
Quito: La ciudad impulsa su vocación exportadora
En la capital se consolida un ecosistema productivo que apuesta por la asociatividad, la innovación y la capacitación
Durante décadas, Quito no figuró en el mapa de las ciudades exportadoras del país. Su actividad estaba ligada principalmente a los servicios, al sector público y al comercio. Sin embargo, en los últimos años el Distrito Metropolitano ha comenzado a demostrar que tiene un potencial productivo capaz de conquistar mercados internacionales. El ejemplo más sólido de esta transformación crece en el noroccidente con el café de especialidad del Chocó Andino.
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En Nanegalito, a más de 1.600 metros de altura, Diana Salvador, de la finca Casa Rumisitana, cultiva café desde 2015. Es heredera de un proceso iniciado hace más de una década, cuando productores locales, muchos de ellos dedicados tradicionalmente a la ganadería y a la venta de leche, apostaron por un nuevo cultivo gracias al proyecto Café Quito, impulsado por Conquito.
“Nadie sabía que en Quito se podía producir café”, recuerda Salvador. La iniciativa ofreció asistencia técnica especializada, incluso con expertos extranjeros, para adaptar el cultivo a un territorio húmedo y diverso. Aunque el proyecto concluyó en 2019, los productores decidieron continuar por cuenta propia. “Nos quedamos a la deriva, pero lo logramos con lo que aprendimos y apoyándonos entre nosotros”, explica.
El resultado fue un café de altura, cuyo perfil de sabor, marcado por la influencia de distintos pisos altitudinales, ha ganado reconocimiento nacional e internacional.
Diana produce entre 20 y 25 quintales anuales de café pergamino seco en una sola hectárea. La mayor parte del producto crudo se exporta a Japón, con un costo de 30 y 40 dólares el kilo, mientras que el tostado se vende en Quito.
El desafío
Pese al avance, Salvador señala un desafío: la falta de continuidad en la asistencia técnica. “Se ha ido innovando, ya no es lo mismo de hace 10 años. Necesitamos una política pública estable, integral, que incluya también la parte comercial”, insiste.
La visión exportadora también la impulsa Arariwa, una asociación de mujeres creada hace cinco años y dedicada a productos orgánicos de café y cacao. Su representante, Dina Artieda, destaca que su cacao obtuvo un premio en el Salón del Chocolate en Francia, reconocimiento que abrió la puerta para conversaciones comerciales con ese país.
Quito, actor exportador
Debido a ese potencial, desde 2021 nació un proyecto que busca posicionar a Quito como un actor exportador sólido. Este 2025, el Municipio lanzó Quito Exporta 3.0, una alianza público-privada con Fedexpor que busca potenciar a las MiPymes, responsables de más del 60% del empleo en la ciudad.
Según Juan Patricio Navarro, director de Gestión de Inversiones del Municipio, el programa está diseñado en cuatro componentes. El primero es la capacitación especializada en etiquetado, comercio exterior, procesos de internacionalización y certificaciones.

El segundo, brindar acompañamiento técnico para elevar la calidad; el tercero la participación en rondas de negocios y actividades de prospección comercial en mercados estratégicos, y el último mayor visibilidad internacional para las empresas beneficiarias.
Este año participan 10 MiPymes y tres asociaciones de sectores agroindustriales y de alimentos procesados, incluyendo café del Chocó Andino, pulpas de frutas e ingredientes locales como el ishpingo y la canela.
Navarro explica que uno de los grandes retos es la capacidad de producción: “Un cliente internacional no pide un kilo, pide pallets o contenedores. Por eso potenciamos las asociaciones, porque permiten construir economías de escala”.
El trabajo ha permitido que asociaciones cafetaleras de Quito participen en ferias internacionales, abriendo espacios para negociaciones que suelen requerir persistencia y consistencia.
Sobre la falta de continuidad
Aunque el programa muestra avances, la falta de continuidad entre administraciones es un tema pendiente. Para evitar retrocesos, para 2026 ya se proyecta Quito Exporta 4.0, que incluirá innovación y se buscará una mayor articulación con el sector privado y atracción de inversiones alineadas con encadenamientos productivos.
Además del café, zonas como El Quinche y Yaruquí se están consolidando en el tema de exportación de frutillas y arándanos. Antes los cultivos eran agrestes, ahora son intensivos.
Navarro recalca que en la capital es clave impulsar a las Pymes y MiPymes porque son las que más generan empleo e ingresos.
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