
Retraso en trabajos de vía Loja - Malacatos afecta al turismo en Nangora
Comerciantes de la parroquia Nangora dicen que las ventas han caído y que los turistas ya no los visitan
Los habitantes de la parroquia Nangora viven una pesadilla por la demora en los trabajos de la vía Loja-Malacatos.
Desde hace más de un mes, la circulación vehicular en el kilómetro 23 está restringida debido a los trabajos de estabilización de taludes que comenzaron tras el desprendimiento de material rocoso, pero las obras no avanzan al ritmo prometido.
La promesa inicial de habilitar la vía, el 21 de mayo pasado, no se cumplió. Se extendió hasta el sábado anterior, y ahora, sin fecha clara, se estima que los trabajos continuarían al menos por tres semanas.
Golpe a la economía de Malacatos por demora en trabajos viales
Mientras tanto, el impacto económico en la zona es evidente. En Malacatos, una parroquia que vive del turismo y la venta de comida típica, los locales permanecen semivacíos y los ingresos de los emprendedores han caído abruptamente.
“Los fines de semana eran buenos para nosotros. La gente venía desde Loja solo a comer cuy, tamales y hornado. Ahora, ni los carros quieren subir. El domingo vendí apenas dos platos en todo el día”, comenta con resignación Rosa Godoy , propietaria de un pequeño comedor a la entrada de Malacatos.
Desde que comenzaron los trabajos en Nangora, su clientela disminuyó a menos de la mitad, y con ella su ingreso diario.

La escena se repite en los alrededores. En las calles principales, los puestos de jugo de caña, empanadas y tortillas apenas tienen compradores. Los locales de hospedaje han tenido múltiples cancelaciones y los negocios que dependen del paso vehicular languidecen.
Pedro Aguilar, quien alquila cabañas a turistas, señala que los meses de mayo y junio solían ser buenos por la temporada seca. “Ahora me han cancelado cuatro reservas. La gente prefiere irse a Vilcabamba o quedarse en Loja. Dicen que es complicado llegar, y tienen razón”, relata.
En qué horario se puede transitar por la vía Loja-Malacatos
El paso vehicular se da de manera controlada en dos horarios al día: en la mañana y tarde, de lunes a sábado. Los domingos está abierto completamente pero los conductores prefieren no arriesgarse. El temor a quedar atrapados por derrumbes o esperar varias horas ha hecho que las cooperativas interprovinciales cambien sus rutas.
“Los turistas ya no quieren llegar a Malacatos. Nosotros les ofrecemos paseos a la laguna de El Arcoíris y recorridos a caballo, pero no hay clientes. En el último feriado apenas tuvimos dos grupos”, sostiene Daniel Rojas , guía turístico comunitario. Asegura que el turismo se ha desplomado desde que el acceso está limitado.
MTOP instalaría puente provisional para llegar a Malacatos
Desde el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), se ha indicado que se trabaja con al menos 20 volquetas, dos excavadoras y un tractor, movilizando más de 32 mil metros cúbicos de material.
Sin embargo, la falta de una fecha concreta para culminar los trabajos mantiene en vilo a la población. Fabricio Pérez, director distrital del MTOP en Loja, reconoció que los trabajos se realizan a ritmo continuo, pero que aún faltan varios días útiles para terminar.
El malestar se extiende entre los moradores. Muchos sienten que las autoridades no han tomado en cuenta el impacto que esta obra tiene en la vida cotidiana de la parroquia.
Aunque la Empresa Eléctrica Regional del Sur colocó 12 luminarias en un sendero peatonal habilitado para los transbordos, esto no ha sido suficiente para devolver la normalidad.
Caminar por ese sendero con niños o adultos mayores, en medio del polvo y las piedras, es riesgoso.
“La gente ya no quiere subir ni a pie. Es peligroso y cansado. ¿Quién va a venir a comprar nuestros productos si hay que caminar media hora?”, pregunta Alicia Tandazo, quien vende frutas en una pequeña parada cerca del desvío.
Su canasta de guayabas se mantiene intacta al caer la tarde. “Antes me las quitaban de las manos, ahora las tengo que llevar de regreso a casa”, añade.
A pesar del escenario complicado, se discute la posibilidad de habilitar una vía alterna con un puente Bailey. Según Pablo Torres, gerente de Vialsur EP, ya se realizan estudios topográficos para analizar la factibilidad de esta ruta provisional.
Pero mientras la propuesta se concreta, la desesperación crece entre los habitantes.
El cierre parcial ha obligado a algunos comerciantes a cerrar temporalmente sus negocios y buscar trabajo en Loja. Otros, como doña Mariana, se mantienen con la esperanza de que las máquinas se apuren y la vía vuelva a la normalidad.
“Nos dijeron que eran 15 días, luego que 20, ahora ya nadie dice nada. Solo esperamos que no se olviden de nosotros”, concluye.
En Malacatos, la fe está puesta en que el camino se despeje pronto, no solo de piedras, sino también de la incertidumbre que ahora pesa más que cualquier roca caída.
Porque cada día sin solución es un día sin turistas, sin ingresos y sin tranquilidad para quienes han hecho de esta parroquia un punto clave del turismo lojano.
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