
Siestas inteligentes: cómo dormir de día sin arruinar tu noche
Una siesta bien hecha no es pereza: es estrategia para rendir mejor y sentirte más pleno durante el día. Hazla tu aliada
Dormir una siesta es casi un ritual latino: después del almuerzo, el cuerpo pide una pausa y el sillón parece llamarnos por nuestro nombre. Sin embargo, no todas las siestas son iguales. Puede ser un aliado poderoso para continuar con tus actividades, o convertirse en la razón por la que pasas la noche dando vueltas en la cama. Aquí te contamos cómo convertirla en una herramienta a tu favor y no en un enemigo del descanso nocturno.
La siesta puede ser una gran estrategia cuando no dormiste bien o necesitas un empujón de energía para rendir mejor en la tarde. Pero si la tomas demasiado larga o muy tarde, puede dejarte aturdido o afectar tu sueño nocturno. En algunas personas, incluso puede ser señal de que algo no anda bien con su salud o su sueño habitual. La clave está en la duración, la hora y el lugar.
Beneficios de la siesta
- Relaja y reduce el estrés.
- Disminuye la sensación de fatiga.
- Mejora la atención y concentración.
- Favorece el buen estado de ánimo.
- Optimiza el rendimiento, reflejos y memoria.
Cuándo evitarla
No todos se benefician igual. Para algunos, dormir de día es difícil; para otros, puede traer efectos secundarios como la famosa “inercia del sueño”, esa sensación pesada y nublada al despertar, que suele durar unos 30 minutos.
Además, si ya tienes problemas para dormir en la noche, una siesta larga o frecuente puede empeorar tu insomnio. Dormir más de una hora cada día podría relacionarse con riesgos de salud como hipertensión, diabetes o enfermedades cardíacas.
Si notas que necesitas dormir la siesta más de lo habitual o amaneces cansado, consulta con un profesional. Podría haber causas médicas o de calidad del sueño detrás.
¿Cuándo sí conviene?
- Si te sientes somnoliento durante el día.
- Cuando sabes que perderás horas de sueño.
- Si la siesta forma parte de tu rutina saludable.
La siesta perfecta: guía rápida
- Duración ideal: 20–30 minutos.
- Hora recomendada: antes de las 3:00 p. m.
- Ambiente: lugar oscuro, silencioso y fresco.
- Después: date unos minutos para reactivarte antes de retomar tareas exigentes.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!