
2025: un año de huellas dolorosas, cambios y reveses para Ecuador y el mundo
El año que termina dejó momentos que hay que recordar y de los cuales aprender para replicar o no repetir en el nuevo año
El 2025 fue un año intenso y decisivo para Ecuador y el mundo. No todos los hechos caben en un solo recuento, pero sí aquellos que marcaron la agenda pública, estremecieron a la sociedad y dejaron lecciones difíciles. A lo largo de estos doce meses, el país atravesó tragedias humanas, desastres naturales, episodios de violencia, procesos electorales y acontecimientos internacionales que influyeron en el ánimo colectivo y en el rumbo político y social.
Enero
El año comenzó con luto. Los familiares de los cuatro niños de Las Malvinas los sepultaron en medio del dolor y la indignación, mientras el país exigía verdad y justicia por un caso que conmocionó a la opinión pública y abrió un profundo debate sobre la protección de la niñez y la responsabilidad del Estado. El caso por desaparición forzada terminó con la sentencia de 16 militares.

Febrero
La naturaleza golpeó con fuerza a la Costa ecuatoriana. Intensas lluvias provocaron inundaciones que dejaron miles de damnificados, viviendas destruidas y pérdidas económicas, evidenciando la vulnerabilidad de amplias zonas del país frente a eventos climáticos extremos.

Marzo
Un derrame de petróleo en Esmeraldas volvió a poner en primer plano la fragilidad ambiental. Ríos contaminados, comunidades afectadas y ecosistemas dañados reactivaron los cuestionamientos sobre los controles, la prevención y la respuesta ante este tipo de emergencias.

Abril
El escenario político se definió en las urnas. Daniel Noboa ganó la segunda vuelta electoral, consolidando su mandato en un contexto de alta polarización y con grandes expectativas ciudadanas sobre seguridad, economía y gobernabilidad.

Mayo
Un hecho de alcance global marcó el mes. León XIV fue elegido como nuevo papa de la Iglesia Católica, iniciando una etapa que despertó atención mundial y expectativas entre millones de fieles. Es el primer sumo pontífice de origen estadounidense.

Junio
La seguridad volvió a ocupar titulares. La detención de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, fue presentada como un golpe relevante contra el crimen organizado, en medio de una lucha sostenida del Estado frente a estructuras delictivas que han sembrado violencia en el país. Fue extraditado a Estados Unidos donde será juzgado por siete cargo, entre los que están conspiración y distrubución internacional de cocaína.

Julio
Marlon Vargas es elegido presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Reemplazó en el cargo a Leonidas Iza quien encabezó dos paros nacionales. Ambos eventos provocaron graves consecuencias en la economía nacional, el asalto a las instalaciones de la Contraloría en Quito y varios fallecidos.

Agosto
La violencia política sacudió a la región. Miguel Uribe Turbay murió tras el atentado en su contra, generando conmoción en Colombia y reavivando las alertas sobre la seguridad de líderes políticos en América Latina.

Septiembre
Ecuador se paralizó. Inició el paro nacional más largo de su historia reciente, una movilización que se extendió por 31 días y dejó profundas consecuencias sociales, económicas y políticas, además de un país visiblemente desgastado.

Octubre
El temor volvió a instalarse en la cotidianidad urbana. Un carro bomba explotó frente a un centro comercial en Guayaquil, un hecho que reforzó la percepción de inseguridad y la preocupación ciudadana por la violencia criminal. Una persona murió.

Noviembre
El Gobierno enfrentó un revés en las urnas. La consulta popular del 16 de noviembre terminó con una derrota electoral para el Ejecutivo, evidenciando el descontento de una parte de la ciudadanía y abriendo interrogantes sobre el rumbo político.

Diciembre
El año cerró con un reconocimiento internacional. María Corina Machado recibió el Premio Nobel de la Paz, un hecho que trascendió fronteras y colocó nuevamente a América Latina en el escenario global.

El 2025 se despide dejando heridas abiertas, decisiones pendientes y lecciones que no deberán ignorarse. Pero también deja la posibilidad de aprender, corregir y reconstruir. Que el nuevo año encuentre a Ecuador y al mundo con mayor compromiso, más diálogo y la voluntad de transformar el dolor en un punto de partida hacia un futuro más justo y humano.
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