
Proceso de paz en Guayaquil: la academia plantea soluciones contra la violencia
Catedráticos exponen procesos para enfrentar la inseguridad. Recuperar calles y frenar el reclutamiento, entre las propuestas
La criminalidad y la inseguridad han arrebatado la paz de Guayaquil. Asesinatos, cierres de negocios, áreas tomadas por la delincuencia y el fortalecimiento de las bandas mantienen a los ciudadanos en permanente zozobra. El clamor social apunta a que existan esfuerzos efectivos de las autoridades, pues las medidas planteadas hasta ahora resultan insuficientes. Incluso las cifras de la Policía Nacional confirman que los delitos y las muertes violentas siguen en aumento.
Frente a este escenario, la academia se levanta en busca de soluciones. Trece catedráticos de distintas universidades de la ciudad unieron esfuerzos para publicar el libro Ciudadanía, violencia y espacio público: procesos de intervención sobre conflictividades contemporáneas.
La obra busca comprender las dinámicas sociales y, al mismo tiempo, ofrecer reflexiones y herramientas para aportar a la pacificación.
Propuestas de catedráticos para buscar la paz
“Debemos entender que sí es posible pasar de un estado de violencia como el que vivimos actualmente a un estado de paz. Para ello existen puntos clave que debemos empezar a trabajar”, afirmó Diana Acosta, doctora en Jurisprudencia y autora de un capítulo sobre Peace Building, concepto aplicado con éxito en otros países.
La especialista destacó además el rol esencial de las mujeres en este proceso: “La mujer siempre es la que busca la paz. Involucrarla en la pacificación es indispensable. En todas las sociedades, como sucedió en Medellín, la participación femenina fue determinante”.
La recuperación del espacio público es otro de los ejes que plantea la investigación. Rubén Aroca, gestor general de Investigación de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil, advirtió que la violencia ha vaciado las calles y forzado a los negocios a cerrar más temprano. “Reconfigurar esos espacios, como se hizo en Colombia, es una estrategia eficaz que Ecuador debería replicar”, señaló.
El académico también insistió en que la prevención del reclutamiento temprano de jóvenes debe abordarse con políticas preventivas y no únicamente sancionatorias. “La paz solo será posible con el trabajo mancomunado del Estado, la sociedad y agentes externos. Kosovo, Colombia, Guatemala y El Salvador nos dejan lecciones importantes”, enfatizó, resaltando la importancia de proyectos de pacificación con amplia participación ciudadana.

Otros expertos también opinan sobre la crisis de inseguridad en la ciudad
Para Galo Cervantes, experto en proyectos sociales, la violencia ha inmovilizado a la sociedad y arrinconado al Estado. Por ello subrayó que la academia debe levantar su voz para orientar el camino que necesita recorrer el Ecuador hacia un desarrollo armónico: “Desde el crecimiento económico hasta la recuperación de la institucionalidad democrática”.
Una visión similar compartió el sociólogo Homero Ramírez, exdirector de la Facultad de Sociología, quien señaló que los docentes deben prepararse en temas de paz para transmitirlos a sus estudiantes. “Las instituciones estatales y municipales deben enviar mensajes claros de paz y no de guerra. Si ese discurso cambia, nosotros mismos podemos convertirnos en generadores de paz. Y esa construcción debe empezar desde casa”, subrayó.
Ramírez también advirtió la urgencia de enfrentar los problemas estructurales que alimentan la violencia: desempleo, deficiencias educativas, salarios bajos y un sistema judicial débil. “Son esas falencias las que terminan empujando a muchos jóvenes a integrarse a las bandas criminales”, recalcó.
La ciudadanía, por su parte, observa con expectativa que estas propuestas no queden solo en el debate académico.
“Creo que todos estamos dispuestos a trabajar para que tengamos una sociedad de paz, pero se necesita que las mejoras vengan desde arriba: el Gobierno, los municipios y todas las autoridades. Si ellas no ponen su grano de arena, el resto será en vano”, expresó Guillermo Casanova, líder comunitario de La Alborada.
La incertidumbre persiste entre los ciudadanos, quienes esperan que las autoridades escuchen estas voces y conviertan en acciones lo que hoy se plantea como un camino posible hacia la pacificación.
