El pasado 16 de marzo, día en que empezó la emergencia sanitaria por coronavirus en el país, la endodoncista Raquel Soria cerró su oficina en la zona norte de la capital, convencida de que no volvería. Tuvo razón.

Esta semana, ‘Denticlean’, negocio que fundó hace cinco años junto a dos colegas, cerró sus puertas. Otros dieciocho consultorios de salud dental a nivel nacional han anunciado su clausura, según datos del gremio. “El futuro para la odontología es incierto. Siempre estás en contacto con la cavidad oral del paciente y eso aumenta la probabilidad de que exista un contagio”, explicó la profesional.

El protocolo de atención para los más de 5.000 odontólogos en el país mientras duren las medidas de restricción, lo emitió en marzo el Ministerio de Salud Pública. Al no ser considerados trabajadores esenciales, este limita las consultas a situaciones de urgencia, como el tratamiento de abscesos, pulpitis y luxaciones. Otros tratamientos están suspendidos, sin fecha de reapertura.

Aun así, el levantamiento del toque de queda no devolverá a la normalidad las actividades del gremio. “Regresar a atender como lo veníamos haciendo es imposible, porque el riesgo es muy alto”, subrayó Pablo Villa, odontólogo particular. “A las medidas habituales de bioseguridad hemos añadido otras, como el uso de la mascarilla N95 encima de la mascarilla quirúrgica, el uso del batón desechable sobre el uniforme, los protectores faciales. Todo se descarta después de cada paciente y se desinfectan todas las superficies, incluida la sala de espera”, reiteró.

A esta normativa, señaló la odontóloga Patricia Castro, se han añadido otras que el gremio ha empezado a implementar basándose en las que se usan al momento en China y Europa. “Muchos profesionales nos hemos dedicado a investigar qué recomendaciones de seguridad se están dando y las estamos aplicando para reducir el riesgo de contagio”.

Esto incluye la reducción significativa de la atención de pacientes, que tras el levantamiento de las medidas de restricción, se limitará a un máximo de dos diarios. “Obviamente, para nosotros, eso representará una baja en las ganancias, pero estamos dispuestos a trabajar, y hacerlo en un ambiente que sea seguro para nosotros y nuestros pacientes”, dijo.

¿Cuánto podría representar esa baja en cifras? Según un análisis preliminar de la Federación Mundial de Odontología, la afectación en la región podría ser de hasta $ 110 millones. El documento determina que, en promedio, los ingresos en esta rama profesional se han contraído hasta en un 90%. Proyectan que el mercado recupere su porcentaje promedio de ganancias, previo a la pandemia, en 2022.

El Colegio de Odontólogos del Guayas no tiene claro aún a cuánto ascenderían las pérdidas del gremio, pero sí comprenden que la labor de los profesionales se ha reducido en un 90 %. Por ello, alistan una propuesta al Estado que les permita a acceder a créditos emergentes, con el fin de mantener sus clínicas y dotarlas adecuadamente de implementos para fortalecer la bioseguridad.

“Una de las recomendaciones es una cámara de desinfección, y equipos de ozono para realizar la limpieza de las superficies. Cada uno de estos equipos tiene un valor de más de mil dólares. Con la atención paralizada, y un alto riesgo de contagio para nuestros profesionales, pedimos que se nos extienda la posibilidad de acceder a créditos que nos ayudarían a prepararnos y continuar atendiendo a nuestros pacientes”, subrayó el Dr. Fernando Morán, expresidente del organismo y actual vocero de este.

Christy Malán, otra profesional de esta rama, añade que la inversión también se traduce a la indumentaria de protección. “No es solo el hecho de que hay que invertir en nuevos equipos, sino que el costo actual de mascarillas, guantes y batas, es sumamente alto, y nos representa un gasto muy elevado, cuando no estamos generando ingresos”, comentó.

Entre los requerimientos protocolarios que el Colegio de Odontólogos del Guayas está solicitando, se encuentra una medida que ya se ha aprobado en varios estados de EE. UU., la entrega de resultados de pruebas rápidas de COVID-19 previa a la atención odontológica.

“Es una manera de reducir la exposición al virus. Como dato, solo en Guayas, han fallecido diez odontólogos en este periodo, todos con COVID-19. Esto muestra la vulnerabilidad a la que estamos expuestos”, recalcó el Dr. Morán.

Mientras aguardan respuestas del Estado a estas peticiones, al gremio solo le queda prepararse para un futuro incierto y arriesgado.

El bruxismo, un mal dental que ha repuntado

Aunque la atención por urgencias dentales se ha mantenido al mínimo, los odontólogos reportan un aumento en el número de consultas por bruxismo. Este mal, el aparecimiento repentino de un dolor leve a nivel de las piezas dentales, es un síntoma común del estrés, explican los expertos.

 “El paciente, de forma inconsciente, aprieta la mandíbula y hace rechinar los dientes, produciendo un desgaste”, señala la odontóloga Lidia Malavé. “Se intensifica durante el sueño, y suele estar provocado por estrés o ansiedad. En esta época hay reportes de hasta un 70 % de aumento en consultas de dolor provocado por bruxismo”. El tratamiento, dice, no suele requerir atención inmediata.