
Cementerio Patrimonial de Guayaquil: un museo al aire libre lleno de historia
El Cementerio de Guayaquil, Patrimonio Cultural del Estado, resguarda una gran riqueza artística, histórica y cultural.
Caminar por el cementerio guayaquileño es recorrer una galería al aire libre donde el arte y la historia se entrelazan en cada escultura, lápida y mausoleo. Más allá de su función como camposanto, este espacio se levanta como un testimonio silencioso del talento artístico y la evolución estética de la ciudad. Escultores, arquitectos y artesanos dejaron allí su huella, transformando el duelo en belleza y la memoria en arte. Hoy, sus pasillos no solo guardan historias de quienes marcaron la vida guayaquileña, sino también obras que hablan del espíritu creativo que ha acompañado a la ciudad desde el siglo XIX.
Caminar entre la memoria
Para Gabriel Fandiño, miembro de la Academia Nacional de Historia, el Cementerio General de Guayaquil es “un espacio que resguarda el espíritu de la ciudad”. En sus senderos descansa buena parte de la memoria guayaquileña, entre esculturas que evocan relatos y mausoleos que reflejan la evolución artística del país. “Si alguien quiere conversar sobre el pasado de Guayaquil, un buen sitio para comenzar es el cementerio”, afirma Fandiño.
Hoy, este lugar se ha convertido en un museo al aire libre que puede recorrerse a través de diferentes rutas patrimoniales y turísticas, donde el arte, la memoria y los personajes emblemáticos se entrelazan para narrar quiénes fuimos y quiénes somos.
A continuación, conozca sus recorridos destacados:
- Ruta de los presidentes: Incluye los mausoleos y tumbas de 15 mandatarios ecuatorianos como Carlos Julio Arosemena Tola, Otto Arosemena Gómez y Vicente Rocafuerte. Un recorrido que permite conocer la historia política del país a través de los líderes que marcaron diferentes épocas.
- Ruta de los próceres: Un homenaje a los héroes de la independencia del 9 de octubre de 1820 y otros eventos libertarios nacionales. Entre ellos José Joaquín de Olmedo, José de Villamil e Illingworth.
- Ruta de escritores y artistas: Este recorrido resalta las tumbas de los escritores y artistas (de la literatura, pintura, escultura, teatro, danza y periodismo), vinculados a la vida guayaquileña.
- Ruta de Bellas Artes: Ideal para los amantes del arte. Aquí destacan obras esculpidas por artistas europeos y ecuatorianos como Enrico Pacciani y Emilio Soro, además de monumentos funerarios inspirados en estilos neoclásicos, art déco y modernistas.

La magia de la vida artística
Más allá de su valor histórico, el Cementerio General de Guayaquil se ha convertido en un escenario para vivir el arte desde otra mirada.
En sus espacios de mármol y calma se realizan actividades culturales que invitan a redescubrirlo y sentirlo como un lugar de encuentro entre la memoria y la creación.
Conciertos de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, presentaciones de cantantes locales y eventos artísticos al aire libre llenan de vida un entorno donde el silencio suele reinar.
“Guayaquil tiene muchos espacios artísticos, pero hacerlo en el cementerio hace que la experiencia sea distinta y mágica”, explica Fandiño, quien anima a que se realicen más iniciativas de este tipo.
Para él, estos encuentros no solo acercan a las personas al arte, sino también a la contemplación.
“Uno no sale igual a como entró al cementerio. En ese lugar todo es blanco, hay paz… y te encuentras con una gran maravilla artística”, expresa Fandiño.
Tip extra
Visítelo durante la hora dorada (antes del atardecer). El sol baña el mármol con tonos cálidos y transforma por completo el ambiente del panteón, haciendo que cada escultura cobre una nueva vida bajo esa paleta de colores.

Belleza tallada en mármol
Para el escultor Pedro Macías, especialista en la restauración del arte sacro, el Cementerio General de Guayaquil es un museo al aire libre, donde el arte y la arquitectura se funden para rendir tributo a la memoria. “Posee una riqueza escultórica fenomenal, con obras que no tienen nada que envidiar a las de Italia o Francia”, comenta con orgullo.
Entre sus pasillos reposan esculturas de estilo clásico, renacentista y barroco, elaboradas en mármol, bronce, metal y granito. Además, muchas fueron talladas en mármol de Carrara, el mismo material que utilizó Miguel Ángel, lo que otorga a las figuras una textura y luminosidad inigualables.
El cementerio también alberga trabajos de escultores europeos y ecuatorianos que marcaron la historia del arte funerario, como Enrico Pacciani, Augusto Faggioli, Emilio Soro, Luis Gómez y Escelcio Mora, entre otros. Sus ángeles de alas extendidas, figuras en reposo y expresiones serenas evocan el arte del mundo clásico, donde cada gesto tenía un propósito simbólico: la esperanza, la eternidad o el descanso. “Es como ir a una galería, solo que bajo el cielo. Uno se deleita viendo esas obras; tienen tanta expresión, tanta vida… que te hacen retroceder en el tiempo”, finaliza Macías.
Dato curioso
El cementerio también organiza rutas nocturnas en fechas especiales, donde el arte, la historia y la mística del lugar se mezclan bajo la luz tenue de las velas.
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