
Lejos de superar a Correa, RC enfrenta reto de permitir aparición de nuevos líderes
El correísmo no está listo para la sucesión y, de cara a la convención, la figura de Aguiñaga definirá alcance de los cambios
Fue un ultimátum. “Si esto se acepta soy yo el que está de más”, escribió el expresidente y líder de la Revolución Ciudadana, Rafael Correa. Sus palabras se interpretaron como una advertencia y volvieron a poner sobre la mesa una vieja pregunta: ¿hay correísmo sin Correa?
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Fue Lourdes Tibán y su cercanía con la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga en un encuentro lo que desató un cisma interno en el correísmo.
El máximo líder de esa organización pasó de respaldar a Aguiñaga -ante las acusaciones de González- a condenar públicamente su accionar. “Eso no es trabajar ‘sin banderas políticas’, sino sin escrúpulos ni principios. Es lo que está en juego en la próxima convención”, sentenció Correa.
La importancia de la convención
La próxima convención del correísmo será decisiva. Allí se elegirá a la nueva directiva y, aunque la Revolución Ciudadana lo niegue en público, existen dos bandos en disputa sin un pronóstico claro todavía.
El conflicto interno se desató por los cuestionamientos al liderazgo de González. Una carta filtrada evidenció el descontento de Aguiñaga, de los prefectos de Azuay, Juan Cristóbal Lloret; de Pichincha, Paola Pabón; y de Manabí, Leonardo Orlando. A ellos se sumó el alcalde de Quito, Pabel Muñoz.
Los bandos en disputa
González es cercana a Correa. Fue la elegida para buscar la Presidencia de la República en dos ocasiones consecutivas. Sin embargo, el otro bando, encabezado por Aguiñaga, parece tener la mira en un cambio.
EXPRESO pudo conocer que los mensajes de división de González no fueron bien recibidos en gran parte de la organización, lo que pesará en la reconfiguración prevista para la convención de enero de 2026.
La balanza se inclina hacia superar la gestión de González. Lo que no está claro es si ese cambio necesariamente implica un distanciamiento de Correa.

Para la politóloga Melania Carrión, un correísmo sin Correa es improbable. “Rafael Correa es la figura central, aglutina y genera adhesiones. Aún no hay un liderazgo que supere esa figura carismática”, señaló. Sobre Correa pesa una sentencia por el delito de cohecho en el caso Sobornos.
Carrión considera, sin embargo, que el momento actual de la RC no se reduce a una disputa entre facciones por el apoyo del líder, sino que abre la posibilidad de una recomposición. Esto porque las disputas no han terminado, por ejemplo, en la expulsión de figuras identificadas con determinada tendencia. Aguiñaga y el resto de autoridades locales siguen siendo parte de la organización.
La figura de Marcela Aguiñaga
Pamela León Andriuoli, consultora y máster en comunicación política, coincide en que no hay opción de un correísmo sin su líder máximo. “El correísmo funciona como identidad política, no solo como liderazgo. Su estructura interna sigue siendo hiperpersonalista, con él como eje simbólico, arbitral y disciplinante”, indicó.
Pero, pintado así el panorama, lo determinante será el rol de Aguiñaga. Según León, la prefecta del Guayas no está buscando romper ni pelear por un evento puntual. Más bien está construyendo autonomía.
“No se está yendo de la RC, pero tampoco acepta el correísmo disciplinado y vertical”, dice León. Y, así, se reposiciona como un liderazgo propio, capaz de convivir con el correísmo sin depender de él.
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