
Beyoncé cierra Cowboy Carter con Destiny's Child y Jay-Z y en Las Vegas
El final de la gira Cowboy Carter de Beyoncé deslumbró con reencuentros, sorpresas y un show histórico en Las Vegas
Con una ovación que retumbó en cada rincón del Allegiant Stadium, en Las Vegas, Beyoncé puso punto final a su histórica gira Cowboy Carter el pasado 26 de julio en el Allegiant Stadium de Las Vegas.
La superestrella global, dueña de múltiples Grammys y récords, ofreció una velada explosiva cargada de emociones, invitados de lujo y momentos que quedarán grabados en la historia del pop. Más que un concierto, fue un homenaje a sus raíces, a su evolución como artista y al legado de la música afroamericana dentro del género country.
Con 32 fechas por estadios de Estados Unidos y Europa, la gira Cowboy Carter ha sido una travesía artística ambiciosa y profundamente personal. Pero fue su presentación final en Las Vegas la que realmente marcó la culminación de una era transformadora, y dejó a sus seguidores con el corazón lleno y la voz ronca de tanto corear himnos.
Destiny’s Child: el reencuentro más esperado en el concierto de Beyoncé
Uno de los momentos más electrizantes de la noche llegó cuando Beyoncé sorprendió al público presentando a sus eternas compañeras de Destiny’s Child, Kelly Rowland y Michelle Williams. “Destiny’s Child, bitch!”, exclamó con euforia, desatando una tormenta de gritos eufóricos.
El trío, que definió una generación, apareció en el escenario con la misma fuerza, estilo y sincronía que las hizo leyenda. Y se logró el objetivo: el público estalló de emoción.
Interpretaron su icónico hit de 2001, Bootylicious, seguido de una energética coreografía en Lose my breath y una versión especial de Energy, que incluyó el famoso 'mute challenge' viralizado en TikTok. La emoción del público fue palpable: lágrimas, aplausos y miles de celulares capturando un instante que muchos creían imposible y que, en ese momento, tenían frente a ellos.
La química entre ellas fue natural. Y eso entusiasmó todavía más a los asistentes. Era como si el tiempo no hubiera pasado desde sus últimas grandes apariciones, como el Super Bowl 2013 o Beychella en 2018.
Aunque ya se habían reunido en privado a principios de año para la fiesta de cumpleaños del esposo de Kelly Rowland, este reencuentro público reavivó las esperanzas de un regreso más permanente del legendario grupo femenino. Incluso el padre de Beyoncé, Mathew Knowles, se ha mostrado entusiasta: “Es decisión de ellas, pero yo lo apoyaría completamente”, dijo a Entertainment Tonight.
Shaboozey y Jay-Z en el escenario: sorpresas con sabor a country y romance
Pero Destiny’s Child no fue la única sorpresa de la noche. Beyoncé también compartió el escenario con Shaboozey, el único colaborador oficial de su aclamado álbum Cowboy Carter.
Apareció vestido con una bufanda de la bandera estadounidense. El artista, ante un público emocionado, interpretó junto a ella el tema Sweet Honey Buckin, mientras el estadio se dejaba contagiar por los sonidos del country moderno con influencias afroamericanas.
Más adelante, la audiencia estalló nuevamente cuando apareció Jay-Z, esposo de Beyoncé y compañero habitual en sus conciertos más emblemáticos. Juntos interpretaron Crazy in Love, un clásico que marcó el inicio de su historia como dupla creativa.
Jay-Z siguió con Ni**as in Paris, lo que calentó aún más el ambiente antes de cerrar su aparición con un beso que selló el cariño y complicidad de una de las parejas más influyentes de la música.
Estos momentos reafirman que Beyoncé sabe cómo combinar lo inesperado con lo íntimo, sorprendiendo a su audiencia sin perder autenticidad.
Blue Ivy brilla en el escenario y Beyoncé rinde tributo a su legado
Un capítulo aparte merece Blue Ivy Carter, hija de Beyoncé, quien a sus 13 años se ha convertido en una figura destacada del tour. Durante el último show, Beyoncé vistió una camiseta con el mensaje “Deja Blue”, en un gesto de orgullo maternal.
Blue Ivy deslumbró una vez más como bailarina principal, especialmente durante la interpretación del tema Deja Vu. Su presencia y performance generó lágrimas y aplausos en igual medida.
Al dirigirse al público, Beyoncé no ocultó su emoción: “Estas giras toman años de preparación. De hecho, comencé Cowboy Carter incluso antes de Renaissance”, reveló. La noche coincidió con el Día Nacional del Vaquero, y su compañía, Parkwood Entertainment, lo celebró con un mensaje poderoso: “Hoy honramos el legado de los vaqueros negros que dieron forma a este país”.
El tour también incluyó colaboraciones internacionales, como su sorpresiva aparición con Miley Cyrus en París, y reafirmó la habilidad de Beyoncé para trascender géneros y fronteras. Con Cowboy Carter, Beyoncé no solo exploró el country desde una mirada afroamericana, sino que rompió barreras históricas dentro de la industria musical.
Una despedida histórica que deja huella en el pop global
Son muchos los que opinan que el cierre de Cowboy Carter no fue simplemente el final de una gira. Ellos sostienen que fue una verdadera declaración artística, social y emocional. ¿La razón? Beyoncé ofreció algo más que un espectáculo: entregó una experiencia inmersiva que conectó a miles de fans con un mensaje de identidad, poder femenino y evolución creativa.
La noche del 26 de julio, con todo lo que trajo, quedará marcada como uno de los eventos musicales más importantes del año. Y ese es un éxito por el que, de seguro Beyoncé, con su espíritu empresarial (y, por supuesto, artístico) había concebido desde el inicio de Cowboy Carter.
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