
Grafitis borrados en Guayaquil: Controversia que deja muros vacíos donde había arte
Artistas se juntaron para repintar paredes que obreros blanquearon, incluso con la frase municipal "La ciudad de todos"
El arte urbano está en un nuevo capítulo en Guayaquil. Esta vez es una disputa en las paredes, donde los grafitis son reemplazados por espacios vacíos.
Es lo que ha sucedido durante las semanas recientes en el centro de la ciudad, donde obreros han borrado algunos grafitis que diversos artistas han pintado a lo largo de los últimos meses e incluso años.
El caso más emblemático se dio en la calle Loja, entre avenida Malecón y Rocafuerte, cerca de la estación de la Aerovía.
Desde 2020, en plena pandemia, ilustradores guayaquileños e incluso de otras ciudades del país, así como de Colombia y México, plasmaron su arte en una pared que bordea el campus Las Peñas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
A lo largo de 20 metros, artistas ecuatorianos y extranjeros pintaron grafitis en este muro del centro
Pero con una capa de pintura blanca se cubrieron los mensajes y símbolos que había en el muro, como los nombres de los cuatro niños de Las Malvinas asesinados en diciembre del 2024: Steven Medina, Nehemías Arboleda y los hermanos Josué e Ismael Arroyo.
“Hice ‘paste up’ (técnica artística de empapelado) por el tema de los niños de Las Malvinas, en una forma gráfica suave, ligera, pero con un mensaje bastante fuerte. No es solamente lo que estaba, sino todo el peso, memoria y también historia que cargaba este muro”, dice la ilustradora Renata Vélez Solórzano.
¿Quién mandó a borrar los grafitis del centro?
María Fernanda López
A dos cuadras, en la calle Rocafuerte, entre Juan Bautista Aguirre y Juan Montalvo, también había grafitis artísticos y ‘paste up’ en la fachada de un predio. Trabajadores utilizaron rodillos para cubrirlos con pintura celeste.
“En noviembre del 2025 empezó este agresivo borrado de lo que es la estética grafiti”, advierte María Fernanda López, quien es curadora, catedrática de arte urbano y doctora en Teoría y Creación de la Cultura.
Ella ha documentado en sus redes sociales cómo cuadrillas de obreros también han eliminado grafitis en los bajos de pasos a desnivel, como el que está en la calle Julián Coronel, a la altura de Ximena.
“Me da mucha pena saber que esta es la ciudad donde estas cosas suceden. Es una forma también de adoctrinamiento, porque los mensajes son a veces quejas de lo que siente el pueblo”, menciona Vélez.
Renata Vélez
“El grafiti puede hacer que un espacio se sienta reclamado, vivo, político o inseguro. Puede contar historias que no encajan en la señalización oficial ni en las campañas de marketing elaboradas. En barrios que suelen pasar desapercibidos, el grafiti es a veces la única señal visible de identidad cultural”, se describe en un análisis de Post Digital Architecture (PDA).
En Guayaquil, esos espacios con arte urbano son escasos, a diferencia de lo que ocurre en otros países o en ciudades cercanas como Quito, donde iniciativas de artistas plásticos y grafiteros convierten grises muros en coloridos ‘lienzos’, tal como ha recogido EXPRESO.
“Es hasta cínico hacer gris la ciudad, sin vida, sin color, vacía, monótona, uniformada, encerrada, encarcelada”, opinaba el fotógrafo documental Patricio Ávila en una de las publicaciones de López, donde se ve una cuadrilla pintando con ese color los bajos de un paso a desnivel, donde había grafitis artísticos.

En el artículo de PDA se ubica al grafiti en un “espectro”: por un lado hay quienes lo consideran daño a la propiedad privada, pero otros lo aprecian como expresión artística que “celebra el patrimonio, responde a la política o da identidad a un lugar”.
Emilia Aragón Rocha, quien tiene una maestría en Bellas Artes, manifestó en un artículo publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que, “de cierta manera, las respuestas de las instituciones locales, ante este tipo de expresiones artísticas, demuestran qué tan tolerantes somos”.
El Municipio de Guayaquil aseguró a EXPRESO que “no tiene ninguna relación” con el borrado del muro en la calle Loja, pero hasta el cierre de este artículo no se concedió una entrevista sobre los otros casos.
En una pared de la calle Juan Montalvo, cerca del Mercado Artesanal, grafitis fueron reemplazados por el eslogan municipal “La ciudad de todos”. López cuestiona: “¿Ciudad de todos o ciudad de algunos?”.

Para Aragón, “la forma en la que América Latina responda ante estas intervenciones revelará en un futuro cómo se construye como sociedad y cuál será su modelo urbano de identidad”.
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