
UEES inaugura la primera Unidad de Long COVID en Ecuador
El Long COVID o Covid prolongado sigue siendo un reto científico que requiere investigación y empatía médica
El cansancio extremo, la pérdida de memoria, la niebla mental y la debilidad muscular no siempre son simples secuelas pasajeras de una infección. En muchos casos, son síntomas del Long COVID, una condición que continúa afectando a entre el 10% y el 35% de las personas que contrajeron el virus. Con el objetivo de comprender y combatir sus efectos, la Clínica de la Universidad Espíritu Santo (UEES Clinic) inauguró la primera Unidad de Long COVID o Covid prolongado, del país; en alianza con la Universidad de Miami, marcando un precedente en la atención integral y científica de esta enfermedad.
Especialistas de ambas instituciones compartieron avances y hallazgos sobre las causas neurológicas y metabólicas de esta enfermadad, revelando datos que podrían cambiar el enfoque del tratamiento médico en Ecuador.
La UEES Clinic revela datos científicos
El neurólogo Guillermo Intriago, representante de la UEES, explicó que el virus puede acceder al cerebro a través del nervio olfatorio o incluso por vías oculares y entéricas, afectando directamente al sistema nervioso central. “Existen disrupciones en la barrera hematoencefálica que permiten el ingreso del virus, citoquinas proinflamatorias y microtrombos. Todo esto puede causar encefalitis, fatiga, trastornos de sueño, depresión o incluso daño cognitivo”, detalló el especialista.
Intriago añadió que esta enfermedad no solo afecta al cerebro, sino también al sistema nervioso periférico, provocando síntomas como debilidad muscular, pérdida del olfato y neuropatías sensitivo-motoras. La alteración del intestino, una disbiosis intestinal, también juega un papel clave, afectando la absorción del triptófano y, con ello, el equilibrio emocional y hormonal del paciente.
La Universidad de Miami trabajo de la mano con la UEES
Desde la Universidad de Miami, el doctor Leonardo Tamariz, internista e investigador, presentó un enfoque innovador basado en la ergometría cardiopulmonar, una prueba que mide la respuesta del cuerpo al ejercicio y permite detectar alteraciones en el metabolismo energético. “Esta prueba nos permite ver qué está ocurriendo en el corazón, los pulmones y los músculos al hacer ejercicio. En los pacientes con COVID prolongado encontramos una disminución significativa del volumen máximo de oxígeno y una preferencia anormal por el uso de carbohidratos sobre grasas como fuente de energía”, explicó.
Según Tamariz, esta preferencia implica que las mitocondrias, las fábricas de energía de las células, están funcionando de manera ineficiente. “Usar carbohidratos produce una sola molécula de adenosín trifosfato, mientras que las grasas producen hasta 20. Esto explica la fatiga crónica: el cuerpo está generando energía de forma ineficiente”, añadió el especialista.
En su laboratorio, Tamariz y su equipo han realizado más de doscientas pruebas comparativas entre pacientes con Long COVID y personas sanas. En el 76% de los casos, lograron identificar correctamente a quienes padecían la condición, lo que abre la puerta a una nueva forma de diagnóstico clínico y predictivo. Además, los resultados mostraron que los pacientes con mayor fatiga o malestar postejercicio son aquellos que menos utilizan las grasas como fuente de energía.
Con tratamientos específicos, algunos lograron mejorar su capacidad física, reduciendo la disautonomía y aumentando su consumo máximo de oxígeno. Estos avances permiten a los médicos evaluar la efectividad de los tratamientos y ajustar los protocolos de rehabilitación según las respuestas metabólicas del paciente.
La Unidad atenderá a personas que tengan Covid prolongado
La nueva Unidad de Long COVID atenderá a pacientes que siguen presentando síntomas persistentes meses después de superar la infección. El enfoque será multidisciplinario, involucrando neurólogos, internistas, fisioterapeutas y psicólogos.
“El Long COVID no es solo una enfermedad física; también afecta la memoria, las emociones y la calidad de vida”, destacó un representante del equipo médico durante la inauguración. Esta iniciativa no solo busca tratar los síntomas, sino también recopilar datos que contribuyan a la comprensión global del síndrome y su impacto en la vida cotidiana de los ecuatorianos.