
¿Si mi esposo o esposa muere, y tiene deudas, tengo que hacerme cargo de ellas?
Los cónyuges pueden heredar las deudas tras la muerte de la pareja si no se ha hecho un procedimiento previo
La muerte de una pareja puede despertar inquietudes jurídicas, siendo una de las más frecuentes sobre quien se hace cargo de las deudas que dejó el esposo o esposa. En Ecuador, la legislación vigente establece criterios claros, pero complejos, que dependen del tipo de matrimonio, las decisiones tomadas en vida y el manejo de la herencia.
EXPRESO consultó al abogado litigante en derecho civil y de herencias, Mauricio Villagrán sobre que sucede en estos casos y cómo proceder ante el fallecimiento de un cónyuge.
La sociedad conyugal: el punto de partida legal
El Código Civil ecuatoriano define que, al contraer matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal, ambos cónyuges responden solidariamente por las deudas adquiridas durante su vigencia, incluso si fueron contraídas por uno solo. Esto significa que si uno fallece, el otro queda expuesto a las obligaciones pendientes.
“Con la muerte de uno de los cónyuges, el matrimonio se disuelve automáticamente, y con ello la sociedad conyugal. Pero para efectos patrimoniales, se requiere la liquidación formal de esa sociedad,” explica Villagrán. Esta liquidación involucra tanto los activos como los pasivos, es decir, las deudas. Así, los acreedores pueden demandar al cónyuge sobreviviente por los bienes que pertenecieron a la sociedad conyugal. Además, si hay herederos, ellos también podrían ser considerados responsables si aceptan la herencia sin reservas.
Villagrán añade que incluso las deudas personales contraídas antes del matrimonio pueden afectar al otro cónyuge si no se establecieron medidas de protección, como capitulaciones matrimoniales. “La sociedad conyugal está obligada al pago de todas las deudas de los cónyuges, aun sean deudas propias”, advierte.
Herederos y su responsabilidad con las deudas
Villagrán señala que los hijos u otros herederos del fallecido tienen dos vías para evitar asumir las deudas:
- Repudio de la herencia: renunciar por completo a los bienes heredados, lo que los libera automáticamente de cualquier obligación.
- Beneficio de inventario: un proceso judicial en el que el heredero presenta ante el juez un listado detallado de los bienes y las deudas que acompañan la herencia. Si este procedimiento se lleva a cabo, solo se responde por los pasivos hasta el monto de los activos heredados.
“El beneficio de inventario es una herramienta clave para proteger al heredero. Si los activos son $100.000 y las deudas $200.000, el heredero solo responde por esos $100.000, y con los bienes heredados, no con su patrimonio personal,” recalca el abogado. En caso de omitir este paso, el heredero podría ser demandado por la totalidad de la deuda, incluso con bienes propios.
¿Y si las deudas son de antes del matrimonio?
Otro escenario común es cuando uno de los cónyuges tenía deudas previas a casarse. Aquí también entra en juego la sociedad conyugal. Villagrán aclara que, al no establecer capitulaciones matrimoniales, incluso las deudas anteriores pueden afectar al cónyuge que no las contrajo, especialmente si se usaron bienes comunes para cubrirlas.
Por ello, recomienda que las parejas consideren capitulaciones matrimoniales, tanto antes como durante el matrimonio, para delimitar patrimonios, negocios personales y responsabilidades. Esta práctica permite que, por ejemplo, un crédito comercial adquirido por uno de los cónyuges sea responsabilidad únicamente suya y no de la pareja o sus herederos.
Una medida adicional sugerida por el abogado es la contratación de un seguro de desgravamen, que cubra las deudas en caso de fallecimiento.
La importancia de asesorarse: cuándo acudir a un abogado
Villagrán aconseja considerar el acompañamiento legal en tres momentos clave:
- Antes de casarse: Es esencial consultar a un abogado especializado para redactar capitulaciones matrimoniales. Este documento permite establecer una separación de bienes desde el inicio del matrimonio, delimitando claramente qué activos y deudas pertenecen a cada cónyuge.
- Durante el matrimonio: Incluso después de casarse, se puede modificar el régimen patrimonial mediante capitulaciones matrimoniales. Por ejemplo, si uno de los cónyuges desea adquirir una deuda personal para un negocio, el abogado puede estructurar legalmente que esa obligación sea individual y no compartida por la sociedad conyugal.
- Tras el fallecimiento o divorcio: Un abogado resulta indispensable para iniciar la liquidación de la sociedad conyugal, identificar correctamente los bienes comunes y particulares, evaluar si existen seguros activos, y guiar a los herederos en la aceptación o repudio de la herencia.
Si los acreedores exigen el pago total de las deudas o si surgen controversias entre herederos, el abogado debe representar legalmente a la familia. En estos casos, se encargará de presentar las mociones correspondientes ante el juez, estructurar defensas, verificar documentos de obligación y demostrar qué deudas son legítimas y cuáles podrían ser impugnables. También puede asesorar sobre soluciones como venta de bienes heredados, negociación de pasivos o incluso mediación familiar.
Las decisiones tomadas en vida, desde el régimen matrimonial hasta la protección patrimonial, pueden marcar la diferencia entre asumir una deuda impagable o ejercer el derecho a rechazarla. “Muchas veces las personas buscan ahorrar contratando abogados no especializados. Y un detalle mal preparado puede hacer perder mucho dinero”, advierte el jurista
Para mantenerte informado y obtener un buen seguro médico, ¡SUSCRÍBETE A EXPRESO!