
De Ecuador al mundo: historias de estudiantes que crecieron gracias al intercambio
Los testimonios de jóvenes revelan cómo enfrentar desafíos académicos y culturales se convierte en crecimiento
En un mundo cada vez más interconectado, viajar al extranjero se ha convertido en mucho más que un deseo: es una necesidad para quienes buscan ampliar horizontes y fortalecer su perfil profesional.
La posibilidad de convivir con otras culturas, enfrentarse a nuevos entornos académicos y adaptarse a realidades distintas ofrece aprendizajes que difícilmente se logran en un aula convencional. Por eso, los programas de intercambio e internacionalización que promueven varias universidades privadas son hoy una puerta abierta para que sus estudiantes no solo cumplan sueños personales, sino que regresen al país con habilidades que enriquecen su vida y la de quienes los rodean.
Historias que inspiran desde Florida y Granada
Para los estudiantes de la Universidad Ecotec, la internacionalización no es solo una oportunidad académica, sino una experiencia de vida que los transforma. Gerim Romina Murillo, de Negocios Internacionales, cumplió un sueño en Florida gracias a un convenio con San Ignacio University.
Entre largas jornadas laborales y un clima distinto al de Ecuador, encontró lo más gratificante en hacer felices a miles de personas: “esa satisfacción no tenía precio”. Su paso por Estados Unidos le dio independencia, resiliencia y una nueva mirada hacia la diversidad cultural: “Compartir con personas de distintas partes del mundo me enseñó a aceptar diferencias y valorar la riqueza de cada cultura”.
En España, Luis Stalin Segura, estudiante de Administración de Empresas, se enfrentó al reto de adaptarse a un sistema universitario diferente en la Universidad de Granada. Lo que empezó como un desafío se convirtió en aprendizaje vital: adquirió confianza, resiliencia y la capacidad de trabajar en entornos diversos. “Convivir con estudiantes de diferentes culturas me enseñó a respetar tradiciones distintas a las mías y a ampliar mi perspectiva del mundo”, explica.

Crecimiento que se comparte al volver
Ambos coinciden en que regresar a Ecuador no significa cerrar el capítulo, sino empezar a transmitir lo aprendido. Gerim destaca que sus nuevas competencias interculturales la impulsan a motivar a otros compañeros a salir de su zona de confort, mientras que Luis resalta que las redes académicas creadas en el extranjero hoy complementan su formación local y enriquecen las discusiones en clase.
Estas vivencias confirman la visión institucional: que los estudiantes salgan, vivan una experiencia global y vuelvan con herramientas que beneficien a la comunidad universitaria y al entorno laboral del país. El acompañamiento de la Oficina de Relaciones Internacionales asegura que cada paso esté guiado, para que lo aprendido en otro continente se traduzca en aportes concretos al Ecuador.

Internacionalización como compromiso
El director de Relaciones Internacionales de Ecotec, Mantas Jasevicius, lo resume así: “No preparamos estudiantes para salir y quedarse afuera; queremos que regresen con todos los beneficios que reciban y los apliquen aquí en el país”.
La experiencia internacional, entonces, se convierte en un ciclo completo: salir, aprender, crecer y regresar para compartir.
Así lo define también, María José Gavilanes, ingeniera en comercio internacional, graduada de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, quien vivió un semestre en España, y dónde aprendió sobre el maneja de exportaciones e importaciones globales, lo que le permite hoy trabajar en una multinacional. "Creo que salir del país fue uno de las mejores experiencias para mi profesión. Las universidades brindan esta oportunidad a los estudiantes, y deben aprovecharla. Solo se necesita esfuerzo y compromiso", concluye.