
‘El carnaval de los animales’: una oda a la vida natural en el Teatro Sánchez Aguilar
Un concierto visual en el que la música clásica dialoga con el mundo animal en una puesta en escena guiada por la imaginación
Colores, formas y música clásica son la fórmula de esta pieza teatral en la que el reino animal cobra vida. Las tablas se alistan para recibir El carnaval de los animales, una propuesta que viaja desde suelo chileno hasta las instalaciones del Teatro Sánchez Aguilar en Samborondón. Después de recorrer escenarios en Bélgica y Holanda, la obra llega por primera vez al público ecuatoriano.
Esta idea surgió hace un par de años, cuando la compañía trabajaba con música clásica en vivo junto a una orquesta del sur de Chile. Tras quedar fascinados con el resultado, los músicos propusieron una colaboración que dio inicio a la búsqueda de piezas que encajaran con su lenguaje escénico.
Fue entonces cuando El carnaval de los animales apareció como la opción perfecta: una obra familiar, creativa, ecológica y profundamente visual.
Álvaro Morales, quien dirige junto a Edurne Rankin, conversa con EXPRESIONES sobre el proceso creativo, los desafíos y la magia que hay detrás de esta puesta en escena.
La entrevista
¿Qué simbolizan los animales en escena?
Nuestros espectáculos siempre tienen múltiples lecturas, porque no trabajamos desde el realismo. Nos gusta que el público use su imaginación. Así, el espectador redescubre el mundo animal desde lo cotidiano y, al mismo tiempo, comprende que la naturaleza y los animales son poesía pura. Es una invitación a reconectarse con ese respeto que le debemos al mundo natural.

¿Existe intención de concientizar sobre el mundo animal?
Sí, totalmente. No damos un mensaje directo ni moralista, pero al contemplar la belleza y fuerza de los animales, inevitablemente surge la reflexión sobre qué estamos haciendo con nuestro entorno. Es una invitación a cuidar, valorar y respetar lo que aún tenemos.
¿Qué esperan del público ecuatoriano con esta presentación?
Venimos de una gira internacional, donde el público se conectó muchísimo con la obra, pese a las diferencias culturales y de idioma. Creemos que en Ecuador ocurrirá lo mismo. Ya habíamos estado antes con Pareidolia y el recibimiento fue increíble.
¿Cuál fue el mayor desafío de montar esta obra?
Uno de los mayores retos fue mantener la atención del público en una pieza sin historia lineal. Tuvimos que construir una dramaturgia visual que equilibrara lo cómico, lo poético y lo fantástico. Además, trabajar sobre una obra musical tan reconocida exigía estar a su altura, sin perder nuestra autenticidad.
¿Cómo describiría El carnaval de los animales?
Es una fusión entre música clásica y teatro sin palabras, donde cinco actores dan vida a más de 40 animales. Hay máscaras, sombras, danza, objetos y un despliegue escénico que sorprende. Es una fiesta.
¿Cómo ha reaccionado su público ante esta propuesta?
El público suele salir con palabras como “hermoso”, “mágico”, “conmovedor”. Los niños, especialmente, lo viven de una manera única. Adivinan los animales, participan, se asombran con lo que se puede crear con tan poco. Esa energía contagia también a los adultos. Es muy emocionante ver cómo todos, sin importar la edad, entran en la misma fiesta de la creatividad.
¿Existe algún ritual antes de salir a escena?
Sí. Cada presentación requiere una gran preparación técnica y emocional. Los actores montan sus propios objetos y animales, revisan las luces y luego hay un momento grupal de concentración. Es un proceso que exige mucha energía y precisión, porque son solo cinco intérpretes los que dan vida a todo un universo.
¿Qué opina de las personas que dicen que el arte visual puede ser superficial?
Es un prejuicio. La profundidad no depende del texto o de la palabra, sino de la experiencia. Un espectáculo visual puede conmoverte y transformarte profundamente. Nosotros no buscamos dar mensajes racionales, sino generar una experiencia sensorial que cambie la percepción del espectador. El arte visual puede tocar fibras muy profundas del ser humano. Esa también es nuestra intención con El carnaval de los animales.
El mensaje de ‘El carnaval de los animales’
El carnaval de los animales no es solo una puesta en escena visualmente distinta, sino también un recordatorio del vínculo entre el arte, la naturaleza y la imaginación.
Es una invitación para que el espectador, niño o adulto, mire el mundo con ojos nuevos y redescubra la belleza de lo simple. Aquí, el público juega un papel fundamental, pues, como explica Álvaro Morales, cada persona encuentra su propia capa de significado.
En palabras del director, citando a Peter Brook: “Una vez que el público siente, luego comprende profundamente y ve un cambio”.
Detalles
- Una sola función: miércoles 12 de noviembre en la Sala Principal del Teatro Sánchez Aguilar
- Hora: 18:00
- Adhesión: $25 (cualquier localidad)
- Dirección: Av. Rio Esmeraldas, Samborondón
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