
Saturación política: ¿es hora de depurar a los 232 partidos?
Solo 17 organizaciones tienen alcance nacional. Expertos proponen una auditoría al sistema y una reforma constitucional
Hasta junio del año pasado, en Ecuador, 232 organizaciones políticas han sido aprobadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). La proliferación de estas agrupaciones se registra a partir del retorno a la democracia, en 1979. Para la ciudadanía, en el país debiera existir no más de cuatro partidos políticos. ¿Es viable? ¿Conviene?
A criterio de Nicanor Moscoso, expresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), sería bueno que en el país existieran pocas agrupaciones políticas “porque así también son pocas las ideologías que el mundo democrático tiene”. Para él, varios han sido los errores que han debilitado a los partidos políticos, como, en pro de la apertura democrática, la participación de las personas no militantes y el haber abierto la posibilidad de crear movimientos parroquiales, cantonales y provinciales.
De las 232 agrupaciones políticas, 215 son movimientos locales: 139 se circunscriben a nivel cantonal, 61 son provinciales y 15 parroquiales. Por otro lado, 17 corresponden al ámbito nacional; no obstante, siete de ellos son partidos políticos y 10 son movimientos nacionales.
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Nicanor Moscoso
¿Cómo ha perjudicado el exceso de organizaciones políticas?
Para Javier Orti, presidente nacional del partido Avanza, no se trata de la cantidad de organizaciones políticas que existan, sino de su calidad. Este exceso, dice, ha generado que muchas no funcionen en épocas no electorales, ya que no capacitan a sus militantes ni forman nuevos cuadros, sino que solamente se activen en épocas electorales.
“Yo sí pienso que eso hay que hacer reformas porque definitivamente la crisis de los partidos políticos es un tema súper neurálgico y hay que tratarlo”.
Pero esta depuración debe venir acompañada de una intervención de la Contraloría General del Estado para que se evidencie en qué administraciones, tanto del Consejo Nacional Electoral como del antiguo TSE, se proliferaron las organizaciones políticas, sugiere Alfredo Espinosa, analista político y experto electoral. A su juicio, sería mejor que en este proceso de auditoría haya también un proceso de reinscripción.
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Javier Orti
¿En el país debería existir solo cuatro tiendas políticas?
Aunque no necesariamente debería existir solo cuatro organizaciones, como sugiere la propuesta ciudadana enviada a EXPRESO, expresa Moscoso, podrían ser más, pero no más de ocho. Eso, con el fin de que tengan cierta fortaleza e identidad ideológica y regional.
Para los entrevistados, en la palestra electoral solo deberían existir partidos, no movimientos. Pero partidos políticos bien estructurados con un padrón de afiliados, es decir, gente que en realidad haya puesto su rúbrica, especifica Espinosa.
¿Qué otras modificaciones deberían hacerse?
Por otro lado, los expertos creen que se debe delimitar la cancha también: para las elecciones nacionales solo participen los partidos. Asimismo, si el órgano electoral mantiene a los movimientos, estos solo compitan en los comicios seccionales. De esta forma se respeta el ámbito de acción en el que se desarrolla cada organización política, asegura el analista electoral.
A juicio de Orti, “los movimientos son un invento del correísmo y de la Constitución del 2008, totalmente absurdo”. Es por lo que sostiene que solo deberían existir partidos políticos, pero si se mantienen los movimientos locales, estos obligadamente deberían aliarse a las agrupaciones nacionales para presentar candidatos en las elecciones seccionales. En su opinión, “ya estaríamos ganando bastantísimo”.
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Alfredo Espinosa
Moscoso menciona que también se debería terminar con la estigmatización que se le tiene a quien milita en un partido político y por ello no puede ejercer un cargo público, como ser juez de la Corte Nacional de Justicia o el superintendente de Bancos. “El militante político tiene todos los derechos que tienen los demás ciudadanos”. Y ante los posibles conflictos de intereses, el extitular del TSE explica que peor es lo que sucede: “todos los que están en estos cargos terminan respondiendo a un partido político, pero de la forma más hipócrita y escondida”.
Para ejecutar esto, Espinosa indica que el primer paso sería reformar la Constitución y luego el Código de la Democracia. Así también, al CNE le deberían asignar competencias mucho más finas y modernas, en las que incluyan procesos de verificación de firmas con grafólogos, porque, asevera, no tienen personal técnico calificado para eso; por eso declara que “hay un mercado negro de firmas dentro de esto”.
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