
Emergencia por agua en Quito deja 50 alertas por enfermedades gastrointestinales
La Secretaría de Salud ha recibido 50 alertas de enfermedades relacionadas con el consumo de agua insegura
Dos semanas después de la suspensión del servicio de agua potable en más de 200 barrios del sur de Quito, la emergencia comienza a pasar factura no solo en lo operativo, sino también en la salud y el ánimo de los vecinos.
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Aunque hasta el momento no se ha detectado un brote de enfermedades gastrointestinales, sí se han reportado varios casos aislados de molestias estomacales, principalmente entre niños y adultos mayores que han recurrido a fuentes no seguras para beber.
En el barrio San Gregorio, en Chillogallo, Gina Avilés contó que muchos vecinos han optado por recoger el líquido de un ojo de agua cerca de una quebrada.
Ante la alta demanda, incluso construyeron unas gradas improvisadas para facilitar el acceso. “Ha sido nuestra salvación, pero también un riesgo”, dijo. Según relató, en la zona se han presentado casos de vómito, diarrea y dolor estomacal, sobre todo en infantes.
La emergencia ha llevado a decenas de familias a buscar agua en vertientes naturales. Isabel Vargas, presidenta de la Federación de Barrios de Quito, advirtió que han recibido reportes de síntomas relacionados con consumo de agua contaminada en colonias vacacionales para menores.
Pese a que las autoridades no han registrado un aumento significativo de este tipo de enfermedades, la Secretaría de Salud del Municipio, desde el inicio de la crisis, mantiene activa una red de vigilancia en las parroquias afectadas.
Hasta el 18 de julio visitaron tres Centros de Desarrollo Infantil Quito Wawas: El Girón (Chillogallo), Turubamba 2 (Guamaní) y Eugenio Espejo (Chillogallo). Se valoró a 107 niñas y niños y no se identificaron casos de síntomas gastrointestinales.
Sin embargo, en una nueva actualización, se confirmó el caso de dos niños en La Argelia enfermos por el consumo de agua insegura, informó a EXPRESO el secretario de Salud, Miguel Malo. Su estado en la actualidad es estable y se mantiene un monitoreo en sus hogares.
Además, en casi dos semanas han recibido 50 alertas por posibles síntomas gastrointestinales en sectores como La Argelia, La Ecuatoriana, Huarcay y Monseñor Proaño. De estas, dos se comprobó que están relacionadas con ingesta de líquido no potable.
Si bien no hay un aumento de este tipo de enfermedades, Malo recalcó que la vigilancia epidemiológica debe mantenerse activa al menos dos semanas más, debido al tiempo de incubación de posibles infecciones.
Cuidados al trasladar el agua
“El agua que se distribuye desde los tanqueros es segura, pero el problema está en los recipientes donde se la recoge o cómo se la manipula. Por eso recomendamos hervirla al menos cinco minutos antes de consumirla y mantenerla tapada”, insistió el Malo.
Desde el inicio de la crisis, el 9 de julio pasado, 18 brigadas multidisciplinarias, integradas por profesionales de la salud (médicos, enfermeros, psicólogos y nutricionistas), recorren las seis parroquias sin el servicio. Malo explicó que su trabajo se enfoca en tres frentes: atención médica, promoción del consumo seguro y consulta en salud mental.

En sectores como Lucha de los Pobres, la realidad es especialmente dura para los adultos mayores. María Rivadeneira, dirigente barrial, indicó que la preocupación por la falta de agua se ha convertido en una carga emocional. “Muchos vecinos viven solos y tienen que caminar largas distancias para conseguir agua. No pueden cargar los baldes, no tienen a nadie para pedir ayuda”.
Este 22 de julio, una brigada de salud comunitaria atendió a unas 40 personas en este sector. Evaluaron síntomas gastrointestinales, ofrecieron recomendaciones sobre alimentación segura y entregaron tratamiento preventivo en algunos casos. También atendieron enfermedades respiratorias y dolencias comunes entre personas mayores, como hipertensión o diabetes.
Piedad Martínez, de 70 años, llegó acompañada de su hija para una revisión médica básica. “Los malestares son los normales de la edad, pero esta emergencia nos tiene agotados”, comentó.
Sonia Vintimilla, líder de equipo de Salud Comunitaria, aclaró que aunque no hay un incremento de enfermedades gastrointestinales, los equipos siguen monitoreando con especial atención cualquier síntoma relacionado con consumo de agua no tratada.
Otra de las prioridades han sido las casas de salud del sur. Malo detalló que han entregado un millón de litros de agua al Hospital Gineco Obstétrico Luz Elena Arismendi, a centros de la zona, a uno del IESS y a uno privado.
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