
Frutas anticáncer: mitos, verdades y beneficios reales según una experta
El consumo de frutas aporta fibra, vitaminas y antioxidantes, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a eliminar toxinas
Desde tiempos antiguos, las frutas han sido parte esencial de la alimentación humana. Civilizaciones pasadas las consideraban “la comida de los dioses” por su sabor, frescura y propiedades beneficiosas. Aunque hoy se sabe que no tienen poderes mágicos, lo cierto es que su valor nutricional sigue siendo indiscutible.
Estos alimentos naturales no solo brindan energía y sensación de frescor. También hidratan, facilitan la digestión, favorecen el tránsito intestinal y aportan fibra y vitaminas que el organismo requiere a diario. Por eso, incorporarlas en la dieta cotidiana puede marcar una gran diferencia a la hora de evaluar la salud.
“La fibra soluble presente en las frutas actúa como prebiótico, al alimentar los microorganismos beneficiosos del intestino”, explica la doctora Sandra Lozada, máster en Seguridad Alimentaria y Nutrición. “Esto mejora la absorción de nutrientes y fortalece el sistema inmunológico”.
¿Cuál es la fruta más anticancerígena?
Otro beneficio importante de estos alimentos es la presencia de compuestos fenólicos. Estos elementos naturales, que se hallan especialmente en productos frescos, tienen efectos antioxidantes. Contribuyen a neutralizar los radicales libres que pueden dañar las células, un proceso vinculado al envejecimiento y a enfermedades como el cáncer.
Además, ciertos estudios en laboratorio han demostrado que extractos de frutas como la guanábana pueden inducir la muerte de células anómalas, un mecanismo conocido como apoptosis. Si bien estas pruebas aún no son concluyentes en humanos, sí abren la puerta a futuras investigaciones.
“Los compuestos fenólicos que ofrecen las frutas frescas son clave en la prevención de enfermedades degenerativas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares”, añade la doctora Lozada. “Su consumo frecuente puede marcar la diferencia en nuestra salud a largo plazo”.

Variedades como los arándanos, la granada o la misma guanábana han captado la atención de la comunidad científica por sus posibles beneficios. Lo que sí está claro es que, dentro de una dieta equilibrada, contribuyen a una mejor digestión, al equilibrio del organismo y a una hidratación natural.
Además, la mayoría de estos alimentos son bajos en calorías y con alto contenido de agua (entre el 80 y el 90%), lo que los convierte en una alternativa ideal para quienes buscan cuidar su peso sin descuidar la nutrición.
Para obtener beneficios reales, los especialistas sugieren una alimentación que incluya frutas, vegetales frescos, suficiente líquido y una mínima ingesta de productos ultraprocesados. No se trata de consumir una sola variedad “milagrosa”, sino de mantener una nutrición variada y balanceada.
Aunque ninguna fruta puede curar enfermedades por sí sola, sí pueden desempeñar un rol relevante en la prevención y apoyo a los tratamientos, gracias a sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y su capacidad de fortalecer las defensas del cuerpo.
Como concluye la doctora Lozada, “las frutas no son solo alimentos agradables al paladar, sino herramientas naturales que contribuyen al bienestar general. Comer frutas con frecuencia es una forma sencilla de cuidar el cuerpo desde adentro”.
Beneficios de las frutas para no olvidar
Es importante incorporar el consumo de frutas variadas en la dieta diaria. Hacerlo no solo aporta energía y buen ánimo, además de obtener una fuente importante de antioxidantes, también tiene implicaciones positivas importantes. Aquí algunas de ellas.
- Nutrientes esenciales: Aportan vitaminas del complejo B y C, minerales, fibra, agua y compuestos bioactivos.
- Hidratación natural: Contienen entre 80 % y 90 % de agua. Gracias a ello, son ideales para mantener una correcta hidratación diaria.
- Ayudan a la digestión: Favorecen la digestión gracias a sus enzimas y alto contenido de fibra dietética.
- Ideales para mantener el peso: La mayoría tiene entre 50 y 60 kcal por cada 100 gramos, perfectas para una dieta saludable.
- Contienen prebióticos naturales: La fibra soluble que contienen actúa como alimento para los microorganismos buenos del intestino.
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