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personas caminando en la Republica del Salvador
Cierres. La suspensión de la av. Rep. de El Salvador afectó a residentes y clientes.Angelo Chamba

El proyecto de Muñoz para cerrar una vía divide opiniones en el norte de Quito

Dueños de locales y residentes temen ese cambio en una de las zonas más activas de la capital

Durante tres noches, Quito se movió al ritmo de Shakira. La capital vivió una auténtica fiesta. Turistas de otras provincias y países llegaron para ver el show, las reservas gastronómicas se agotaron y el movimiento económico fue evidente.

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El espectáculo dejó una sensación de ciudad viva, moderna y capaz de albergar grandes eventos. Fue, sin duda, un acierto en términos de imagen y dinamismo urbano. Sin embargo, desde el viernes previo al primer concierto, los cierres viales y la instalación de ventas ambulantes alrededor del estadio y la avenida República de El Salvador alteraron la rutina de ese sector aledaño al parque La Carolina. Cafeterías, restaurantes y oficinas vieron afectadas sus actividades en los días laborales.

El Municipio, consciente del impacto, autorizó la venta ocasional de camisetas, comida y recuerdos. Esa decisión fue entendida, aunque con molestias, por los dueños de negocios formales de la zona. La Agremiación de Restaurantes de Pichincha (Agrepi) redactó una carta para el alcalde Pabel Muñoz en la que expresa su preocupación por la ocupación del espacio público y la pérdida de clientela. Finalmente, la organización decidió no enviarla, al considerar que fue un evento único y de gran magnitud.

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Pero la comprensión duró poco. En su espacio radial del lunes, Muñoz sorprendió con una nueva idea: convertir la avenida República de El Salvador en una vía peatonal un día al mes, inspirándose en el éxito del concierto. “Podríamos repetir la feria de ventas”, dijo sobre esta iniciativa que, según él, dinamizaría la economía local.

La propuesta encendió las alarmas. “Escuché con mucha preocupación esa idea. No sé si fue algo trabajado o improvisado, pero nosotros ya vimos lo que sucedió con el concierto de Shakira. El alcalde vio reactivación económica, pero nosotros vimos desorden. Hubo ventas con tanques de gas, pese a que se prometió cero tolerancia, y los agentes municipales no daban abasto”, manifestó Paola Burbano, presidenta del Comité Pro Mejoras de la avenida.

Los moradores tienen incertidumbre, pues señalan que el alcalde debe comprender el perfil del sector. “Este es un centro financiero y residencial. Aquí viven cerca de 70 mil familias. Muchos son adultos mayores y niños. No se puede pensar en convertir esta vía en un corredor de ferias y música sin medir el impacto. Somos los residentes, los expertos nativos del barrio, y también necesitamos descansar”, enfatizó Burbano.

Otros vecinos comparten su inquietud. “Estoy sorprendido del proyecto del alcalde. Hemos visto con profunda tristeza cómo el sector se ha vuelto más peligroso. Y ahora nos propone atraer vendedores, artistas callejeros y maleantes. Es una agresión al derecho de vivir en paz que tenemos los niños, jóvenes y personas mayores”, señaló Jaime Serrano, quien reside allí desde hace 28 años.

ventas ambulantes en la Av. Republica del Salvador
Informalidad. Las ventas ambulantes bloquearon los accesos de varios negocios.Angelo Chamba

Para Luis Moreta, propietario de tres tiendas de abarrotes, la medida sería un golpe económico. “El alcalde está equivocado, nos quiebra a todos los negocios de aquí. Nuestros clientes vienen en carro y el domingo pasado no vendimos nada. Solo vendieron los vendedores ambulantes. Si quiere hacer algo así, primero tiene que hacer un estudio serio y preguntar a los vecinos”.

Julio Narváez, dueño de un local de impresión, se muestra más moderado, aunque con cautela. “Habría que ver qué tipo de comercios van a poner y si estarán sujetos a las mismas regulaciones que nosotros. Pagamos arriendos, alícuotas e impuestos. No podemos convertirnos en un mercado al aire libre”.

Desde la gastronomía, la propietaria de un restaurante del sector, quien pidió no ser identificada por temor a represalias, considera que la medida sería contraproducente. “Cerrar la calle no es prudente por temas de seguridad e higiene. Nosotros pagamos impuestos, tasas por los letreros y por tener bancas o plantas afuera. Poner kioscos o ventas ambulantes sería terrible. No hay control ni sanidad y afectaría nuestras ventas, sobre todo si lo hacen un domingo, que es el día de más trabajo”, argumentó.

cierres viales en la Republica de El Salvador
Durante los tres días de concierto de la colombiana Shakira, personal de la AMT cerraron la Republica de El Salvador.Angelo Chamba

En la misma línea de preocupación, César Díaz, exsecretario de Seguridad de Quito, advirtió que la medida no puede plantearse sin estudios técnicos. “No se puede experimentar con la ciudad. Decir que se va a utilizar el espacio público de la avenida no es suficiente para justificar una feria. Esto requiere una política pública clara y responsable”. Según el exfuncionario, entre los vendedores ambulantes suelen infiltrarse delincuentes. “Las buenas intenciones no se deben convertir en buenos o malos experimentos”.

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A nivel institucional, Agrepi también intervino en el debate. Su presidenta, Cris Mora, explicó que, antes del concierto, el gremio expresó su desacuerdo con la instalación de carpas en una zona de locales formales.

“No se ve bien, ni es justo,” opinó. Sin embargo, reconoció que el evento se desarrolló con mejor organización de lo esperado y que los restaurantes, en general, tuvieron buen movimiento. “Hicimos un monitoreo in situ posconcierto y la mayoría reportó ventas altas, por eso decidimos no enviar la carta”, aunque el sondeo fue previo al anuncio de Muñoz, cuando se creyó que era un tema eventual.

Los residentes muestran, con fotos, que sí hubo desorden, con una sobrepoblación de comerciantes informales y con negocios que usaban gas para cocinar, pese a las restricciones anunciadas.

Diario EXPRESO consultó al administrador de la Zonal Eugenio Espejo, Christian Morales, sobre el plan de Muñoz. Él ofreció enviar su respuesta, pero no se pronunció.

Burbano, en cambio, recordó que el problema no es solo de tránsito, sino de convivencia. “Vivimos con un ruido constante: los escapes de motos, los pitos, los parlantes de La Carolina. Hasta las clases de aeróbicos de los fines de semana se escuchan desde las 06:00. Necesitamos descanso, por piedad. Este barrio también merece respeto”.

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