
Constituyente: ¿Qué hay detrás del cambio de opinión del Gobierno de Daniel Noboa?
Aunque fue un puntal de su campaña de segunda vuelta, la premura por una nueva Constitución se abandonó sin esfuerzo
Después de varios meses de barajar la idea de convocar una Asamblea Constituyente para redactar una mejor Constitución, el Gobierno del presidente Daniel Noboa le bajó el tono a su propio proyecto en cuestión de minutos.
Aunque la propuesta de redactar una nueva Carta Magna venía gestándose desde finales de 2024 y se reforzó durante la segunda vuelta de las elecciones de 2025, fue el ministro de Gobierno, José De La Gasca, quien la puso en pausa durante una entrevista televisiva.
“Es una idea que no ha dejado de estar en primer plano, pero hay que saber medir los tiempos políticos”, dijo esta semana el ministro, y remató: “No podemos descartar los distintos caminos de reformas y enmiendas, siendo el más extremo la Constituyente”.

La Constituyente fue un globo de ensayo del Gobierno de Noboa
Este inesperado giro, según analistas consultados por EXPRESO, evidencia lo escueto que siempre fue el planteamiento oficial y lo ubica en lo que fue desde el inicio: un globo de ensayo que mantuvo a la opinión pública discutiendo un proceso constituyente que, en realidad, no iba a concretarse.
“La Constituyente fue una promesa elevada al calor de la campaña, porque seguramente midieron que era un mensaje con cierta recepción entre la población”, comenta la experta en comunicación y académica Caroline Ávila, quien resume que siempre se trató de una estrategia electoral.
En ese sentido, aunque reconoce que la opción no ha desaparecido por completo, la constitucionalista Ximena Ron sostiene que la discusión en torno a la Constituyente le permitió al Gobierno mantenerse vigente y “distrajo de otros temas relevantes”, como la seguridad o el repunte de enfermedades.

Una Constituyente pondría puesto en riesgo el capital político de Noboa
Sin embargo, Marcelo Espinel, subdirector de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), considera que el repliegue del Gobierno responde también a la necesidad de proteger el capital político del presidente Noboa de cara a los cuatro años de gestión que le esperan.
“El Gobierno, desde el principio, sabía que convocar a una Asamblea Constituyente era muy riesgoso, porque implicaba ir a tres elecciones”, comenta y señala que el Ejecutivo se le han abierto otras puertas.
“Si solo necesitan cuatro de siete votos para tomar decisiones en el Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS), a punto de designar a los vocales de la Judicatura, al fiscal general, a los jueces electorales y al defensor del Pueblo, ¿conviene una Constituyente? Claro que no”, enfatiza Espinel.
Daniel Noboa dispone de alternativas a la Asamblea Constituyente
Además de señalar que el momento político y económico del país no es el más adecuado para una Constituyente, el exasambleísta Héctor Muñoz recuerda que los pocos temas planteados por el Gobierno pueden resolverse por vías menos traumáticas para los mercados nacionales e internacionales.
“El contexto político y las necesidades económicas del país no son precisamente los óptimos para embarcarse en un proceso constituyente que podría durar al menos un año. Un año en que los mercados internacionales y los inversionistas -nacionales y extranjeros- no tendrían seguridad jurídica para invertir hasta conocer el resultado del proceso”, sostiene.
Muñoz subraya que algunas reformas constitucionales ya se han tramitado mediante mecanismos como la enmienda o la reforma parcial. “Incluso para incluir otras reformas necesarias, como la desaparición definitiva del nefasto CPCCS, se puede recurrir precisamente a una reforma parcial”, señala.

¿Daniel Noboa tenía los votos para ganar una Constituyente?
Asimismo, con la reciente configuración de fuerzas dentro de la nueva Asamblea Nacional, el exlegislador destaca que “quizás puedan consolidar la mayoría que obtuvieron en la Asamblea para elegir a las autoridades del Parlamento, y con eso, la Constituyente deje de ser una prioridad inmediata”.
De hecho, para Ávila, la instalación de la nueva Asamblea Nacional marcó el punto de inflexión del Gobierno. “Si hubiese tenido los votos para impulsar la Constituyente, es casi seguro que, con todo y mayoría parlamentaria, no habría desperdiciado la oportunidad. Pero no los tiene, y eso los llevó a retirar la propuesta, amparándose en la idea de que ahora sí cuentan con una mayoría favorable en la Asamblea”, sostiene.
Y así lo ha confirmado el Gobierno. “El trabajo (inicia) ya. No se sorprendan si en las próximas horas ya ingresan proyectos de ley a la Asamblea. Hay algunas propuestas que se truncaron antes, como la Ley Antipillos”, anunció el ministro De La Gasca, y lo reiteró durante su visita protocolar al presidente de la Asamblea Nacional, Niels Olsen, horas antes de conformarse las comisiones legislativas permanentes.

Pese al cambio de opinión, los electores perdonarán a Noboa
Aunque Ávila, Ron y Muñoz cuestionan que la propuesta de Asamblea Constituyente haya sido utilizada exclusivamente como estrategia de campaña, Espinel advierte que esta falta de coherencia del Gobierno con sus votantes no tendrá mayores consecuencias reales para el presidente Daniel Noboa, recientemente reelecto.
“La masa de votantes ahora cree que ya no es necesaria la Constituyente porque el Gobierno ha logrado posicionar el mensaje de que, con el control de la Asamblea, el camino es más rápido, que el presidente es cauto y que está haciendo las cosas bien”, concluye.
En ese sentido, Espinel considera que, más allá de estar de acuerdo con que este no es el momento adecuado para una Constituyente, no existe una reflexión política profunda por parte del electorado para cuestionar este giro, ya que “lamentablemente el Gobierno tiene ahora el control de la narrativa”.
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