
La barbería: una carrera en auge entre los jóvenes de Guayaquil
En Guayaquil, la barbería se posiciona como una carrera en crecimiento. Jóvenes ven en ella un oficio rentable y creativo.
En Guayaquil, el arte de la barbería ha evolucionado de generación en generación, hasta convertirse en una opción profesional con futuro para cientos de jóvenes. Hombres y mujeres desde los 16 años hasta adultos en busca de una nueva oportunidad se encuentran en este camino no solo una fuente de ingresos, sino también un espacio de creatividad y crecimiento personal. La figura del barbero, antes asociada únicamente a cortes sencillos para caballeros, hoy se transforma en un especialista capaz de ofrecer servicios integrales: desde degradados y diseños hasta colorimetría, limpiezas faciales y tratamientos capilares.
Cada vez más hombres se preocupan por su imagen
La tendencia responde a una realidad social: cada vez más hombres se preocupan por su imagen y destinan tiempo y recursos a su cuidado personal.
“Hoy en día los hombres se han hecho un poco vanidosos como las mujeres, quieren pintarse el cabello, alisárselo, hacerse limpiezas. Eso abre un abanico de servicios y, por ende, oportunidades de negocio”, explica Tony Lacera, fundador de MasterCut Academy, una de las academias pioneras en este campo.
Para Lacera, la barbería dejó de ser un simple oficio para convertirse en una profesión. La demanda ha impulsado la creación de espacios de formación especializados, donde se enseñan técnicas modernas, conocimiento teórico sobre tipos de cráneo y cabello, y también nociones de trato al cliente. Su academia, que celebra cinco años, ha graduado a más de 700 barberos, muchos de los cuales hoy trabajan en Europa y Estados Unidos.
Las academias de barbería abren una nueva oportunidad
Las academias cumplen un papel clave en este fenómeno. No solo transmiten técnicas de corte, sino que también forman en ética, disciplina y visión de negocio. “Son las que forman a los nuevos talentos y elevan el nivel profesional del oficio. La barbería ya no es solo cortar, es innovar, crear y profesionalizarse”, sostiene Javier Vinces, CEO y fundador de Old Barbers Studio, otra academia reconocida en la ciudad.
Tanto MasterCut como Old Barbers coinciden en que sin formación el barbero corre el riesgo de estancarse. Hoy, la actualización constante a través de talleres, seminarios y referentes internacionales es indispensable para destacar en un sector que se ha vuelto competitivo y global.

Jóvenes estudiantes buscan ser emprendedores
Los testimonios de jóvenes en formación reflejan cómo esta carrera se percibe como un camino de superación. Maykel Jiménez, con ocho meses de estudio, cuenta: “No es solo cortar cabello, sino también dar un buen trato y hacer que el cliente se vaya contento. Me visualizo con mi propio espacio y reconocido por la calidad de mi trabajo”.
Cristian Barba, bombero de profesión, decidió incursionar en la barbería como segunda carrera: “Se puede ver un incremento en los jóvenes que desean aprender. Hoy en día es algo global”. Para Grace Samaniego, estudiante de nivel básico, la barbería es una salida concreta frente a la falta de cupos universitarios: “Aquí en la costa los hombres se cortan cada semana, eso lo hace muy rentable. Uno puede ser su propio jefe”.
Una academia con su propio estudio en el centro de Guayaquil
El fenómeno no solo se limita al aula o al puesto de trabajo. Lacera se prepara para inaugurar un estudio de barbería en el mismo edificio de su academia, concebido como un espacio privado con cafetería, área social y entretenimiento, donde el cliente no solo se corta el cabello, sino que también vive una experiencia. Esta evolución refleja cómo la barbería se integra al estilo de vida urbano y busca posicionarse como un referente de cultura y emprendimiento.
Guayaquil empieza a consolidarse como un polo de formación barberil. “La barbería es una industria, no solo un oficio artesanal”, afirma Francisco Díaz, educador con más de una década de experiencia. La proliferación de academias, el interés de los jóvenes y la conexión con tendencias internacionales permiten pensar en un futuro en el que Ecuador pueda destacar como un país referente en este arte.
La barbería, en definitiva, se ha convertido en una opción real de vida. Jóvenes que antes no encontraban oportunidades en la educación superior ven en ella un camino rentable y creativo. Un movimiento que no solo cambia la apariencia de quienes pasan por la silla del barbero, sino también las vidas de quienes sostienen las tijeras.