
U. de Guayaquil desarrolla bioinsumos agrícolas con plantas nativas ecuatorianas
Un estudio de la Universidad de Guayaquil demuestra que dos plantas nativas combaten hongos y bacterias agrícolas
La Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, a través de su Laboratorio de Investigaciones Biotecnológicas, ha emprendido un trabajo pionero con dos especies nativas poco exploradas: Vernonanthura patens y Salacia juradoi. El proyecto busca responder a una necesidad urgente en la agricultura: reducir la dependencia de plaguicidas químicos, responsables de la resistencia en patógenos, la contaminación ambiental y efectos negativos en la salud humana. Los investigadores coinciden en que el potencial de estas plantas medicinales podría marcar un antes y un después en el diseño de bioinsumos agrícolas y farmacológicos.
Un laboratorio con líneas claras de investigación
El Laboratorio de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad de Guayaquil trabaja en cuatro áreas estratégicas: metabolitos secundarios de plantas, microorganismos benéficos, micropropagación y biología molecular aplicada a la conservación. Con un equipo conformado por los expertos Ariel Escobar Troya, José Flores Cedeño y Mónica Armas Soto, y en colaboración con el Herbario de la UG bajo la dirección de la doctora Carmita Bonifaz, el centro impulsa proyectos que buscan unir la conservación de la biodiversidad con la innovación tecnológica.
Dos especies bajo la lupa
"La elección de Vernonanthura patens respondió a sus antecedentes medicinales: propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antimicrobianas ya reportadas en investigaciones previas. Los científicos esperaban validar su uso fitosanitario, especialmente en cultivos agrícolas de alto valor económico. Por otro lado, Salacia juradoi, una especie recientemente descrita y sin estudios fitoquímicos previos, despertó mayor interés", asegura Flores. Su composición prometedora, flavonoides, fenoles, terpenoides y glicósidos, la posiciona como un recurso inédito para la biotecnología agrícola y la medicina.
Resultados prometedores en laboratorio
Los ensayos revelaron concentraciones elevadas de fenoles y flavonoides en ambas especies. En el caso de Vernonanthura patens, se reportó una eficacia antibacteriana notable frente a Pseudomonas sp. y una inhibición significativa contra Fusarium sp., hongo que ataca al banano y otros cultivos. Por su parte, Salacia juradoi mostró efectos antibacterianos en dosis bajas, sumando además la presencia de esteroles y taninos. Estos hallazgos confirman el potencial de ambas especies como biocontroladores naturales, con aplicaciones no solo en agricultura sino también en el campo médico por sus compuestos antioxidantes y antimicrobianos.
“Más allá de un hallazgo científico, buscamos que nuestros agricultores tengan alternativas para lograr una agricultura sostenible y sana”, aseguró la mag´íster Mónica Armas. Los extractos vegetales no solo ofrecen menor toxicidad ambiental y humana, sino también reducen las probabilidades de generar resistencia en microorganismos. Además, señaló, que al tratarse de especies nativas, son accesibles y cultivables localmente, lo que las convierte en insumos de bajo costo y alto impacto.
Hacia productos aplicados y conservación de la biodiversidad
Los próximos pasos de la investigación incluyen la caracterización de metabolitos activos mediante cromatografía y espectroscopía, ensayos de toxicidad en modelos biológicos y el desarrollo de prototipos de bioinsumos agrícolas en formulación líquida y en polvo. Paralelamente, los investigadores proponen acciones de conservación in situ y ex situ, así como la capacitación de comunidades locales en la producción de bioextractos. De esta manera, se busca no solo impulsar la innovación científica, sino también proteger el patrimonio biológico nacional.