
Ejercer la docencia en Guayaquil hoy es un acto de resistencia y valentía
A pesar de que la violencia ha irrumpido en planteles educativos, los maestros se mantienen firmes
El bullicio de los niños que ingresaban a una escuela en Flor de Bastión fue apagándose con el timbre de las 07:30. Las aulas se llenaron de voces infantiles y explicaciones de maestros junto al pizarrón. Todo parecía rutinario, hasta que varias detonaciones rompieron la calma y, en cuestión de segundos, solo quedó el rugido de una motocicleta que se iba perdiendo en la distancia.
Al salir al patio, docentes y personal administrativo descubrieron varios orificios en la puerta de ingreso. El colegio había sido baleado. La primera reacción fue verificar si alguien había resultado herido. Todos estaban a salvo.
Rogelio (nombre protegido) imparte clases en esa institución del noroeste de Guayaquil. Lo de aquella mañana fue apenas uno más de los angustiantes episodios que han vivido en ese plantel en los últimos meses. Con más de 27 años ejerciendo la docencia, comenta que ser profesor se ha convertido en un acto de resistencia y valentía.
Y es que la violencia que azota al Puerto Principal no solo ha tocado las puertas de las instituciones, sino que también se ha metido a las aulas.
“Estamos atravesando problemas de violencia, que no son ajenos a lo que atraviesa nuestra sociedad. El hecho de ser extorsionados constantemente, amenazados, ya hace mucho más compleja nuestra labor docente”, expresa Rogelio.
Los disparos de aquella mañana son el ejemplo de esa problemática que enfrentan. Horas después, el plantel recibió dos ataques similares, sin heridos. Los chicos fueron enviados a la casa durante varios días.
“Hay versiones que señalan que el ataque lo hacen con la finalidad de amedrentar a estudiantes que se presume que forman parte de GDO (grupos de delincuencia organizada) enemigos”, explica con temor.
Lamenta que por la presencia de estas agrupaciones que actúan al margen de la ley, el respeto a la autoridad en la institución se está perdiendo.
“Hay estudiantes a los que no se les puede llamar la atención. No se puede pedir a los padres que vengan a conocer cómo está rindiendo su hijo en el plano académico y disciplinario, porque ellos mismos se lo toman a mal y nos amenazan”, admite.
Docentes son amenazados en Guayaquil
Eso le ocurrió a Susana, maestra en una escuela de Monte Sinaí, en el noroeste de la ciudad. Mientras corregía los ejercicios de matemáticas de un alumno y le ponía una mala calificación, él respondió con un gesto de desaprobación con las manos y, acto seguido, rompió la hoja. Pero lo peor pasó al día siguiente, antes de que se iniciara la jornada matutina.
Rogelio
“El alumno llega con una señora que dijo ser tía de él y me insultó. Me amenazó, diciendo que no volviera a pisar la escuela ‘o me atenga a las consecuencias’. ¿Cómo podía seguir dando clases así? Emocionalmente estaba muy mal. Esa mañana no quería seguir, pero me mantuve firme”, relata la docente.
Algunos de sus compañeros han desertado por el temor. Pero ella no se rinde. Aunque el carro que la lleva al plantel no siempre avanza lo suficiente y ya ha sido víctima de un robo, su vocación la sostiene.
“Mi misión es formar a estos niños y jóvenes. Ellos no se merecen vivir en estas condiciones, con el peligro acechando, con las bandas criminales captándolos para arruinarles la vida. Estos niños tienen sueños, pero la violencia les está arrebatando a sus familias, su infancia. La escuela es otro refugio, además del hogar. Y mi responsabilidad es con ellos”, dice Susana con convicción.
No le sorprende que ya se registren detenciones de estudiantes, como ocurrió a inicios de este mes en la parroquia Pascuales, cuando tres alumnos de un plantel educativo fueron aislados por la Policía Nacional tras encontrarles un arma de fuego y municiones dentro de una mochila.
Señala que sin la intervención adecuada y coordinada de las autoridades, esta situación podría convertirse en un problema mucho mayor.

Aunque estos hechos ocurren en planteles de sectores vulnerables, docentes de colegios privados también reflexionan sobre la complejidad de su labor, incluso sin enfrentar problemas de inseguridad.
Para Raquel Maquilón, rectora de la Unidad Educativa Ecomundo, la labor docente enfrenta desafíos que van más allá de la seguridad física. Según explica, los maestros necesitan apoyo constante para poder atender a grupos de estudiantes diversos y gestionar situaciones que van desde el estrés y la carga emocional hasta diferencias en los estilos de aprendizaje.
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“El docente es un ser humano que también tiene sus cargas emocionales, su familia, sus problemas, sus deudas, sus necesidades, sus adversidades. Este docente necesita motivación externa también. Si un docente no está bien emocional e integralmente, ¿cómo puede manejar un grupo de 25 alumnos?”, analiza Maquilón.
¿Cuántas denuncias por extorsión a docentes hubo en el primer semestre del 2025?
En el primer semestre del año, la Unión Nacional de Educadores (UNE) presentó ante la Fiscalía General del Estado 45 denuncias formales por extorsión a profesores en la Zona 8, la cual comprende Guayaquil, Samborondón y Daule.
Semanas atrás, los dirigentes de ese gremio presentaron ante la Asamblea Nacional 500 informes preliminares sobre amenazas y agresiones hacia docentes a nivel nacional.
Ahora ese sentimiento patriótico parece estar desapareciendo entre las nuevas generaciones. El reto, coinciden los tres docentes, es fomentar el amor por la nación a los estudiantes desde sus hogares, aulas y comunidades. Hoy, que se conmemora el Día de la Bandera, resulta urgente pensar en ello y reflexionar en el tema.
“Muchas veces, al abordar temas como el amor a la patria o nuestros valores cívicos, los docentes no podemos hablarlos de manera tan abierta. En las aulas hay estudiantes que se presume forman parte de organizaciones delictivas, y cuando se tocan estas temáticas se nota en sus gestos que no están a gusto. Pero aun así, debemos insistir en enseñarlas”, manifiesta Rogelio.
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