
Washington Alemán: "La reducción de controles contra Covid-19 aumentó enfermedades"
El infectólogo explica los factores que desencadenaron las enfermedades virales y cómo prevenirlas
Ecuador enfrenta una alerta epidemiológica debido a brotes de fiebre amarilla y tos ferina, lo que ha generado preocupación entre la ciudadanía y las autoridades de salud. A esto se suma la leptospirosis, que ha causado la muerte de ocho niños en el cantón Taisha, provincia de Morona Santiago.
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-El país enfrenta tres frentes virales. ¿A qué se debe el rebrote de estas enfermedades?
Los problemas que enfrenta el país no son exclusivos de Ecuador, sino de toda la región. Desde el año 2021, con el inicio de la pandemia, lamentablemente se han reducido los controles de los diferentes programas relacionados con el Covid-19, así como los presupuestos destinados a su gestión. Se cree que este es el principal factor detrás del aumento de muchas enfermedades que deberían estar desapareciendo o mantenerse controladas.
El segundo factor es la presencia de grupos antivacunas en todo el mundo. Esto ha contribuido a que gran parte de la población no se vacune. Desde 2021 hasta la actualidad, se ha observado una disminución en los porcentajes de vacunación en varios países, lo que representa una de las principales causas del resurgimiento de enfermedades que en su momento se creían erradicadas, como la tos ferina. Además, es probable que reaparezcan otras, como el sarampión, del cual ya se han registrado casos en distintas partes del mundo.
-¿Se pueden considerar otros factores?
Claro, el factor político y económico también influyen. Por ejemplo, la reducción del presupuesto destinado a los Ministerios de Salud ha afectado su capacidad para adquirir insumos. En el caso de la fiebre amarilla, su resurgimiento se debe a la incursión humana en la Amazonía.
-¿Cómo resurge la fiebre amarilla?
La fiebre amarilla ha estado presente durante más de cincuenta años como un virus, pero se identificó plenamente en la cuenca amazónica, abarcando países como Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. Esta variante, conocida como fiebre amarilla selvática, se transmitía de animal a animal a través de la picadura de mosquitos. El mono es el principal reservorio de la enfermedad: un mosquito infectado picaba a un mono selvático, y este, a su vez, la transmitía a otros
Cuando el mono se desplaza debido a la actividad de petroleras y mineras, así como a la tala de árboles, se generan cambios en su hábitat. En 2021, se observaron casos en Brasil de fiebre amarilla que surgieron fuera de estas zonas y se detectaron en otras áreas. A partir de entonces, la enfermedad comenzó a incrementarse, afectando también a Colombia, que atraviesa una grave crisis por la fiebre amarilla. Por lo tanto, se trata de un problema regional.
Todas estas enfermedades, hasta ahora, son inmunoprevenibles, es decir, que con medidas de prevención, como la vacunación contra la fiebre amarilla, se pueden controlar. Lamentablemente, diversos factores han contribuido a que se conviertan en enfermedades que deben ser monitoreadas para evitar su propagación a las ciudades.
En zonas urbanas, la presencia del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue y de la fiebre amarilla, hace que el riesgo sea latente, por lo que es fundamental mantener estrictos controles. Además, es esencial vacunar tanto a quienes residen en estas áreas como a quienes viajan allí, incluidos turistas y trabajadores
-Lo que sucede en Taisha, por ejemplo, ¿se debe a la falta de control y a factores económicos?
Lo que ocurre en Taisha es distinto. En esa zona se presenta la leptospirosis, una enfermedad tropical causada por una bacteria que ha estado presente en varias partes del país. El año pasado se registraron casos en Durán. La leptospirosis se propaga cuando, tras la temporada de lluvias, el agua queda estancada y es contaminada por la orina de roedores. Debido a costumbres ancestrales, muchos pobladores, especialmente niños, se bañan en estos cuerpos de agua, lo que aumenta el riesgo de infección
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Estas bacterias pueden ingresar al organismo a través del contacto con mucosas o los ojos, provocando infecciones graves en ciertos pacientes, que en algunos casos pueden ser mortales. Son enfermedades que no tienen cura, pero existen tratamientos. Por ello, es fundamental realizar diagnósticos precoces adecuados. Además, es probable que en la zona amazónica los chequeos médicos y exámenes de laboratorio clínico sean muy frecuentes.

-¿El descuido es exclusivamente responsabilidad del Gobierno, o también involucra a la comunidad?
Creo que no es solo un problema del Ministerio de Salud, sino también una cuestión de la comunidad. Si no hay participación comunitaria ni compromiso por parte de los gobiernos locales, seccionales y municipios en temas de salud y prevención, no podemos atribuir toda la responsabilidad al Ministerio. De lo contrario, nos limitaremos únicamente a tratar enfermos, cuando lo que realmente necesitamos es enfocarnos en la prevención. Para lograrlo, es fundamental que los principales actores establezcan las normas a seguir. Además, las características de la Amazonía, la Costa, las zonas rurales y los barrios urbanos marginales son distintas y requieren enfoques específicos.
-Es decir, ¿la falta de acción sanitaria le está pasando factura a los ecuatorianos?
Le está pasando factura por el Covid-19 donde la disminución de la vacunación, la disminución de la vigilancia epidemiológicas, los presupuestos económicas a programas de salud, falta de decisiones políticas en educación y salud.
-A raíz de la pandemia de Covid-19, ¿están los ecuatorianos preparados para enfrentar estas enfermedades?"
Quisiera poder decir que hemos aprendido del Covid, pero, lamentablemente, al observar muchos aspectos en la etapa posterior a la pandemia, parece que no fue así y que no pasó nada. Los grupos antivacunas, aunque pequeños, generan un impacto significativo y han contribuido a que gran parte de la población, especialmente los jóvenes, no vacunen a los niños
Las vacunas y el agua potable son dos de los mayores descubrimientos en salud pública. Algunas vacunas han logrado erradicar enfermedades, como la viruela y la poliomielitis. Otras, como las del Covid-19 y la influenza, no curan la enfermedad, pero ayudan a controlarla y reducir su impacto. Existen vacunas cuya eficacia puede no ser comparable con otras, pero cuestionar su utilidad demuestra que no hemos aprendido lo suficiente de la pandemia de Covid-19.
#SEMANA | La tosferina y la fiebre amarilla son enfermedades distintas pero graves que requieren diagnóstico y atención temprana, especialmente en niños y zonas tropicales.
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-Entonces, ¿es la vacunación indispensable en estos momentos difíciles?
El Covid-19 fue una emergencia sanitaria en la que se tuvo que avanzar y descubrir soluciones sobre la marcha. A pesar de las limitaciones y efectos secundarios, las primeras vacunas fueron fundamentales y lograron salvar millones de vidas, con mínimos efectos colaterales. Si se ponen en una balanza, es como en una guerra: siempre habrá riesgos, pero el objetivo principal es salvar vidas. Además, esto permitió que las nuevas vacunas continuaran mejorando. Actualmente, contamos con vacunas de alta eficacia y seguridad.
-¿Se podría originar una epidemia?
Hay enfermedades como el sarampión que creíamos erradicadas, pero en algunos países del primer mundo no están vacunando a sus niños. No sería sorprendente que en cualquier momento también se registren casos de sarampión en nuestra región. La tos ferina está presente porque hay niños no vacunados. En los adultos, la enfermedad puede manifestarse, pero no es mortal como en los niños. Si comparamos la tasa de mortalidad entre recién nacidos o pacientes pediátricos y adultos, los niños presentan un mayor riesgo.
La tosferina se ha cobrado 11 vidas en Ecuador, seis de ellas de niños menores de un año, según confirmó la subsecretaría de Vigilancia, Prevención y Control de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP).
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No es probable porque se puede controlar. El covid porque no sabíamos quién era y recién aprendidos en cuatro meses, pero estas enfermedades actuales como tos ferina hay vacunas y medicamentos para tratarlos, por lo tanto, no debería de progresar y más bien deberíamos que con una buena estrategia controlarla y resolverlo.
Washington Alemán
-¿Existe alguna relación entre la tos ferina y el Covid-19?
Es importante mantener la calma, ya que la tos ferina no está relacionada con el Covid-19. Utilizamos mascarilla porque es una enfermedad respiratoria y, en caso de infección, existe el riesgo de contagio. Por ello, es recomendable que las clases se reinicien, ya que esto permitirá reunir a toda la comunidad y facilitar la vacunación.
Actualmente, la inseguridad ha dificultado que muchos equipos de salud lleguen a zonas marginadas para vacunar a la población o aplicar medidas sanitarias. El reinicio de clases es una estrategia clave para garantizar la vacunación de todos los niños. Otras de las estrategias es vacunas a las mujeres embarazadas. Los niños de cero a dos meses no tienen vacunación y son más propensos a adquirir la bacteria. Si la madre se vacuna en el tercer trimestre de embarazo, el niño nacería con los anticuerpos.
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