Proyecto Casa Grande
A través de visitas guiadas, diálogos con artistas, Casa Grande impulsa procesos sensibles y académicos en jóvenes de distintos colegios.CORTESÍA

Gyearte–Arteway impulsa nuevas formas de vincular a jóvenes con el arte contemporáneo

Casa Grande fortalece la mediación cultural entre colegios y espacios artísticos, generando experiencias formativas

El acceso al arte contemporáneo sigue siendo un desafío para buena parte de los jóvenes en Guayaquil, quienes, según levantamientos realizados por estudiantes de la Universidad Casa Grande, tienen escasa experiencia visitando museos o interactuando con obras y artistas. Frente a este problema, el Proyecto de Aplicación Profesional "Gyearte–Arteway", en su undécima edición, ha desarrollado un modelo de mediación cultural que busca revertir esta distancia mediante experiencias vivenciales, pedagógicas y participativas, fortaleciendo un verdadero puente entre instituciones educativas y espacios artísticos de la ciudad. “Los jóvenes no tienen ningún tipo de noción, casi no han ido a los museos y este tipo de actividades termina siendo su primera experiencia con el arte”, explica Gabriel Contreras, estudiante participante de la Universidad Casa Grande.

Un proyecto que se articula con espacios culturales

El programa ha articulado a museos, galerías y organizaciones culturales como el Museo Municipal, Piece of Cake y Casa del Barrio, donde los bachilleres mantienen diálogos directos con artistas, curadores y gestores. Esta interacción busca romper el esquema tradicional de la visita pasiva y sustituirlo por un aprendizaje dialógico y crítico. Así lo expone el documento institucional: “Los estudiantes… participaron en las actividades de mediación organizadas por Gyearte y el Museo Municipal de Guayaquil, en la que mantuvieron diálogo directo con 7 artistas y curadores de la muestra ‘Fragmentos que respiran’”.

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Desde el enfoque académico, el proyecto incorpora una dimensión pedagógica avanzada: la creación de una didáctica específica para que los estudiantes profundicen su experiencia después de la visita. Esta herramienta —desarrollada junto a especialistas formadas en España y profesionales del campo educativo y museístico— será entregada a los espacios culturales aliados para fortalecer su relación con públicos juveniles. “Esta didáctica… permite un proceso de reflexión crítica y poner en valor la experiencia”, explica Zaylín Brito, docente investigadora y directora del proyecto

Los estudiantes de Casa Grande: líderes del proyecto

A esta mirada se suman las voces de los propios estudiantes universitarios que lideran el proyecto. Para Gabriel Contreras, la experiencia se construye en tres procesos integrados: el contacto con instituciones culturales, con colegios y con expertos en didáctica. Él destaca que los jóvenes de bachillerato “están ansiosos… de recibir este tipo de actividades porque realmente despeja y disipa la educación que recibimos sobre el arte, porque aquí tienen un contacto directo tanto con los artistas como las mediaciones”.

En el ámbito profesional, añade que el proyecto fortaleció competencias interdisciplinarias que abarcan comunicación, multimedia, gestión, análisis y estrategias de marketing cultural.

Uno de los hitos más llamativos ha sido la estrategia de marketing de guerrilla implementada en la Young Living Academy, donde una caja brandeada con logos del proyecto fue colocada en un punto visible para despertar curiosidad. La activación superó expectativas, como detalla otra lider del proyecto de la UCG, Noelia Gagliardo: “Buscamos generar curiosidad y conversación orgánica… romper la rutina del entorno escolar mediante un elemento disruptivo… esto se convirtió en un punto de partida para conversar sobre el arte desde la emoción”.

Desde su formación en marketing, afirma que aprendió a diseñar experiencias conectivas “que generan emociones” aplicadas al arte contemporáneo, a la vez que fortaleció habilidades de gestión cultural y liderazgo.

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La experiencia también evidenció el impacto emocional y social del proyecto en los estudiantes de los colegios participantes. Para Gagliardo, cuando el arte deja de percibirse como un concepto distante y se convierte en una vivencia guiada, “los estudiantes comienzan a descubrirlo como un espacio de libertad, expresión y autoconocimiento”. Agrega que observar la participación activa de instituciones como Francisco Campos Coello, Liceo Los Delfines, CENU, Bellas Artes, IPAC y Provincia de Tungurahua confirma que estos procesos “tienen el poder real de transformar la manera en que los jóvenes se relacionan con el arte contemporáneo”

El proceso de mediación cultural también ha enfrentado retos relacionados con la coordinación entre colegios, museos y galerías independientes. Sin embargo, la articulación alcanzada ha permitido diseñar actividades antes, durante y después de cada visita, integrando perspectivas pedagógicas, logísticas y creativas. El equipo académico subraya que esta estructura continuará consolidándose, especialmente ahora que más instituciones educativas buscan incluir estas dinámicas dentro de su currículo de Educación Cultural y Artística. “Seguramente formalizarán en sus currículos… más actividades a futuro”, señala Brito con proyección estratégica.

El impacto en la Universidad

El impacto en los universitarios también es profundo: aplican conocimientos de comunicación, gestión cultural, pedagogía y diseño, enfrentan problemas reales y activan habilidades de liderazgo. El proyecto no solo los conecta con el arte contemporáneo, sino que los convierte en agentes culturales. “Todos, de alguna manera, luego de pasar por este proyecto se quedan conectados con la escena del arte contemporáneo en su ciudad”, destaca Brito, quien suma más de veinte años de experiencia en docencia e investigación sociocultural

Más allá de cifras y metodologías, las voces juveniles coinciden en algo: el arte ha dejado de ser un territorio ajeno. Es, ahora, un espacio para cuestionar, expresarse, construir ciudadanía y descubrir nuevas formas de pensar. Como afirma Gagliardo, la combinación entre mediación cultural y comunicación moderna “rompe barreras y construye un puente auténtico entre la educación y la cultura”, dejando una huella en los jóvenes y reafirmando que ellos también pueden “crear, cuestionar, interpretar y formar parte de la escena artística” de su ciudad.

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