Ocio

SENSA 2.0 OBRA
La obra busca abrir un espacio de reflexión sobre el estado de los páramos.Cortesía Cristian 'Coco' Maldonado

Teatro para jóvenes: propuestas que unen humor, arte y exploración sensorial

Las obras Sensa 2.0, Los disparates andan sueltos y Polvo de estrellas se presentarán en la capital

En medio de una neblina que evoca los páramos andinos, los cuerpos se mueven al ritmo de sonidos que remiten al agua, al viento y a la tierra. Así inicia Sensa 2.0, una obra interdisciplinaria que combina danza, música, artes visuales y biología para invitar al público a reconectarse con el entorno natural. La propuesta, dirigida por Mashol Rosero, surgió en 2022 a partir del proyecto de investigación Laboratorio de improvisación en danza e interdisciplinariedad de la Universidad de las Artes, y se inspira en la fragilidad de los ecosistemas altoandinos.

“En tan solo cien años lo hemos cambiado todo”, reflexiona la directora. “Las acciones extractivas y sin consciencia de los humanos han transformado los ecosistemas de manera acelerada, extinguiendo y poniendo en riesgo a cientos de especies, incluyendo la especie humana. Los páramos están perdiendo su vegetación natural; el aumento de la urbanización y la transformación de la flora natural en pajonal amenazan constantemente este ecosistema”.

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La pieza fue remontada con nuevos intérpretes en 2023 y, desde entonces, ha recorrido escenarios y festivales en Quito, Loja y Cuenca. Rosero explica que la obra “nace de una motivación muy personal, de crecer yendo a la montaña, y después de vivir fuera del país, regresar y encontrarme con que los ecosistemas están súper cambiados, los glaciares remontados, los páramos transformados, la zona urbana crecida. Nace realmente de ese impacto personal”.

La artista agrega que la obra busca abrir un espacio de reflexión sobre el estado de los páramos: “Nos interesa cuestionarnos dónde estamos como seres humanos, en dónde estamos con relación a la naturaleza y con relación a las huellas que dejamos. En el fondo, esta relación que ha estado muy quebrada tiene que ver con estar quebrados, de no sentir, de anularnos de esa parte sensible que tenemos”.

Una apuesta por los jóvenes

En esta nueva etapa, Sensa 2.0 forma parte de la programación de Escenario Joven, un proyecto institucional de la Fundación Teatro Nacional Sucre (FTNS) que desde 2010 promueve el desarrollo, la promoción y la producción de las artes escénicas, audiovisuales y musicales en Quito y en el país. Su objetivo es acercar a niños y jóvenes al arte escénico mediante funciones gratuitas que se realizan durante el calendario escolar, fomentando así la creación de nuevos públicos.

Las presentaciones se llevan a cabo en el Teatro México, ubicado en el tradicional barrio de Chimbacalle. “En el sur de Quito se encuentra la mayor concentración de establecimientos educativos de la ciudad, y por eso se eligió el Teatro México como sede del festival”, explicó en una entrevista Andrea Stark, coordinadora del espacio para la Fundación Teatro Nacional Sucre (FTNS). “Es un evento muy importante para la generación de nuevos públicos, porque, en muchos casos, se trata de jóvenes que no han tenido mucho contacto con la cultura y que no han tenido la oportunidad de acceder a una oferta artística y cultural”.

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Para Rosero, la conexión con el público es una parte esencial de la propuesta. “Es una obra escénica para presenciarla, sí, pero el público también participa activamente en las sensaciones que se generan”, comenta. Las funciones de Sensa 2.0 se realizarán el 18 y 19 de noviembre, a las 10:00, y el 22 de noviembre, a las 17:00, en el Teatro México.

Humor y tradición oral

La segunda obra programada para noviembre es Los disparates andan sueltos, del Teatro Popular del Ecuador, que se presentará el 25 y 26 de noviembre a las 10:00, también en el mismo espacio. Dirigida por Silvia Brito e interpretada por Julia Mayorga y Antonio Barragán, la puesta en escena transforma el cuento andino del zorro y el cuy en una experiencia teatral que combina humor, música y tradición oral.

Sus protagonistas, Pequivén y Sucusún, recorren distintos lugares compartiendo experiencias, saberes y cuentos en un randi randi -término kichwa que significa “dando y dando”-. A través de este intercambio simbólico, los personajes “dejan algo y se llevan algo” en cada función, promoviendo el diálogo intergeneracional y la memoria colectiva.

LOS DISPARTES ANDAN SUELTOS TEATRO
La segunda obra programada para noviembre es Los disparates andan sueltos, del Teatro Popular del EcuadorCortesía

El montaje forma parte de la línea de trabajo del Teatro Popular del Ecuador, fundado en 1999 en Ambato por Antonio Barragán. Desde sus inicios, el grupo ha trabajado con jóvenes sin formación actoral previa y ha desarrollado una trayectoria reconocida por su labor pedagógica y comunitaria.

“En nuestras obras, nuestra preocupación siempre es la formación humana, trabajar con un teatro liberador para que niños y adolescentes puedan pensar y responder ante las convulsiones del mundo. Trabajamos con una pedagogía de la liberación que busca aportar a la construcción de seres humanos alegres y saludables”, comentó Barragán.

Teatro para bebés

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A la par de Escenario Joven, también se desarrolla Sucre para guaguas, una apuesta teatral dirigida a los más pequeños. El 30 de noviembre, el programa acogerá Polvo de estrellas, una obra del Círculo de Artes Escénicas, codirigida por Tanya Sánchez y Matías Belmar, y escrita por la dramaturga chilena Layla Raña.

La pieza propone una experiencia inmersiva para bebés y familias, en la que el cuerpo, el sonido y la luz dialogan en un espacio compartido, construyendo un relato sensorial pensado para los más pequeños. La obra, señalan sus creadores, nació de una vivencia personal: “Nos dimos cuenta de que no había propuestas artísticas para bebés o niños muy pequeños, y que eso limitaba mucho dónde los podíamos llevar y a qué podíamos exponerlos”, explica Sánchez.

POLVO DE ESTRELLA Y CARACOLITO ANDARIEGO
Polvo de estrellas propone una experiencia inmersiva para bebés y familias, en la que el cuerpo, el sonido y la luz dialogan.Cortesía

Polvo de estrellas surge de la fascinación por el cosmos y el viaje de las naves Voyager, que en 1977 enviaron al espacio un disco de oro con sonidos y música representativa de la humanidad, saludos en 55 idiomas y un ensayo titulado Sonidos de la Tierra. “La idea fue trabajar sobre el viaje de las Voyager y cómo estos elementos nos conectan con la historia del universo -explica Sánchez-. Queríamos que los bebés y sus familias vivieran una experiencia sensorial que les permitiera imaginar el ciclo de vida de una estrella a través del movimiento, la luz, la música, la danza y la interacción con los intérpretes”.

La propuesta integra la investigación sobre etapas del desarrollo infantil y lenguaje no verbal, incluyendo sonidos, onomatopeyas y estímulos visuales que permiten a los bebés entrar en contacto con el ritmo y la narrativa sin necesidad de palabras. “Nuestra relación con los bebés no es narrativa, es sensorial -indica Belmar-. Creamos cuadros y sorpresas que cambian cada minuto porque la atención de los bebés es efímera. Es un diálogo que no depende de la palabra, sino del cuerpo, del sonido y de la luz”.

La obra se presentará en el Teatro Sucre a las 12:00.

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