lo importante es perdonarse a sí mismo y buscar regresar a la homeostasisFreddy Rodriguez

  • Entre la calma y la alegría

Hay varios tipos de yoga en la actualidad, pero él prefiere el movimiento. “No a todo el mundo le gusta esto, pero mi experiencia con el yoga es física. Para mí, la tranquilidad y el silencio se consiguen a través de lo físico”.

Y esta mentalidad la lleva consigo a todos lados. En el gimnasio, en las relaciones interpersonales, en sus acciones, hasta en línea.

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Cuando esta calma se ve interrumpida por alguna circunstancia externa, suele dejarse llevar por el instinto. Zain explica que está bien que así suceda. Lo importante es perdonarse a sí mismo y buscar regresar a la homeostasis (capacidad del organismo de tener todos los sistemas estables).

Además de lo citado, también le parece esencial que el yoga sea divertido, por eso dice que jugar es una parte importante. Asegura que la carga mental no es tan pesada. “La práctica física hace que esta sea más brillante y ligera”.

“Mi mentora tiene 60 años y cada vez que la veo está con una energía vibrante y una sonrisa gigante. Recuerdo que alguna vez me dijo: "‘Nosotros no dejamos de jugar porque envejecemos. Nos hacemos viejos porque dejamos de jugar’”.

Sin duda es una disciplina que a él, a sus 42 años, también lo mantiene alegre y activo. La complementa con el skateboarding, deporte con el que se enganchó durante la pandemia. Todo esto sin abandonar la actividad de Dj, que aprendió en la radio del instituto al que asistía.

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