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Príncipe Andrés de Inglaterra
La cercanía del príncipe Andrés de Inglaterra con Jeffrey Epstein no deja de causar problemas a su reputación.(Foto archivo) San Tan AP

Correo explosivo: príncipe Andrés aseguró ‘volveremos a jugar’ con Epstein

Se filtra un mensaje del príncipe a Jeffrey Epstein que contradice su versión de "distanciamiento" y sacude a la realeza

Desde que estalló el escándalo que vincula al príncipe Andrés con Jeffrey Epstein, cada nuevo hallazgo alimenta el debate público sobre su credibilidad, su papel en la realeza y las sombras que acompañan su reputación. 

Con la filtración más reciente de un correo fechado el 28 de febrero de 2011, justamente un día después de que se publicara la foto escandalosa junto a Virginia Giuffre, reaparece una pieza clave que contradice sus versiones anteriores y sacude los cimientos de su narrativa pública.

Revelación del correo y contradicción de versiones

Ese mensaje, que hasta ahora circulaba solo en documentos judiciales sin confirmación oficial, vuelve a poner el foco en la relación entre el príncipe y el magnate convicto. En ese escrito, Andrés asegura a Epstein: “Parece que estamos juntos en esto”, le pide que “mantenga el contacto” y añade: “Volveremos a jugar pronto”.

Lo llamativo es que la correspondencia fue enviada justo después de que los medios revelaran la fotografía en la que Andrés aparece abrazando a la entonces adolescente Giuffre en casa de Ghislaine Maxwell.

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Hasta ahora, el príncipe había sostenido públicamente que había roto todo vínculo con Epstein en diciembre de 2010, tras enterarse de sus acusaciones y controversias.

Pero el correo echa por tierra esa afirmación: evidencia que el vínculo no solo persistió, sino que fue reafirmado en el mismo momento en que su imagen más polémica saltaba a la luz.

Impacto mediático y peso político dentro de la realeza

La publicación de este correo definitivamente complica la versión de Andrés, pero también genera tensión en la Casa Real británica

Para muchos observadores, esta evidencia refrenda acusaciones previas de engaño y pone presión sobre el rey Carlos III para actuar con mayor distancia frente a su hermano.

Además, mientras muchos de sus títulos han sido retirados y su rol público reducido, este nuevo episodio refuerza el aislamiento dentro de los círculos oficiales.

Al mismo tiempo, la filtración ha revitalizado el interés mediático en otros correos. En meses recientes se supo que Sarah Ferguson, exesposa de Andrés, también intercambió mensajes con Epstein en 2011, en los que lo describía como un “amigo supremo”.

Ante la gravedad de estas y otras evidencias, varios organismos benéficos incluso rompieron vínculos con ella al conocerse esos mensajes.

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Analistas señalan que este nuevo correo respalda la tesis de que Andrés mintió en su entrevista de 2019 con la BBC (Newsnight), cuando aseguró haber terminado la relación con Jeffrey Epstein en 2010.

Defenderse ante este tipo de pruebas es complejo: el príncipe podría alegar que esos mensajes eran rutinarios, no íntimos, o que su intención era diplomática más que simbólica. 

Pero ante el ojo público, esas excusas carecen de fuerza frente al lenguaje explícito del correo.

Además, el hecho de que el mensaje se haya filtrado y recuperado de documentos judiciales utilizados en casos como el de Jes Staley y la relación con Epstein, añade otro matiz.

Para todos queda claro que esta evidencia no es solo mediática, sino parte de litigios cuya seriedad ha sido validada por tribunales. Y ante eso, no hay vuelta atrás-

Para Andrés, cada revelación afecta su ya deteriorada imagen. Pero va más allá, porque también toca negativamente la percepción del linaje real que intenta mantener un perfil controlado. 

Este escenario abre interrogantes sobre cuántas comunicaciones similares podrían existir y aún no haberse hecho públicas. También obliga a los defensores de la realeza a replantear estrategias de comunicación y manejo mediático.

Este episodio actúa como una nueva grieta en su discurso de inocencia o engaño controlado. No basta con negar encuentros; ahora debe explicar por qué mantuvo una relación explícita con Epstein justo cuando su imagen más vulnerable fue puesta en el ojo público. 

Así, el príncipe Andrés se encuentra una vez más en el ojo del huracán, con un correo que podría significar uno de los golpes más duros a su versión pública hasta ahora. 

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