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La calle Panamá y la Zona Rosa, en el centro de Guayaquil, suelen estar vacías entre semana. El eslogan de Rincón Mágico aún no atrae visitantes.MIGUEL CANALES

Guayaquil y su reto de convertir calles en espacios de encuentro, no solo de tránsito

Bailar en la calle Panamá fue la iniciativa que cautivó a la ciudadanía y que requiere apoyo estatal para replicar en barrios

Observar a cientos de personas sacudiendo las caderas, riendo y aprovechando lo que realmente es el espacio público, en plena noche, fue posible. Y es que Guayaquil atraviesa un mal momento por el abandono del centro y la inseguridad, lo que ha generado hartazgo y un grito ciudadano. 

Aun así, la misma urbe demostró que una convocatoria bastó para que cientos acudieran y desafiaran al miedo y nadie se quedó sin sacar sus mejores pasos al ritmo de la contagiosa salsa, cumbia, incluso el merengue convirtió la calle en una pista de baile.

Hoy, estas escenas que recorrieron las redes sociales dejan lecciones en una ciudad que demuestra potencial, tiene líderes ciudadanos y coincide en que esto no debe apagarse, sino multiplicarse en distintos sectores. Tanto se habla del tejido social, y muchos ven en estas jornadas una oportunidad enorme para darle sentido a un centro vivo y a una ciudad nocturna, el pedido de cientos.

La ciudadanía defendió su derecho al espacio público

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Bajo la mirada de César Santana, licenciado en Turismo y docente de la Universidad Ecotec, esta acción es aplaudida y lo califica como “interesante” en la ciudad y sobre todo ver que la gente defiende el derecho del espacio público, en este caso con “el tema del baile”.

“Por primera vez la gente local defiende el derecho al espacio público; bailar en la calle es una forma de demostrar que la inseguridad puede acabarse de cierta forma o alejarse un poco”, dijo. 

“Es el resultado de cuando las personas se hacen conscientes de que el espacio público es suyo y no tiene por qué estar abandonado”, agregó.

El evento “Baila la Calle”, que se realizó en la calle Imbabura, entre Panamá y Vicente Rocafuerte, fue una idea que nació del colectivo Conciencia Positiva, dirigido por Ana Rivas.

Con el apoyo de agrupaciones como Sacrilegio y Malviartes, Rivas apostó por dejar que la ciudadanía se apropie de la calle a través de la expresión del baile, como una estrategia para fomentar la cohesión social.

A esto se suman las clases gratuitas de yoga y las ferias de emprendimientos, con actividades culturales, que ha organizado en este mismo punto, tal como ha recogido EXPRESO.

Incluso, ella y otros gestores culturales contaron, en abril pasado, cómo se unían entre colectivos para ofrecer eventos de autogestión, ante la falta de apoyo y oferta del sector público.

Impacta de manera positiva porque se escuchará que Guayaquil es una ciudad alegre, que no descansa en la noche".

Allyson Alemán

Gestora turística

Hoy, su baile en la calle motivó a que el alcalde Aquiles Álvarez le ofreciera, en la red social Instagram, su apoyo para la actividad e incluso hacer que la Ruta Centro, en calle Panamá, sea también nocturna.

A raíz de eso, el Municipio anunció el lunes, sin dar mayores detalles, que este viernes 28 de noviembre comenzará el programa “Panamá Nocturna”.

Más allá de los ofrecimientos, el evento ciudadano del viernes “es el ejemplo claro de que se usa lo que poseemos para salvar nuestro espacio”, dice la socióloga Diana Mazzini.

Ella advierte que en este tipo de encuentros, que también se hacen en otros países, suele haber acumulación de desechos o comportamientos que puedan incomodar a los asistentes y expresó la necesidad de que haya apoyo en la seguridad.

Pedido de apoyo a la Alcaldía de Guayaquil

Por eso, y aprovechando el ofrecimiento del alcalde, Rivas solicitó el lunes al Cabildo que se otorgue el permiso de vía pública para hacer esta actividad un viernes al mes, así como apoyo logístico en seguridad y recolección de desechos. Baños portátiles fue otra de las solicitudes.

“Estamos convencidos de que bailar en la calle es más que moverse: es declarar que existimos, sembrar libertad en el asfalto y transformar la ciudad en un espacio más humano y participativo”, dijo en su pedido.

Rivas comentó a EXPRESO que sería adecuado hacer una mesa técnica con gestores, dueños de locales y representantes municipales para coordinar la programación y tareas que demanda este tipo de actividades.

El turismo del futuro no es solo hacer un 'reel', es conectar con la gente de la localidad que visitas y eso es una huella imborrable".

Allyson Alemán

Gestora turística

Estos eventos son una reactivación urbana temporal que funcionan como laboratorios urbanos, para investigar y analizar qué reacciones tuvo la ciudadanía ante un evento puntual, explica la urbanista Carolina Morales. Además, fomentan la vigilancia natural de la comunidad.

“Cuando las calles empiezan a llenarse de gente, la seguridad se convierte en un factor que, de por sí, se da solo. Se reactiva también la economía local, porque obviamente muchos locales se benefician de vender bebidas y comida”, resaltó la experta.

Robalino coincide en que se debe fortalecer la seguridad para que estas reactivaciones, a las que califica de “superbuenas”, no se opaquen por el comportamiento individual de ciertos ciudadanos, y así evitar “que dé una mala imagen a todo lo bonito que se está realizando a nivel cultural”.

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“Recordemos que el tema cultural es algo que reactiva realmente un espacio público, que genera apropiación, un contenido simbólico, convierte a la calle en un escenario de encuentro, no solamente de tránsito, pero un simple error puede hacer que, en todo lo bonito, cambie totalmente el panorama o la percepción que tiene la ciudadanía sobre este tipo de espacios”, manifestó la especialista.

Un aspecto que se debe fortalecer en los barrios, al momento de replicar estas iniciativas, es la comunicación. Así lo cree la profesora de artes escénicas, Ana Durán. Así se evita contratiempos, por ejemplo, con guardias que impiden los eventos, así cuenten con permisos. “Uno siente que ese espacio no es de uno y que solamente sirve para transitar, pasar y ya”.

Por eso, Durán resaltó que con la iniciativa ciudadana “haya este acercamiento de la gente, que la comunidad se fortalezca, que el arte se convierta en un lenguaje en común”.

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